El joven fotógrafo cubano Ruber Osoria expone en la ciudad de Concepción la exposición personal Rastros de la diáspora cubana en Chile, inscrita dentro la beca de resiliencia para artistas cubanos emigrantes de Artist at Risk Connection (ARC), y que será recogida en un fotolibro.
La muestra fue inaugurada el 17 de agosto en la biblioteca municipal de Concepción Chile, en el marco de Biofoto 2024, la feria fotográfica más importante de la región Biobio, una iniciativa de la Asociación de Fotógrafos de Concepción, de la cual Osoria es miembro y cofundador. Recorrerá hasta el 24 de septiembre varias ciudades chilenas.
"La fotografía es un poderoso medio para capturar la esencia de la vida, para inmortalizar momentos y para contar historias que de otro modo podrían quedar en el olvido. En este proyecto fotográfico invito a mirar más allá de las estadísticas y los titulares de noticias sobre migración. Me enfoco en las personas, sus sueños, luchas y sus triunfos", dice el joven fotógrafo a DIARIO DE CUBA.
En la serie de imágenes que expone Osoria se ve a hombres, mujeres y niños que han cruzado fronteras en busca de una mejor vida.
"No son solo migrantes; son seres humanos con esperanzas y aspiraciones. Son padres y madres que anhelan un futuro más brillante para sus hijos, jóvenes que buscan oportunidades y abuelos que llevan consigo la memoria de su tierra", añade Osoria, quien en 2022 fue considerado talento joven de la fotografía latinoamericana.
"La diáspora cubana en Chile es una comunidad vibrante, resiliente y silenciosa. A través de estas fotografías vemos la importancia de visibilizar sus historias. No son solo números en una estadística; son rostros, voces y corazones. Al compartir sus experiencias, quiero recordar que la migración no debería ser motivo de temor o discriminación, sino una oportunidad para enriquecernos mutuamente", defiende.
Para Osoria, las fotografías de su exposición "son un llamado a la empatía, a reflexionar sobre nuestra propia humanidad, a reconocer que todos compartimos un viaje en este mundo" y pretenden honrar a quienes "han dejado su huella en dos tierras: llevan consigo la esencia de Cuba, mientras abrazan una nueva vida en Chile".
Según el fotógrafo, la necesidad de crear este proyecto surgió de su propia experiencia como migrante. "En 2018 dejé atrás mi Cuba querida y me establecí en Chile. Durante este proceso, me encontré con otros cubanos que compartían sus propias historias de esperanza, sacrificio y adaptación. Quería capturar esas experiencias en imágenes", relata.
El joven cubano agradece el apoyo que recibió del fotógrafo Fernando Melo, a quien considera su mentor. "No solo es un destacado fotógrafo, sino también un apasionado defensor de la libertad de expresión artística. Él me guió, me inspiró y me enseñó a mirar más allá de la superficie, a encontrar la esencia en cada rostro y cada escena. Sin él, este proyecto no habría sido posible".
Melo es el editor del libro que recoge las instantáneas de Ruber Osoria. "Su ojo crítico y su dedicación meticulosa aseguraron que cada imagen contara una historia. Gracias a él pude comprender y aprender los procesos de creación de imágenes, conocer nuevas herramientas y evitar obstáculos que, de otro modo, habrían dificultado mi camino", dice.
Osoria también menciona a Arnoldo Fernández Verdecia, un periodista que trabajó desde Cuba para documentar las historias capturadas por el lente del joven fotógrafo. "A pesar de las dificultades, incluso cuando estaba enfermo y bajo la luz de un candil, Arnoldo redactó mis historias con pasión y precisión".
Para Osoria, Rastros de la diáspora cubana en Chile, "es más que un libro de fotografías. Es una instantánea de la humanidad, una mirada a los sueños y las luchas de aquellos que cruzaron fronteras en busca de un futuro mejor".
Ruber Osoria tomó una decisión difícil en 2018, emigrar de su natal Contramaestre, en Santiago de Cuba, en busca de un destino donde desarrollar sin trabas una pasión recién descubierta, la fotografía.
Este artista, que en solo un mes recorrió cuatro países y fue víctima de la trata humana, de la sed, el hambre y el miedo, contó a DIARIO DE CUBA sobre su llegada "accidental" a la fotografía y la consolidación de su carrera en Chile.
