La Asamblea de Cineastas Cubanos denuncia una escalada represiva en su contra

La Seguridad del Estado decidió elevar el nivel de represión contra los creadores de la independiente Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC), a quienes el jueves cortó el acceso a internet en el céntrico cine 23 y 12 de La Habana, donde se reunieron, y luego intentó impedirles depositar una ofrenda floral en la tumba del cineasta Nicolás Guillén Landrián en la aledaña Necrópolis de Colón. 

De acuerdo con una extensa denuncia publicada en el muro de Facebook del colectivo, que exige el fin de la censura y libertad de expresión en Cuba, relató que la reunión "arrancó muy bien", con la asistencia de unas 80 personas, "pero al poco rato comenzaron los problemas".

"Súbitamente bloquearon la conexión a Internet para todos los participantes dentro del cine, dejando a los que ya estaban comunicados desde las provincias y otros países, ciegos y sordos. Ni video, ni sonido. Toda la mañana estuvimos 'confrontando problemas', la conexión entraba unos pocos minutos y luego la perdíamos, alguien intentaba hablar y se interrumpía", señalaron.

"Recordamos entonces que existe una obsesión de las autoridades con el registro. Solo ellos pueden grabar, editar y reutilizar. Les molestan las cámaras, los testimonios, las grabaciones, los medios y las redes sociales. Es una práctica que observamos frecuentemente. Denunciamos y rechazamos esos procedimientos porque siempre, desde que comenzamos con nuestras reuniones, hemos intentado establecer un dialogo respetuoso y participativo con todos los que lo han solicitado", declararon.

Según indicaron varios de los asistentes en sus redes sociales, en los alrededores del cine la conexión funcionaba sin dificultad, pero al entrar a la sala esta se interrumpía.

"Tuvimos de oyentes a un pequeño grupo de estudiantes de FAMCA (Facultad de Cine perteneciente al Instituto Superior de Arte), que por voluntad propia y guiados por pura curiosidad e interés profesional decidieron asistir. Estando allí, fueron advertidos por vía telefónica de que debían 'cuidar sus intervenciones'. Desde el ISA, el secretario general de la UJC intimidaba a los jóvenes para que no intervinieran en el debate. Algo que no pretendían, ni querían hacer. Era su primer acercamiento a la Asamblea", agregaron.

Un segundo episodio represivo, más abierto, tuvo lugar al concluir la asamblea del jueves. Según la relatoría de la ACC, desde antes habían hecho pública la idea de "depositar un ramo de flores a nombre de la Asamblea, en el lugar donde reposan los restos de Nicolás Guillen Landrián desde el 2003. Eso se haría al terminar la reunión y para tal ocasión hablamos con su viuda Gretel Alfonso para que nos acompañara. Gesto que nos parece justo con la trayectoria y obra de un artista excluido durante décadas por 'maldito' y que ha terminado siendo un referente para las nuevas generaciones de creadores cubanos".

Pero días antes, según la ACC, "a varios de nosotros nos comenzaron a llegar por muy diversas vías preocupaciones y comentarios cargados de recelo sugiriéndonos que abandonáramos ese homenaje. También llamaron a la viuda del cineasta para lo mismo".

De acuerdo con la denuncia, el intendente del municipio Plaza de la Revolución y Tatiana Viera, coordinadora de Objetivos y Programas del Gobierno en La Habana, les informaron previamente que "no habíamos solicitado permiso para depositar esa ofrenda", algo que, hasta donde se sabe, no es obligatorio ni forma parte del espeso marco de prohibiciones existente en Cuba.

"Aceptamos nuestro error por desconocimiento de lo que está establecido, pero les explicamos la naturaleza de la acción que pretendíamos llevar a cabo, asegurándoles que no se trataba de una procesión, ni de nada que pudiese obstaculizar el trabajo habitual del cementerio. Solo éramos unos pocos que pretendíamos hacer un homenaje cargado de simbolismo, sin ningún tipo de arengas, ni discursos. Ella comentó su preocupación pues en una llamada a Fernando Rojas (viceministro del Ministerio de Cultura), éste le había dicho que podíamos ser cerca de 100 personas allí".

Finalmente, los cineastas acordaron "que solo asistiríamos 15 miembros de la Asamblea acompañando a Gretel Alfonso, hasta el nicho fúnebre. Nada de prensa, ni de multitudes, solo respeto y silencio como siempre lo pensamos. Estos dos funcionarios aceptaron nuestra propuesta".

Pero ya en la puerta del cementerio, "con sorpresa nos vimos grabados por agentes vestidos de civil que estuvieron todo el tiempo pendientes de nosotros. Dos autos policiales estaban muy cerca de la entrada, donde nuevamente nos encontramos con el intendente y la coordinadora del Gobierno provincial que habíamos conocido horas antes. Ahora estaban además acompañados por el director del cementerio".

"Más 'fotógrafos' aparecían en el interior, incluso uno llevaba una cámara, pero con ropa de sepulturero. La funcionaria nos comentó que como la tumba era privada, no podíamos acceder. Gretel habló con ella, pero le exigieron documentos de propiedad, porque podía tratarse de una impostora. Tranquilamente les dijo que ella no tenía que mostrar ningún papel o documento para honrar la memoria de su esposo fallecido y que los que estaban con ella eran sus acompañantes. Volvieron a recalcarnos que lo que estábamos haciendo no estaba autorizado. Fue inevitable recordar La muerte de un burócrata", indicaron.

"Luego de este nuevo incidente, pudimos finalmente acceder a la zona alejada del centro del cementerio donde se encontraban los restos del cineasta. Las flores fueron depositadas, estuvimos unos minutos allí en silencio y regresamos. En la entrada nos cruzamos con el pequeño grupo de estudiantes de la FAMCA que esperaban para hacer lo mismo", señalaron.

Y finaliza la declaración: "Una y otra vez las reuniones de un grupo de cineastas son vistas con sospecha y deben ser silenciadas y, si es posible, anuladas. Las autoridades quieren solucionar los problemas del cine, pero llaman a los mismos funcionarios que han hecho todo lo posible por destruirlo. Jóvenes e inquietos estudiantes de cine, no deben expresarse en un encuentro donde se habla….de cine. Varios ciudadanos deciden honrar humildemente la memoria de un artista pero, deben antes tener un permiso. ¿En qué momento algo tan natural y cotidiano se convierte en perverso? ¿Cuándo dejamos que el absurdo y el irrespeto determinaran nuestras vidas?"

La ACC fue creada por los cineastas en junio pasado tras la exhibición ilegal y manipulación en la Televisión Cubana de una versión no definitiva del documental La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar. Su oposición a ello dio lugar a una declaración que suscribieron más de 600 profesionales del sector, entre ellos reconocidas figuras como el director Fernando Pérez, el actor Jorge Perugorría y el trovador oficialista Silvio Rodríguez.

Las demandas del colectivo provocaron el cese del presidente del estatal Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y que el Gobierno anunciara la reactivación del denominado Grupo Temporal de Trabajo (GTT) para, presuntamente, atender "los problemas del cine".

No obstante, los problemas de base que exigen atender los cineastas siguen sin ser abordados por ese grupo. En cambio, las presiones sobre el gremio y los integrantes de la Asamblea han ido en aumento en las últimas semanas.