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Opinión

Ana de Armas, entre el orgullo de la nación y el afán de instrumentalización castrista

Si Ana de Armas no merece la manipulación burda del régimen, Cuba merece menos que la actriz ceda al circo repulsivo del castrismo.

La Habana
Ana de Armas durante su visita a La Colmenita.
Ana de Armas durante su visita a La Colmenita. Prensa Latina

El castrismo quiere algo y no es difícil saber qué. Primero, una periodista de Cubadebate sale al encuentro de la actriz cubana Ana de Armas en un paseo por La Habana. "Ana, buenos días, soy Thalía Fuentes, periodista de Cubadebate. ¿Crees que me puedas responder par de preguntas? Disculpe, periodista, estoy de vacaciones. Un placer saludarla". Fuentes sale corriendo y escribe la "Crónica del rechazo", que no titula así, sino "Ana de Armas está en La Habana".

Evidentemente, semejante intercambio de palabras no amerita un artículo, pero el ánimo cubiche, que traduce a lenguaje criollo categorías universales como picardía y astucia, creyó que más vale nada que absolutamente nada y se sacó una crónica de debajo de la manga. Thalía Fuentes no perdió la ocasión para asegurar que Ana de Armas es "nuestra Ana de Armas, porque siempre será de Cuba…". El medio que no respeta integridad alguna se vuelve siniestro en su mansedumbre. La nota sumisa fue publicada el 27 de abril y más tarde Cubadebate la retiró.

Cubadebate es un portal dirigido por Randy Alonso Falcón, un arribista profesional que no escatima energías para amarrarse a cada peldaño ganado. A principios de los 2.000 se hizo popular en los hogares cubanos un adorno en forma de perrito cuya cabeza, fijada al cuerpo de manera ligera, parecía asentir cuando era movida por el viento o manualmente. La gracia popular los apodó "randys", por el modo que tenía el entonces conductor televisivo de asentir de manera constante frente a Fidel Castro.

El mismo día que apareció la nota de Thalía Fuentes, Arleen Rodríguez Derivet, colega de cuitas de Randy Alonso, publicó el siguiente tweet: "Alguna vez todas quisimos ser Ana de Armas. Ella lo es y una siente que todas lo fuimos ya. Gracias, Ana, por la entrega y el esfuerzo que te permitieron llegar y triunfar. Gracias por ser y por estar. Cuba te recibe emocionada". Rodríguez acompañó su tweet con una imagen de la noticia de la llegada a Cuba de la actriz, publicada en Prensa Latina, la agencia de noticias castrista dirigida al público internacional.

¿Qué quiere el castrismo de Ana de Armas?

A falta de prensa nacional ajena al castrismo, los cubanos hemos coincidido en las redes sociales extrañados de esta acogida aparatosa a la actriz exiliada.

Ana de Armas, de 35 años, debe su celebridad a su éxito profesional fuera de Cuba, primero en España y luego en Estados Unidos. La lista de títulos memorables que ha protagonizado no viene a cuento en este artículo, pero sí que en ellos ha estado acompañada de estrellas de la actuación como Penélope Cruz, Harrison Ford, Ryan Gosling o Adrien Brody.

En una cinta reciente, Blonde, De Armas interpretó a Marilyn Monroe, y la celebridad internacional de la película tiene en su caracterización una razón de peso. El filme tuvo su estreno mundial en el Festival de Venecia, importante entre los más importantes, y la actriz fue aplaudida durante 14 minutos, algo excepcional para tales citas, si hemos de creerle a los medios internacionales sorprendidos de semejante impacto.

Para un cubano o cubana más o menos enterado, el éxito de su compatriota es motivo de orgullo y el deseo más sano es que sea apenas su comienzo.

¿Debemos creer que algo de eso le importa al castrismo?

Al castrismo le ha sido del todo indiferente, históricamente, el brillo de las estrellas exiliadas y la estimación pública de sus éxitos. Algo que ha conseguido merced al secuestro del espectro mediático nacional bajo la eufemística categoría de "propiedad socialista de todo el pueblo", en términos constitucionales.

Entre el castigo y la pleitesía: dos caras de la misma perversión

La afirmación de que el brillo de nuestras estrellas deportivas o culturales en el exilio le ha sido indiferente al castrismo no es absoluta. Ya fuera Celia Cruz o Arturo Sandoval, Orlando "El Duque" Hernández o Zoé Valdés, los éxitos profesionales de nuestros compatriotas en el exilio han sido sistemáticamente anulados, junto a un sistema de castigos sádico que solo los ancestros de los Randy y las Arleen actuales podían concebir.

Un sadismo cuya regla básica es negar la entrada a Cuba a la persona célebre, aunque el más querido familiar agonice. A la manera que ese Randy manso y fiero que fue Fidel Castro le impidió a Celia Cruz, en fecha tan temprana como 1962, entrar el país para asistir al sepelio de su madre. En el mismo sentido, un sadismo que impide la salida de los seres queridos de la celebridad maltratada, obligándolos en ocasiones a viajar en condiciones humillantes y peligrosas, como los padres de Arturo Sandoval, que debieron escapar de Cuba en una balsa, luego de que por orden de Fidel Castro les destruyeron sus pasajes de avión y pasaportes el día antes de viajar al reencuentro de su hijo.

Simultáneamente al sistema de exclusión y castigo, el castrismo ha jugado históricamente la carta del sometimiento por seducción. Una estrategia que busca atraer exiliados o estrellas realizadas en el exterior, y que merece mayor atención frente a esta andanada mansa por Ana de Armas.

Ahí está Acosta Danza, la compañía del fabuloso bailarín Carlos Acosta, quien sorteó el bloqueo de Alicia Alonso a los bailarines negros gracias a su excelencia, capaz de rendir de admiración a especialistas y público del Royal Ballet londinense, menos sensibles al racismo que las élites culturales castristas.

Una vez retirado de los primeros planos del ballet, Carlos Acosta fundó en su tierra, con la aquiescencia oficial, una compañía danzaría propia. Eso, en el país donde no es propia ni la ropa que vestimos. A pesar de que la edición cubana de su biografía fue hecha pulpa a días de salir a la venta por su clara denuncia del racismo de Alicia Alonso, y de que nunca ha caído en declaraciones laudatorias de la tiranía que mancilla a los suyos, el castrismo le consiente con el afán de capitalizar algo de su imagen y prestigio internacionales.

Más enjundiosa es la ventaja que busca la dictadura cubana en el Restaurante Yarini Habana, del afamado actor Jorge Perugorría, brillante en su papel de Diego en la película Fresa y Chocolate, que le abrió las puertas de la cinematografía internacional, por la que desfiló, con no menos brillo, a finales de los 90 y principios de los 2000. Y es más enjundiosa porque el barrio de San Isidro es la sede del Movimiento San Isidro, la agrupación de reivindicación de los derechos humanos y la libertad artística que de manera magistral encabeza Luis Manuel Otero Alcántara. Una sede sin inquilino desde que, el 11 de julio de 2021, Luis Manuel está secuestrado en una prisión castrista luego de ser condenado en un juicio sin las menores garantías procesales.

Mientras la ambición del castrismo con la compañía Acosta Danza es asociar su desempeño a los éxitos de los bailarines, lo que se busca con el negocio de Perugorría y otros que crecen en sus inmediaciones es retirar a San Isidro su valor como centro de resistencia cultural bajo el peso del glamour y el olvido.

De los enumerados, ningún caso es tan ofensivo como el del artista Alexis Leyva, más conocido como Kcho. Después de triunfar en galerías internacionales con una obra que tiene como tema fundamental la emigración, un rasgo esencial de la tragedia que a la nación le ha procurado la dictadura cubana; de hacerlo con la reunión de balsas de cámaras de camión, remos improvisados, botes deficientes y materiales marginales, elementos todos que caracterizan nuestro éxodo más costoso en vidas y eventos traumáticos, Alexis Leyva consintió anidar a la sombra de Fidel Castro primero, y Raúl Castro después, y banalizar, con el abrazo de los verdugos, la tragedia que sublimaba en su obra.

Kcho llegó a ser "premiado" con un puesto como diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular, que perdió en 2018 en medio de rumores de corrupción. Asimismo, perdió por aquel tiempo la hegemonía sobre un proyecto de desarrollo local en el barrio humilde de Romerillo para el que había contado con sobrado apoyo institucional.

El menú de la infamia

Son otros los tiempos. Desde el 11 de julio de 2021, cuando la nación mejor demostró su distanciamiento del castrismo, la diferencia se ha profundizado. Hoy el castrismo es horror y la nación sufre. Raúl Torres, Israel Rojas y Annie Garcés no dan abasto cantándole lo mismo a una vacuna, a un difunto con grados de general y antigüedad de momia, que a un equipo de pelota candidato a hazmerreír. Los payasos de ocasión, como Alejandro García Virulo y Ray Fernández, desaparecen de la órbita esclerosada frente a la constatación del desprecio que anima su espíritu guataca.

Cualquier notoriedad con alma de vasallo se agota de inmediato bajo el peso de la instrumentalización castrista. La celebridad de Ana de Armas, su legítimo deseo de seguir viniendo a su país, y su meticulosa omisión de cualquier declaración sobre la agonía política y material de sus compatriotas, le parecen al castrismo una oportunidad dorada como para protagonizar este salto de pulga en busca de hospedero.

Quizás la prueba de fuego fuera aquel interrogatorio realizado al hermano de la actriz, el fotógrafo Javier Caso, en 2020, a propósito de su relación con los cineastas Lynn Cruz y Miguel Coyula. El artista lo grabó en secreto y de allí sale la hilarante frase "la Policía cubana está entre las cinco mejores del mundo", de boca de unos de los interrogadores. Audio convertido en película por la maestría de Miguel Coyula y disponible en redes. La divulgación del material y el tono amenazante de los interrogadores no parecen haber merecido comentario público alguno de la actriz.

Las alarmas de la nación las hizo saltar la visita de Ana de Armas a La Colmenita en días pasados. La compañía teatral dirigida por Carlos Alberto Cremata no escatima la presentación en recepciones oficiales, desde las que se celebran a propósito de la visita de algún truhan de turno como Nicolás Maduro —que replicó la idea en Venezuela con el nombre de Colmenita Bolivariana—, hasta para desfilar frente a los restos de Fidel Castro luego de haber agasajado al zángano más que a una abeja reina. Supuestamente, su amiga de toda la vida, también actriz, es vicedirectora de la institución.

No hay que dudarlo, Ana de Armas estuvo sometida en Cuba a una escrupulosa atención que comenzó mucho antes del viaje y que tuvo finalidades más ambiciosas que un tweet o una crónica mediocre. Acosta Danza, Yarini Habana o el Proyecto del barrio Romerillo se encuentran entre los modelos de ofertas que pudieron sugerir una amiga de siempre o una graciosa periodista de Cubadebate, de haber tenido éxito con su camuflaje de cordero.

Dado su historial de manejo institucional a su conveniencia, el castrismo puede poner a disposición de Ana de Armas lo mismo un centro cultural que la Federación de Mujeres Cubanas. La admirable actriz, orgullo de la nación, no merece la manipulación burda de que está siendo objeto; la nación merece menos que esta joya de su orgullo ceda al circo repulsivo del castrismo: la puja está planteada.

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13 comentarios

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Ella se cabilla los novios de turno en Cuba, a ver si logran aclimatarse,si fallan pasan al olvido como Afleck que tuvo que volver con Jennifer López. Creo que se va a encuerar en otra película que trata de la vida de Mesalina según creo....

Profile picture for user Weston

El tema aburre y la mayor parte de las opiniones tratando de denigrar a Ana de Armas, dan pena.

Profile picture for user Amadeus

Papo, quien da pena eres tú, que discreta y "moderadamente" te alineas a la oficilidad justificando un acto de poco civismo como el de esta señora. Pobre país con gente como ella y tú.

Todos los días van cientos de cubanos a cuba desde Miami, entre los que mi incluyo, a ver a la familia. No me he enterado de ninguno q utilice la visita familiar para pedirle cuentas al régimen. Ahora pretendemos que Ana de Armas lo haga. Mueve a risa….

Es que habemos cubanos con decoro, a los cuales se nos niega la entrada a la isla,pero hay otros.....he dicho.

Profile picture for user Amadeus

Alejandro–– Sencillamente porque Ana es una figura pública cuya opinión tendría un peso y llamaría la atención a la tragedia de los cubanos. Usted no nos interesa porque no lo conoce nadie.

Amadeus, me encanta tu nombre de guerra, que poético.
Lo primero que tienes que hacer, para defender tus ideas, es publicar tu verdadero nombre. Quítate ese papel clandestino y de gatita de María Ramos que estás en USA.

Extraño este artículo por su inconsistencia sobre que es la tal Ana y que papel representa para la Cuba actual ; si está "con o sobre el escudo o bajo el escudo". Esto no requiere mucha trova" . Es un producto "hollywoodense" con sus desaciertos y algún que otro acierto y como dice uno de los comentaristas , esta tal Ana está "pá lo suyo" y vino a Cuba a ver a su familia como se les debía permitir lo mismo a todos los cubanos . Lamentablemente la vara de medir no es igual ! Miles de cubanos no pueden pisar su suelo patrio por culpa de algunos mamarrachos" que se arrogan el "derecho" de juzgar quien es cubano y quien no , sin embargo en este caso , la tal Ana tiene la vía expedita porque es claro que , inconscientemente se aviene a formar parte de la repulsiva propaganda de una dictadura represora de más de 64 años en el poder . Otra "faranduleira" más como otros artistas cubanos que a la postre no "solo saben nadar si no también guardar la ropa". Escoria pura a la postre!

"Mascotas de Pavlov", jajajajaja. Esta gente ahora el " a Ana no le importa Cuba" lo usan para desacreditar todo lo que se diga.
Ana no puede confundirse, de una lado está un país oprimido y hambriento y del otro están sus verdugos. Ana lo tiene fácil aunque "no le importa Cuba".

Magnífico artículo si bien el autor es demasiado generoso al considerar a la señora Ana de Armas admirable actriz, ya que sus reconocimientos responden a los esfuerzos de inversión comercial hollywoodense ajenos a un supuesto talento.

Su participación en una infame película que intenta deshonrar y humillar al exilio al descalificar a sus líderes, sus visitas a Cuba con destacados individuos, y otras acciones personales, obviamente son carnaza para la maquinaria de propaganda de la dictadura.

Por su influyente posición, su inacción más que neutralidad política es una traición a los cubanos que viven la peor tragedia de su historia. Ana de Armas será orgullo de la nación cubana cuando se ponga del lado correcto.

Profile picture for user Amadeus

Deja que leaan este artículo los "Dos del balcón de los Muppets". En cuanto aparece el nombre de Alcántara saltan las dos macotas de Pavlov. 😃😃

Profile picture for user El Cachanilla

Que manera de hablar basura todos, a Ana de Armas le importa un carajo Cuba y los cubanos, ella simplemente vino de vacaciones con su novio y todos los idiotas diciendo¨nuestra Ana !!, Ana de Cuba, orgullo de Cuba, hace una bola de años se fue y no le importa nada de eso idiotas !!

Bueno hijo yo no pajeo con ella, así que no me importa mucho,allá los guatacones y chicharrones. Me quedo con Eva Méndez...