Las imágenes de una instalación en una empresa estatal cubana han generado cuestionamientos sobre el buen gusto y la utilidad, así como burlas en las redes sociales, donde especialistas en Arquitectura incluso han propuesto incluir la obra en un "nuevo estilo".
El Centro de Desarrollo Azucarero (CDA) de La Habana, del Grupo Empresarial Azucarero (AZCUBA), anunció el viernes en su Facebook que continuaba con "las labores de completamiento de la Sala de Historia", y las describió como trabajos por "una mejor visualidad y confort" de los clientes.
Un bohío de tablas de palma y techo de guano, y una escultura que parece ser la representación de un esclavo con cañas de azúcar en los hombros, conforman la instalación, levantada delante del edificio.
El grupo de diseño de interiores y arquitectura Apropia Estudio se preguntó: ¿Alguien me explica de qué se trata? ¿Un bajareque al lado de un edificio moderno/contemporáneo?".
"Por trabajos de construcción como estos, es que es necesario modificar el Decreto 49/2021. Bonito, apuesto y todo lo demás... ¡Estilo arquitectónico: matador!", consideró Yulieta Hernández Díaz, quien se identifica en Facebook como presidenta de la Junta General de Socios del Grupo de Construcciones Pilares.
Para Daniel Sánchez Currás, se trata de "una combinación que rompe totalmente con el entorno poco armonioso existente; consecuencia de una combinación de bajo presupuesto con mal gusto".
Sánchez añadió con ironía: "Muchas felicidades al equipo de realización. Cosas así sí se pueden hacer. Sí se puede, sí se pudo y sí se podrá".
Betsy Anaya señaló que cuando vio la instalación por primera vez, pensó que era un meme, pero lamentó que no fuera así.
"Ni bonito, ni apuesto, pero seguro un muy bajo presupuesto", apuntó Yoannis Osoria.
"Las instituciones con presupuestos bajos y un directivo cuadrado terminan haciendo estas barbaridades que son muy comunes en nuestro país", agregó.
El mal gusto en las construcciones y el diseño afectan al cada vez más decadente entorno cubano. No es la primera vez que "obras" de decoración de interiores y arquitectura mueven las críticas entre expertos y ciudadanos.
En abril del pasado año, una decoración "estilo colonial" de la terminal número tres del Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana, generó críticas entre cubanos de dentro y fuera de la Isla, tras imágenes compartidas en redes sociales por el usuario identificado como Charlie's Blog.
En agosto, un emblemático mural del fallecido artista visual Leandro Soto, ubicado en el Prado de Cienfuegos, fue dañado por la estatal empresa de Recursos Hidráulicos.
El escritor y dramaturgo cienfueguero Atilio Caballero denunció en Facebook lo ocurrido con imágenes del destrozo irreparable en la pared en que está pintado el mural.
En 2017, el periódico oficial 5 de Septiembre, había informado sobre una restauración acometida por artistas locales de la plástica a la obra, ubicada en la céntrica esquina de Prado y San Fernando.
En 2020, una reforma realizada en el parque de las calles G y 3ra, en el Vedado, fue muy cuestionada por los habaneros. El parque fue despojado de su césped y sus árboles para dar paso a adoquines de concreto sin ningún valor.
Un año antes, las labores de trabajadores de la Empresa Eléctrica en la acera de granito que recorre toda la Rampa habanera dejó dañadas obras de importantes artistas cubanos.
Si lo hicieron para demeritar el Havana Hilton, robado a sus dueños, han obrado en vano.Este Havana Hilton (odio el nombre H. Libre) sigue siendo el rey de los hoteles.
"Centro de Desarrollo Azucarero" en una isla donde el azúcar brilla por su ausencia.
Las creaciones artísticas y el cuidado del patrimonio, reflejan el estado espiritual de una época, e incluso su situación económica, salvo contadas excepciones. Estos hechos reflejan que estamos ante una debacle total del pasado patrimonial cubano; así como del presente de la vida nacional, en todos los órdenes; y evidentemente que el futuro en esas circunstancias, resulta impredecible, pero se supone "negro". Estos hechos enumerados, se suman a otros más graves y que todos estamos viendo de forma continúa, entre los cuales se incluyen la destrucción y demolición de edificios emblemáticos del pasado del país -la restauración de uno de los museos de Trinidad (si mal no recuerdo el Palacio Brunet,) fue un desastre en fecha reciente-. A eso se agrega la depauperación de Centro Habana, e incluso de zonas de Miramar, y qué decir de la Habana Vieja, y de otras ciudades y pueblos del país. Sin descontar los problemas con el patrimonio documental y material de Cuba.