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Cine

Cuba, una isla al pairo

Aparicio y Fraguela rescatan del olvido a Mike Porcel y miran la obra de Fidel Castro de la misma manera en que se miran las intervenciones de Mao, Stalin y Hitler.

Madrid
De izq. a der: Amaury Pérez Vidal, Sergio Vitier y Mike Porcel en un fotograma del documental.
De izq. a der: Amaury Pérez Vidal, Sergio Vitier y Mike Porcel en un fotograma del documental. El cine es cortar

En un velero, navegar al pairo, consiste en realizar una maniobra náutica que aún con las velas desplegadas, permite aprovechar los vientos para reducir la velocidad de la embarcación. Básicamente la maniobra es realizar una acción para que, mientras la embarcación entra en un estado de reposo, se pueda realizar una segunda acción. Una maniobra muy parecida a la que ha hecho el ICAIC, según el comunicado público en el que anuncian que la Muestra Joven ICAIC se pospone temporalmente.

Para un capitán de barco navegar al pairo puede entenderse como una maniobra de control de la embarcación, pero también como la acción previa a un rescate. Sueños al pairo, el documental de José Luis Aparicio y Fernando Fraguela, es precisamente eso, una maniobra de rescate cultural ejecutada por dos jóvenes cineastas cubanos (marineros de su tiempo) que descubrieron flotando entre las aguas del exilio a Mike Porcel.

Guitarrista, arreglista, compositor, cofundador del grupo Síntesis y mucho más, Porcel fue uno de los orfebres principales del Movimiento de la Nueva Trova en los años 70 que tras no encajar en su sociedad —esa que sabe más de exclusión que de inclusión— no le quedó otra opción que exiliarse.

Su canción "Diario", que en una de sus frases da título al documental de la dupla Aparicio y Fraguela, traduce en acordes y palabras la huella de un malestar que aún presenta síntomas en su autor: la nostalgia por su tierra. Una aflicción que solo entiende el exiliado que no le ha impedido renacer, desarrollarse, constituir una familia y que, aunque ha disminuido en intensidad con el tiempo, ha calado en lo más profundo de su organismo.

Recomiendo escuchar "Diario" en todas sus versiones. En voz de Porcel es un testimonio de vida de los que sus autores se valieron para imprimir en el relato un sentimiento de injusticia que nos acompañará de principio a fin. Una postura que podría llegar a ser maniquea, pero que le toca al país por la libreta.

Aparicio y Fraguela aprovechan el estado de reposo de su isla para alzar la vista y mirar fuera de sus márgenes. Ellos son portadores de una peculiaridad que podría volverse una constante en el cine cubano que se avecina. Un advenimiento que, contrario a la política cultural del país, plantea mirar hacia el exilio.

Rescatar del olvido a Mike Porcel es comenzar el arduo rescate de millones de náufragos que, como él, aún son incógnitos para los cubanos de la Isla, para las historias que conforman y enriquecen el cine cubano.

Aparicio y Fraguela parecen estar descubriendo a Porcel en su reportaje documental. Sueños al pairo seguramente sufrió de la distancia física entre sus autores y Porcel. Me atrevo a decir que, al no estar presentes los autores cuando se realizó la grabación en off, se perdieron muchos matices. Puede haber muy buenas intenciones artísticas detrás, pero si no se encuentra el tono adecuado para la construcción de esa voz, la historia se resiente y el documental se debilita. Me viene a la mente la interpretación de la canción "Diario" por Santiago Feliú —esta versión no aparece en el documental—, pero diciendo las mismas palabras al menos yo sentí que la canción calaba más hondo.

Un acierto es el desplazamiento de la mirada que se percibe en el documental en relación a la historia reciente de su país. Esto es lo que más puede molestar a los comisarios culturales, los censores. Se percibe un ligero desfase que ha provocado la vida, el paso del tiempo y que permite mirar a Fidel y a su creación, de la manera que ya se han observado y analizado las intervenciones públicas de Mao, Stalin, Hitler.

Ver el pasado con tal distancia permite visibilizar las equivocaciones de nuestra sociedad. Desplazar la historia oficial a un segundo plano e intercambiar los polos es abrir un umbral por el que debemos colarnos muchos cineastas. Para Aparicio y Fraguela, los que una vez fueron considerados gusanos, "los que se arrastraban", ahora serán vistos como víctimas, y los que una vez gritaron "Gusanos" y lanzaron huevos, pasarán a ser los que se arrastran.

Contrario a los colegas de la generación de Porcel —quienes le dieron la espalda—, Aparicio y Fraguela han tenido la valentía de tenderle la mano y dedicarle 30 minutos de metraje y un plano final que apela directamente a la reflexión de todos los cubanos.

¿Hasta cuándo el Gobierno de Cuba y las instituciones culturales van a negar la diversidad de los ciudadanos de su isla? ¿Cuántas películas más se tienen que censurar, cuántos cubanos más se tienen que largar del país? ¿Cuántos cines más tiene que mal administrar el Estado y llevarlos a la ruina? Siempre se habla de las pérdidas que genera un día de bloqueo, pero cuántos días de dictadura equivale en años de atraso al desarrollo de nuestro país.

Me atrevo a afirmar que el muro que construye Donald Trump en la frontera entre México y EEUU es muy parecido al muro que las instituciones culturales cubanas establecieron entre ellos y sus artistas. La gran diferencia es que el primero tiene muchos recursos y el segundo, que se empezó a construir en la Biblioteca Nacional, podríamos derribarlo.  

La institución que defiende "los intereses de los cineastas" acaba de realizar una maniobra náutica y se puso a navegar al pairo ganar tiempo y pensar su próximo paso. Un movimiento en falso y expondrá su naturaleza de burócratas de turno, que insisten en preservar la mirada acartonada que se tiene sobre un muerto que descansa bajo una piedra.

Tras la muerte de Fidel Castro, Slavoj Zizek dijo: "Debe ser olvidado lo antes posible, lo mejor que le puede pasar a Cuba es olvidarlo. Hace diez años, lo que me deprime de la Isla no son estas violaciones humanas y la deficiencia económica, sino la sensación general de expectativa. Las personas están esperando, no están activas ni creando".

¿Cuándo dejaremos de ser una isla al pairo?

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5 comentarios

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Profile picture for user Nico

Se puede estar contra Trump y su muro (que, por cierto, se construye para que no entren los de fuera, no para que no salgan los de adentro, como el de Berlín), pero la comparación de ese muro con la censura castrista está muy forzada, cogida por los pelos. Nada que ver una cosa con la otra. Asimismo, hallo desafortunada la cita de Zizek. ¿Cómo vamos a olvidar a FC si nos jodió la vida a varias generaciones y su régimen sigue en pie, con el Hermanoide todavía con la sartén por el mango? Lo que hay es que darle caña al castrismo todos los días.

Profile picture for user Anton

Creo que la cita de Zizek está ligada al progreso. Olvidar a Fidel es comenzar a pensar en otras cosas que valen más la pena para el país y la vida de los cubanos. Al Castrismo hay que darle caña, pero es mucho mejor usar esa energía para desarrollar otras cosas que para hablar de un muerto. Olvidar a Fidel es no tenerlo presente, olvidarlo a él nunca será olvidar sus crímenes.

Profile picture for user Ana J. Faya

"¿Hasta cuándo el Gobierno de Cuba y las instituciones culturales van a negar la diversidad de los ciudadanos..." Hasta que los cubanos lo derroquen. Un régimen como el cubano es impermeable a esa pregunta desde el poder, porque negaría su esencia.

Profile picture for user Amadeus

Amaury Pérez como el Poncio Pilatos de la Nueva Trova, nos dice ahora: "un día me enteré que se había ido". Él que con su silencio y complicidad con la dictadura fue uno de los inquisidores que permitirieron y toleraron las infamias como las de Mike Pourcel.

Amadeus, si ya vió el documental, véalo de nuevo y préstele atención a lo que dice Amaury Perez. Se dará cuenta de que ha sido injusto con el.