Tras la polémica suscitada por la censura del documental Sueños al pairo, dedicado al trovador cubano Mike Porcel, la artista visual Coco Fusco publicó en Twitter una carta dedicada por el "Movimiento de la Nueva Trova de la provincia Ciudad de La Habana al excompañero Mike Porcel".
Al publicar ese documento, como respuesta a un tuit en el cual el viceministro de Cultura de Cuba, Fernando Rojas, divulga un "intercambio" de Miguel Díaz-Canel con artistas e intelectuales sobre la música y su sistema empresarial, Fusco pregunta: "¿Tendrá algún comentario sobre esta carta a un músico cubano?"
La carta, fechada en La Habana el 21 de mayo de 1980, llegó a Porcel cuando intentaba emigrar a EEUU, en medio del éxodo del Mariel.
Las autoridades cubanas no permitieron que el trovador saliera definitivamente de la Isla hasta nueve años después. No obstante, la misiva del Movimiento de la Nueva Trova acusa al cantautor de ser un "apóstata" y, en coherencia con el discurso homofóbico oficial de la época, sugiere la poca hombría de Porcel, que habría intentado salir de Cuba sin su familia.
"Se trata de huir cobardemente de la verdad, de escapar de todo lo que riega luz, de renunciar a llevar la estrella sobre la frente y volver a ser el buey, la bestia, le negación de lo humano, la imagen vituperable de todo lo que los hombres han soñado con no ser nunca", dicen los músicos cuyos nombres no aparecen en la carta.
"Nos crece el furor al recordar cuánta miseria pudiste haber seguido combatiendo, cuánto horror pudiste haber seguido denunciando, cuánta verdad perdiste, cuánto vuelo has matado, a cuántos asesinos de pueblos has vinculado tu destino, a cuánto luto de madre vas a ayudar con tu traición, a cuánta mentira te has sumado", continúan.
Según el Movimiento de la Nueva Trova, que se arroga en su misiva el derecho de representar al "pueblo de Cuba", la "traición" de Porcel no fue "solamente la hecha" a sus compañeros, amigos y familia.
"Es la traición a ti mismo, a menos que todo lo que hasta ahora has hecho, lo que hayas creado y edificado, no haya sido más que una sarta de hipocresías y mentiras. Vete y piensa que adonde quiera que vayas te seguirá nuestro odio y la lástima con que hemos observado la gradual degradación de un hombre", especifica la carta dedicada al trovador hasta hoy censurado en Cuba.
Sus compañeros añaden: "Se enciende la sangre al recordar las horas de canción y esperanza compartidas y ahora pisoteadas por ti (…). ¿Con qué palabras vas ahora a poder cantar? Porque tu lenguaje, el que te hizo ser querido por nuestro pueblo, le pertenece al pueblo y no a ti?".
"Ahora te conviertes en un sirviente más de los ensangrentados, en un criado de la ignominia, en un agente de la furia y la maldad burguesas", señalan además.
Los episodios represivos que padeció el músico Mike Porcel en la década de los 80 han generado atención tras la censura del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) al documental Sueños al pairo, dedicado por los realizadores José Luis Aparicio y Fernando Fraguela al cantautor cubano.
Tengo entendido que Pedro Luis Ferrer se mantuvo ajeno al repudio contra Mike Porcel y no participó en la redacción de la carta infame. Y puedo asegurar, porque se lo oí en medio de los aplausos, que PLF mencionaba en público a Porcel en su peña de Artes Decorativas (si no recuerdo mal el sitio), tratándolo de buen amigo suyo. Eso en los años 80, cuando todavía mencionar a un 'traidor' podía costar caro.
Nico____ No me consta, pero confío en la presunción de inocencia.
Hoy en pleno 2020 con la desfachatez del fariseismo Amaury Pérez o el Pedro Luís Ferrer hablan flores de Pourcel, pero ¿en todo este tiempo han hecho algo para condenar o criticar la infamía cometida? ¿LO han condenado Silvio Rodriguez, Pablo Milanés, el Virulo y un larguísmo etcétera de artistas e intelectuales cubanos que fueron testigos de la injusticia?
Todos ellos firmaron la carta porque en el fondo fueron cobardes e indignos; cómplices. Algún día tendrán que pedirle perdón no sólo a Pourcel, sino a miles que como él quedaron secuetrados en la Isla después del Mariel, perdieron sus empleos y fueron obligados a vivir en la marginación hasta que pudieron irse o se suicidaron, como algunos.