La estatal Empresa Comercializadora de Medicamentos (ENCOMED) salió a justificar la falta de antibióticos y tratamientos para las enfermedades crónicas, así como de otros fármacos destinados a programas sensibles y banderas de la propaganda del Gobierno cubano como el materno infantil, que ponen en jaque la salud de los cubanos y favorecen el mercado negro.
Una nota de EMCOMED en Guantánamo, publicada por el periódico Venceremos, dijo que "las principales causas de afectación de medicamentos en la provincia, al igual que en el país, se debe a la no disponibilidad de materias primas, la falta de financiamiento en la industria, medicamentos importados no disponibles y problemas en la contratación con proveedores".
Como es habitual en el discurso gubernamental, todos estos problemas son atribuidos al embargo: "férreo bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos".
La comercializadora estatal admitió que la escasez de fármacos afecta principalmente al Programa Materno Infantil (PAMI), aunque no entró en precisiones al respecto.
La crisis del PAMI, aunque las autoridades sanitarias del régimen la nieguen, es un hecho. Ejemplo de ello es el aumento sostenido de la mortalidad infantil reconocida por el Gobierno en Cuba, que cerró con una tasa de 3,9 por cada 1.000 nacidos vivos en 2018 y al término de 2024 fue de 7,1. Además, se han incrementado los casos de bajo peso al nacer y las malformaciones congénitas.
Además de la mala alimentación de las embarazadas, la falta de medicamentos y complementos vitamínicos como el ácido fólico, las pastillas prenatales y el Trofin, producto antianémico creado en Cuba en los años 90, son una constante en Cuba.
Sobre la falta de este último, y como otra evidencia del descalabro del sistema de salud cubano, en diciembre de 2024, la hija del Dr. Raúl González Hernández, creador e investigador principal del Trofin y la línea de productos asociados a dicho complemento, denunció en su perfil de Facebook que, desde su posición de científico jubilado, tenía que mendingar el medicamento para ella, luego de "años de entrega y de lucha para que este producto pudiera llegar a las diferentes poblaciones".
Elizabeth González Aznar escribió que, mientras a su padre le decían que la producción de Trofin era muy baja, ella supo que lo estaban vendiendo a 250 pesos a la población, sin receta ni nada, en una feria comercial en la Ciudad Deportiva de La Habana. "Luego se perdió de las farmacias y lo encontramos en la calle, por la izquierda, a 500 pesos. Era indignante, pero lo necesitaba. Ya de un tiempo para acá, ni eso", detalló.
Según la nota oficial de ENCOMED, también están en la lista de faltantes actualmente los "medicamentos controlados" cuyos "grupos más perjudicados son los antihipertensivos, los de la diabetes mellitus, oftalmología, sistema respiratorio y antibióticos, entre otros".
La información oficial no dice qué se está haciendo para paliar esta crisis y ofrecer tratamiento alternativo a los enfermos. Tampoco menciona hasta cuándo se prolongará la situación.
Sobre la distribución de las almohadillas sanitarias, la misiva firmada por Yanelis Galdeano Vega, especialista principal comercial de EMCOMED en Guantánamo, señala que durante 2024 sólo se entregaron dos vueltas a las mujeres censadas, y en este año aún no hay disponibilidad por parte de la industria para comenzar la entrega de tan demandado producto, debido a la falta de materia prima.
"Se garantiza la entrega de paquetes de algodón para diabéticos y colostomizados", concluyó la nota.
A inicios de este mes las autoridades de Manzanillo, Granma, desmantelaron un almacén ilegal desde el que eran comercializados numerosos medicamentos de origen cubano, sin poseer documentación y arreciando su falta en las farmacias, informó el perfil de Facebook oficialista "Entérate con Aytana Alama".
En el lugar fueron incautados desde antibióticos, medicamentos controlados, antihistamínicos y calmantes hasta jeringuillas, ámpulas, tubos endotraqueales, guantes, bolsas de colostomía, sondas, bolsas de suero, sondas vesicales, hilos de sutura e insumos quirúrgicos de todo tipo.
Poco después, según indicó el mismo perfil oficialista, un ciudadano fue arrestado en la cercana ciudad de Bayamo con una mochila cargada de medicamentos producidos en Cuba, sin documentación legal de los mismos. Ambos casos, si bien pudieran no estar conectados, forman parte de un mismo patrón.
Así, la búsqueda en el mercado informal de medicamentos "desaparecidos" de las farmacias estatales, el pago por atención médica y por prácticas —incluidas operaciones— que se realizan en las instalaciones hospitalarias públicas se han convertido ya en parte del día a día de los cubanos.
En 2024, el titular de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, admitió esta situación ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuando dijo: "Hemos enfrentado, y aún tenemos, una situación de desabastecimiento importante en la red".
"Ello no solo provoca problemas en la calidad de la atención médica, sino en la satisfacción de la población", sostuvo el ministro, quien admitió problemas en la producción, importación y dispensación de fármacos tanto en farmacias comunitarias como en instituciones. En este contexto, la implosión del sistema sanitario cubano ha obligado a la población a pagar servicios supuestamente gratuitos para resolver sus urgencias médicas.