Los gobiernos de Cuba y Rusia muestran, cada vez más, síntomas de plena cercanía estratégica en varias áreas y, en tal sentido, el Instituto Engelhardt de Biología Molecular de la Academia de Ciencias de Rusia y el Centro de Inmunoensayos de Cuba firmaron un acuerdo de investigación científica "enfocado a la obtención de productos que son prioridades para la salud pública de ambos países", informó la entidad de la Isla en su perfil de Facebook.
Sobre este acuerdo, la presidenta del monopolio científico del régimen BioCubaFarma, Mayda Mauri, dijo a la agencia estatal Prensa Latina que "la consolidación de estos convenios es la expansión de la internacionalización de la actividad de investigación y desarrollo, lo cual constituye una prioridad de atención para esa entidad en materia de ciencia e innovación en este año 2025".
Ante el resquebrajamiento integral del sistema de salud cubano y las carencias para el desarrollo científico del país, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés) anunció en junio de 2024 que destinaría más de 11 millones de dólares para desarrollar junto a BioCubaFarma "medicamentos innovadores contra enfermedades geriátricas y oncológicas".
Poco antes, en marzo, la empresa rusa BKF y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba (CIGB) firmaron un acuerdo para el desarrollo clínico y registro del producto Jusvinza para el territorio de Rusia y la Unión Euroasiática. Dicha empresa firmó también un acuerdo con el Centro de Inmunología Molecular de La Habana (CIM) para completar el desarrollo clínico de la vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón avanzado, Cimavax, para el territorio de Rusia y la Unión Euroasiática.
En ese momento, además, ambas partes firmaron acuerdos relacionados con el desarrollo de la vacuna contra la peste porcina africana, así como el desarrollo clínico y registro del producto muteinas IL-2 para el territorio de Rusia y otros países y la obtención de los registros sanitarios de los productos GAVAC y Hebernem para el territorio de Rusia.
De los acuerdos de 2024 y del recientemente firmado en La Habana se desprende que el Kremlin está financiando la industria biotecnológica de la Isla ―empresas chinas también entran en este negocio―, pero con el objetivo de utilizar sus resultados en su territorio por lo que, mientras las autoridades cubanas hacen negocios con Moscú cuyos resultados no alivian el día a día de los cubanos, la búsqueda en el mercado informal de medicamentos "desaparecidos" de las farmacias estatales, el pago por atención médica y por prácticas —incluidas operaciones— que se realizan en las instalaciones hospitalarias públicas se han convertido ya elementos habituales en la Isla.
Los números reales de las exportaciones biotecnológicas cubanas no son públicos, pero sí se sabe que es uno de los negocios principales La Habana. En un artículo para DIARIO DE CUBA, la economista Rafaela Cruz escribió: "Nadie podría decir si está siendo rentable y si fue o no una buena decisión económica. Que hoy sea una industria autosostenible (que ingrese más de lo que gasta) no significa que se hayan amortizado las enormes inversiones hechas para crearla".