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Salud

Más de 1.000 casos de hepatitis en Sancti Spíritus y apenas hay reactivos para confirmarlos

'Casi todos los casos son presuntivos, porque no tenemos el medio de confirmación por laboratorio específico para hacerlo', lamenta una funcionaria del MINSAP cubano.

Sancti Spíritus
Basura acumulada y charcos, imagen típica de cualquier ciudad de Cuba.
Basura acumulada y charcos, imagen típica de cualquier ciudad de Cuba. DIARIO DE CUBA

La provincia de Sancti Spíritus notificó al cierre de 2024 una cifra de 1.080 casos diagnosticados de hepatitis A, un incremento que no veía ese territorio desde hace una década, reconoció Yurien Negrín Calvo, subdirectora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.

En declaraciones al periódico oficial Escambray, la funcionaria señaló que al iniciar 2025 se mantiene la incidencia de casos, razón por la cual las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) local decidieron "reforzar las acciones de control y prevención".

"La hepatitis A es una enfermedad viral aguda, transmitida por la contaminación del agua y los alimentos, y su vía de contagio es oral-fecal; de ahí la importancia del autocuidado y, también, de la protección de todas las personas que nos rodean", comentó Negrín Calvo.

La funcionaria comentó que al cierre de 2024 un brote de la enfermedad que estaba controlado en el municipio La Sierpe reportó nuevos enfermos, aunque "los casos que aún continúan saliendo no tienen relación geoespacial con el primer grupo de pacientes. Además, tenemos incidencia, aunque en menor medida, en los municipios de Sancti Spíritus y Cabaiguán".

La situación epidemiológica se ve más clara cuando Negrín Calvo reconoce que la provincia no cuenta con los medios de diagnóstico necesarios.

"En este momento, realmente el diagnóstico es clínico; o sea, por las características del cuadro clínico de los pacientes; también es un diagnóstico epidemiológico. En el laboratorio nos apoyamos en la realización de las TGP; aunque para su realización no se cuenta con una amplia cobertura del reactivo. Por tanto, existen dificultades para confirmar, mediante el examen de laboratorio específico, la hepatitis A", admitió.

Algo similar ocurre con otras enfermedades muy extendidas en el país, como es el dengue y la fiebre del Oropouche. El MINSAP suele reportar casos de tales dolencias a partir de los síntomas que presentan los contagiados, no de pruebas de laboratorio certificadas. 

"Sí es importante hacer todo el diagnóstico diferencial con otras patologías que pueden mover la TGP, o que igualmente pueden tener un cuadro clínico semejante a la hepatitis A. Por ejemplo, descartar otras hepatitis, como las B, C y las que pudieran estar igualmente relacionadas o que cursan con otras enfermedades que mueven las transaminasas", señaló Negrín Calvo.

"Ha de significarse que en algunas áreas donde existe un movimiento importante de cuadros de arbovirosis, como el dengue, pueden aparecer hepatitis reactivas, las cuales no tienen un cuadro tan florido; pero igual alteran las transaminasas", añadió.

"Reitero, casi todos los casos son presuntivos, porque no tenemos el medio de confirmación por laboratorio específico para hacerlo; sin embargo, la clínica y la epidemiología nos pueden ayudar al diagnóstico. A ello se suma un número de enfermos que no acude a los servicios de Salud y ese es otro subregistro que no hay manera de contabilizar", reconoció.

Según la funcionaria, el cuadro clínico más común en los enfermos puede estar caracterizado por decaimiento marcado en el momento en que comienza la enfermedad; inapetencia; fiebre o febrícula; tonalidad amarilla de la piel y de las mucosas; vómitos; náuseas; dolor de cabeza y de estómago; diarreas; orinas oscuras y heces pálidas o ligeramente blanquecinas.

Sobre las recomendaciones para evitar contagios, Negrín Calvo enfatizó el "control de la calidad del agua y de los alimentos; el agua debe ser hervida, a pesar de las dificultades existentes para hacerlo de forma diaria. Igualmente, es necesario lavar las frutas y los vegetales antes de consumirlos. Cuando hay enfermos en casa se deben desinfectar con cloro las superficies; separar los vasos, las cucharas, los platos; lavarnos frecuentemente las manos antes de ingerir alimentos, después de ir al baño, de manipular pañales de niños o de personas adultas encamadas y, ante cualquier síntoma de los descritos anteriormente, acudir al médico para la atención y orientación precisas".

La funcionaria señaló a las instituciones estatales encargadas de recoger la basura, uno de los mayores problemas sanitarios de Cuba. "No debe obviarse la situación que presenta la provincia con la red hidrosanitaria: las filtraciones, la contaminación cruzada, el sifonamiento, porque no hay un abasto continuo de agua; entonces, se impone tratar el agua que consumimos, emplear el hipoclorito de sodio al 1% disponible en las farmacias", añadió.

Aunque las autoridades del MINSAP y la prensa oficial ignoran o minimizan el problema, el de Sancti Spíritus no es un caso aislado. En mayo de 2024, el sistema de Salud de Cienfuegos reportó un incremento de casos de hepatitis viral tipo A en el consejo popular Reina, a partir de un brote causada por la contaminación del agua potable con aguas albañales.

Dos meses antes, los medios oficiales de Ciego de Ávila indicaron que las enfermedades diarreicas agudas se habían incrementado un 86% en esa provincia respecto a igual mes de 2023.

El subdirector de Epidemiología del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de ese territorio, José Luis López González, reconoció que la calidad del agua era uno de los factores principales que propiciaban el aumento de esas enfermedades.

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