Un joven asesinado, una madre con la cara cortada y un operativo antidrogas, con disparos incluidos en una zona densamente poblada, marcan el inicio de año en Santiago de Cuba, donde persiste la violencia, que el Estado no logra contener.
Aunque el Gobierno se autoproclama vencedor en su lucha contra el delito, la inseguridad ciudadana asciende de forma vertiginosa en este territorio, donde en 2024 fueron detenidos 228 ciudadanos, en su mayoría jóvenes y adolescentes, portando armas blancas, entre ellas limas, machetes, punzones, cuchillos y otros objetos letales, según el periódico oficial Sierra Maestra.
Entre la noche del 31 de diciembre y la madrugada del 1 de enero, el joven de 31 años Elio Delis Hardy fue asesinado de una puñalada en el reparto Abel Santamaría.
Al fallecido le sobrevive un hijo de seis años y fue ultimado por la supuesta compraventa fraudulenta de un móvil.
Un familiar del asesino, que prefirió el anonimato, declaró que su sobrino, apodado Pinguí y llamado el Facebook Buby Malos Pasos, "no tenía intención de cometer el crimen. Le quitó al cuchillo a la víctima y en el forcejeo se produjo el fatal incidente".
Luego alegó que "fue un acto en defensa propia, porque el fallecido intentaba chantajear a su pariente de forma reiterada, y también es casi un niño".
Sin embargo, vecinos y testigos de la bronca callejera rechazaron esa versión y dijeron que "el agredido no era problemático y mantenía buena conducta en el reparto", conocido localmente por "El Salao" y considerado en la actualidad "uno de los más peligrosos de la ciudad de Santiago de Cuba".
En esta zona opera la pandilla "Los 59 del Micro III", que hace un año asaltó a David Enrique Perdomo, a quien le cortaron una mano a machetazos. Por ese hecho, solo fueron detenidos cinco de sus integrantes y todavía no existe ni petición fiscal por un suceso que conmocionó al pueblo, según declaró el propio lesionado.
El segundo incidente de este año se produjo en el reparto Artes y Oficios, ubicado entre los barrios de Flores, Santa Ursula y el Hoyo de Chicharrones. Vladimir Andreu Fernández, de 22 años y con trastornos psiquiátricos, hirió en el rostro a Yerlanis Iglesias Ramírez, según testigos que describieron un corte profundo.
Vladimir ha sido ingresado varias veces en el Hospital Psiquiátrico Gustavo Machín y tras su última crisis fue devuelto a su hogar por falta de camas y medicamentos, dijo un familiar que ha sufrido sus actos violentos sin que las autoridades sanitarias y judiciales intervengan.
"Que hagan con él lo necesario, pues muchas veces se escuda en su trastorno para salirse con la suya y atemorizar a familiares y vecinos", dijo uno de sus primos, "como si la solución es apresarlo, pero sin olvidar que en Cuba no hay nada para medicar" a las personas con enfermedades mentales.
Yerlanis es una madre que laboraba como trabajadora social en el Consejo Popular Flores, graduada de Sicología y en la actualidad vendedora de la cafetería privada La Maltera, donde se produjo el ataque sin que los propietarios pudieran evitarlo.
En cuanto al operativo antidrogas, tuvo lugar en la noche del 3 de enero, en las inmediaciones del Parque de los Muñequitos, del reparto Los Olmos, cuando oficiales del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), vestidos de civil, llegaron sin orden de registro y dispararon varias veces para intentar detener a un presunto vendedor de marihuana.
Los agentes fueron cuestionados debido a los disparos que pusieron en peligro a niños, ancianos y hasta embarazadas.
En su empeño por consumar el arresto, apelaron a insultos y conductas homofóbicas, lo que irritó más a la comunidad, que no se opone a que las autoridades combatan el flagelo de la droga, sino al maltrato, las violaciones legales y el uso excesivo de la fuerza, incluida las armas de fuego.
La repulsa de los vecinos fue tan notable que debieron movilizar a las fuerzas especiales y decenas de patrullas policiales para arrestar a un sospechoso, sin explicar las razones ni posteriormente el resultado del aparatoso operativo.
¿De dónde sale la droga?
En las redes sociales muchos respaldaron la acción policial contra el tráfico de estupefacientes y algunos apoyaron el allanamiento de una vivienda sin orden expresa de un juez o la Fiscalía; sin embargo, la mayoría cuestionó cómo la droga entra, se distribuye y se comercializa en Cuba.
"¿Quién introduce esa droga en el país?", cuestionó Thay Suárez, para luego sugerir: "Primero hay que agarrar a los que permiten su entrada y luego a quienes la venden; pues su efecto desencadena la ola de violencia, homicidios, asaltos y temor a salir a las calles en Santiago de Cuba".
Eloisse Bridgertone sugirió que se hagan operativos "en Trocha, donde la marihuana está a la cara. También frente a las escuelas, que lo mismo venden drogas, que chupachups y pasteles".
Por su parte, Clara Edith Perera comentó: "Por Dios, termina un año con violencia y comienza otro con muertes y heridas, en una ciudad que se ha convertido en el terror de Cuba". Mientras, Elizandra Pérez exigió "tomar medidas con los pacientes psiquiátricos (...) agresivos, porque esta vez fue con una madre, pero mañana pueden atacar a un niño".
Al cierre del pasado año, Santiago de Cuba fue escenario de horrendos asesinatos, como el perpetrado contra una familia cuyos miembros fueron degollados y luego incinerados para ocultar el crimen.
De las 55 vidas que cobró la violencia machista en Cuba durante el 2024, 15 fueron santiagueras, según los registros de los observatorios independientes Alas Tensas y Yo Si Te Creo, donde figuran varias menores de 16 años que fallecieron a causa de las heridas propinadas por sus parejas o exparejas.
Los últimos feminicidios confirmados el pasado año en la Isla fueron de esta provincia. Eglis Pacheco, ultimada en su casa durante un robo y agredida sexualmente, y la adolescente de 15 años, Dayanira, asesinada por el novio en un ataque de celos.
Los unicos que mantenian "a raya" a esos palestinos eran los Tigres de Masferrer