"Parecemos dementes. Arrollamos en apoyo al Gobierno cuando deberíamos hacerlo en contra del hambre, los apagones y la peste", dijo Dalia García al referirse al toque de tambor con que la Conga de Los Hoyos despidió el año en Santiago de Cuba y festejó el 66 aniversario del triunfo de la Revolución.
Para esta maestra jubilada, vecina de Callejuela, el llamado "Recorrido de la Victoria", organizado por las autoridades locales como todos los años, resultó "otra simulación" en medio del descontento, porque "no hay nada que celebrar en una ciudad donde muchas familias no tienen qué comer el 31 de diciembre".
Como Dalia, otros residentes criticaron que con el tradicional recorrido el Gobierno intenta "mostrar a un pueblo feliz en medio de una crisis energética y alimentaria sin precedentes". Y en parte lo consigue, ya que centenares de personas participan cada año.
"Antes de salir, la Policía amenazó con que al primer grito de 'Comida y Corriente' o 'Pinga pal presidente', la conga quedaría suspendida de forma indefinida", comentó Raulito en referencia a la fractura creciente entre el Gobierno y el pueblo.
"Al margen de la manipulación política, que es evidente, cada pueblo tiene lo que merece", opinó María de los Ángeles en la céntrica Plaza de Marte. "Si marcháramos así por la libertad y la democracia, ya habríamos acabado con la miseria".
En Trocha y Carretera del Morro, Luis Orlando comentó que "mezclar al pueblo en esa farsa no elimina los problemas que agobian a los santiagueros".
"Qué tristeza ver a mi país perdido, sepultando la dignidad y la autoestima", comentó Yeny Valdés, quien piensa que en Cuba "se mutila el futuro y se envía un mensaje equivocado a las nuevas generaciones".
"Eso no es ni tradición, ni folclor", dijo Glenda Díaz, "sino una burla contra quienes no tienen jabón, alimentos, ni electricidad en sus viviendas".
Según los trabajadores de la empresa eléctrica de la provincia, en la víspera del desfile triunfalista la patana anclada en la bahía zarpó con destino a Ecuador, debido a "los incumplimientos de pago y la abultada deuda que el Gobierno fue incapaz de saldar con Turquía".
Tal situación incrementó las afectaciones en los nueve municipios del territorio, que reportan entre 16 y 18 horas diarias de apagones, con su costo adicional en el sector productivo, donde apenas se puede garantizar el funcionamiento de contadas industrias.
En Santiago de Cuba, al igual que en el resto de las provincias, los adultos no desayunan casi nunca, pero los niños también están dejando de hacerlo también por falta de pan, leche y otros alimentos.
A diario en la segunda ciudad en importancia de la Isla se reportan aglomeraciones de jubilados que no pueden cobrar sus chequeras y la mayoría de las escuelas y los hospitales no han podido pagar el salario de diciembre por falta de presupuesto y efectivo en los bancos.
Los ciclos de distribución de agua oscilan entre 15 y 25 días, lo que unido al estancamiento de los residuales, la obstrucción de las alcantarillas y la acumulación de los desechos agrava la propagación del dengue y otras enfermedades.
Por falta de combustible el transporte urbano e interprovincial está casi paralizado y los precios se han disparado. Un pasaje a La Habana puede costar hasta 10.000 pesos, una carrera en moto ronda los 500 y el litro de gasolina subió a 1.000 en el mercado negro y las afueras de los servicentros.
"Festivales de calabaza y plátano burro"
Para fin de año son pocas las familias que apenas pueden garantizar una libra de picadillo. La mayoría no tienen acceso ni al pollo, ni a la carne de cerdo, sobre todo a esta última, cuya libra oscila entre 800 y 1.000 pesos.
Las ferias de fin de año que organiza el Gobierno se han convertido en "festivales de calabaza y plátano burro". El ñame, la malanga y las ensaladas que acompañan las cenas navideñas han desaparecido de los hogares, porque no pueden costearse ni haciendo poninas entre vecinos.
En Nochebuena, Santiago de Cuba parecía una ciudad desierta, un ambiente que al parecer se repetirá el 31 de diciembre.
La Alameda y el Malecón permanecen a oscuras, no tienen ninguna oferta y los trabajadores han quedado privados de una de las áreas a las que podían acudir y costear algunos productos con sus escasos ingresos.
Al rendir cuenta de su gestión, Manuel Falcón, gobernador de la provincia, reconoció que este año solo se construyeron 501 viviendas, se dejaron de acopiar más de seis millones de litros de leche y la producción de carne se incumplió en cerca de 390 toneladas.
No obstante, dijo que las ventas ascendieron a más de 34.000 millones de pesos, lo que indica cómo la inflación asfixia a los santiagueros.
El municipio de San Luis amaneció lleno de carteles contra la dictadura y las autoridades arreciaron la campaña mediática para desacreditar las críticas que reciben en la localidad de Dos Caminos, considerada la Siberia o el Sahara de Santiago de Cuba.
Beatriz Johnson, primera secretaria del Partido, dijo que 2024 fue un "año de aprendizaje" y añadió que los santiagueros recibirán 2025 "con el corazón lleno de esperanza y será una oportunidad para servir al pueblo", ocultando que la provincia tiene una de las poblaciones más pobres y hambrientas de la Isla.
Una conga de ese tipo es sólo una aplicación de sicología sobre las multitudes, se descarga la tensión y sigue la cadena con el Blackberry en el pie del esclavo.
Eso será pagado muy caro por el Castrofascismo.
Son unos perros esclavos amaestrados. No digo mas.
Circo...solo circo porque ya no hay ni pan...
La dictadura perfecta es aquella que tiene apariencia d democracia, pero es básicamente una prisión sin muros en la q los presos ni siquiera sueñan con escapar. Es esencialmente un sistema d esclavitud, en el q gracias al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre.
Manipulación del Pueblo y mucho circo no pueden dar siquiera pan, y ya no habrá más que represión, cuando los naguitos de pronto se conviertan en un río salido de su cauce.
Qué más prueba para los incautos que creen que aquello está por caer.
Y así el tal Patterson insiste en decir que los negros son maltratados.
Jo!!!
Mientras los esclavos no se rebelan los dueños de la Plantación pueden disfrutar tranquilos de su fiesta de Fin de Año donde nada falta.