La revelación por parte de DIARIO DE CUBA de la grabación de un juicio en el que salieron a relucir los vínculos con presuntos narcotraficantes de Alejandro Castro Soto del Valle, hijo del difunto dictador Fidel Castro, pone al presidente del Tribunal Supremo Popular (TSP) de Cuba, Rubén Remigio Ferro, ante la obligación de investigar al miembro de la familia Castro y asegurarse de que no quede impune de probables delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Esos vínculos fueron mencionados en el citado juicio por cuatro de seis cubanos que fueron juzgados y condenados por delitos de lavado de activos y falsificación de documentos.
Las violaciones de la Ley de Procedimiento Penal vigente en 2015, cometidas por parte del Departamento de Instrucción Penal, el Tribunal Provincial de Cienfuegos y la Fiscalía al no investigar ni llamar a declarar —ni siquiera como testigo— al hijo de Fidel Castro, y detalladas por el abogado de DIARIO DE CUBA Edel González Jiménez, son más que conocidas por el magistrado Rubén Remigio Ferro, quien tiene más de 40 años de experiencia en cargos en tribunales cubanos.
Para Remigio Ferro no pueden ser nuevas ni las relaciones de amistad que mantenía Castro Soto del Valle con presuntos narcotraficantes ni las violaciones de la mencionada ley explicadas por González Jiménez, pues ya presidía el TSP en 2015, cuando se celebró el juicio. El licenciado en Derecho y Máster en Derecho Constitucional y Administrativo fue designado en 1998 y es uno de los funcionarios cubanos que por más tiempo han ocupado un cargo.
Pero concedámosle al magistrado el beneficio de la duda. Mostrémonos abiertos a creer que son muchos los juicios que se celebran cada año en todos los tribunales de Cuba y que este —en el que se juzgaba a personas vinculadas con dos ciudadanos cubanoamericanos que estaban acusados de narcotráfico en Estados Unidos y en el que se mencionó varias veces la relación de amistad que tenían Alejandro Castro Soto del Valle y altos funcionarios del Ministerio del Interior (MININT) con uno de esos presuntos narcotraficantes— no llegó a su conocimiento.
Sin embargo, después de que DIARIO DE CUBA ha revelado la grabación del proceso judicial y el video ha sido ampliamente difundido en las redes sociales y replicado por otros medios de prensa, Remigio Ferro no puede alegar desconocimiento para no actuar.
Por otra parte, el delito de lavado de activos con el que podría estar relacionado Castro Soto del Valle no ha prescrito pues, como recordó González Jiménez, no han transcurrido los 25 años que exige la ley en Cuba para que los responsables estén a salvo de la persecución penal.
Remigio Ferro está obligado a ordenar la apertura de una investigación para garantizar que no quede impune un posible autor de un delito que se castiga con hasta 12 años de cárcel en Cuba. También debe exigir responsabilidad por las violaciones de la Ley de Procedimiento Penal vigente en 2015 a la instrucción penal, la Fiscalía y el Tribunal Provincial de Cienfuegos.
Esta podría ser la última oportunidad del magistrado para demostrar que en Cuba es posible ser un "juez de la Revolución" y actuar con apego al derecho, la justicia y las leyes; que ser "un juez de la Revolución" no significa estar dispuesto a violar las leyes para favorecer al poder.
En noviembre de 2018, Rubén Remigio Ferro afirmó orgullosamente: "nosotros somos los jueces de la Revolución y del Partido (Comunista de Cuba)", en una reunión encabezada por él en la que participaron la fiscal general, Yamila Peña Ojeda, y la vicepresidenta del TSP, Marisela Sosa Ravelo. En esa reunión, de la que DIARIO DE CUBA también reveló una grabación, en mayo de 2022, estaban presentes asimismo el presidente de la sala penal del TSP, el presidente de la sala de los delitos contra la seguridad del Estado y todos los jefes, a nivel nacional y provincial, de la Dirección General de Instrucción Criminal y de Operaciones del MININT.
La reunión evidenció la falta de independencia judicial que existe en Cuba y la subordinación al poder de quienes deben impartir justicia. Esto se puso de manifiesto en las altas condenas que recibieron los cubanos que protestaron contra el Gobierno durante los días 11 y 12 de julio de 2021, pese a que, después de las manifestaciones, Remigio Ferro afirmó ante la prensa internacional que manifestarse en Cuba no era un delito, sino un derecho reconocido en la Constitución.
El trato que recibieron de los tribunales esos manifestantes no dejó a Remigio Ferro en ridículo, fue orientado por él.
La exjueza Melody González Pedraza contó a DIARIO DE CUBA en entrevista exclusiva, en junio, que el Tribunal Supremo dictó una Instrucción, firmada por Remigio Ferro y aprobada en su Consejo de Gobierno, con indicaciones precisas de política penal para esos casos. Las fundamentales eran: mantener la prisión provisional una vez se recibiera el caso en los tribunales, imponer penas de rigor que implicaran confinamiento, conceder la libertad condicional solo en situaciones excepcionales y que las personas cumplieran la mayor parte de la sanción en prisión.
Sobre los que tuvieran la suerte de ser excarcelados con libertad condicional se debía establecer "un control riguroso" por todas las autoridades del territorio: "Policía, Seguridad y las organizaciones políticas".
En febrero, durante el balance anual del Tribunal Supremo, realizado en La Habana, Miguel Díaz-Canel exigió más severidad e intransigencia a los jueces y les advirtió que no debían esperar mejoras en sus condiciones de trabajo, según contó González Pedraza a DIARIO DE CUBA en otra entrevista exclusiva.
La postura del presidente del Tribunal (Supremo de Cuba) fue "simplemente bajar la cabeza y aceptar la humillación", dijo la magistrada.
Esa actitud constituye una señal de que Remigio Ferro no tendrá el valor de hacer valer las leyes cubanas y la justicia, abriendo una investigación contra un miembro de la familia Castro. No debe descartarse que las autoridades lo tengan sometido a un chantaje, teniendo en cuenta que habría garantizado la impunidad de una expresidenta del Tribunal Provincial de Cienfuegos y exdiputada, presunta autora de delitos de malversación y falsificación, según revelaron fuentes del del Sistema de la Dirección de Atención a la Población del TSP a DIARIO DE CUBA. Por ese caso habría sido reprendido por el entonces segundo secretario del PCC, José Ramón Machado Ventura.
Pero si Rubén Remigio Ferro no es capaz de actuar con respeto al derecho, la justicia y las leyes de Cuba —porque le falta valor o fuerza moral, siendo él mismo, probablemente, una persona corrupta—, entonces lo más ético que puede hacer es renunciar como presidente del Tribunal Supremo.
Que uno de estos testaferros amaestrados indague sobre el accionar de un parásito heredero que es miembro del cartel de Punto Cero, hubiera sido como pedirle a Popeye o al Arete que investigaran al hijo de Pablo Escobar.
Aunque entiendo la intención noble de algunos por desenmascarar la hipocresía y la corruptela socialista, la verdad cruda es que en una tiranía totalitaria los esclavos no tienen ningún derecho más allá del sometimiento, mucho menos a que se les explique porque sus amos trafican drogas, extorsionan o asesinan.
N O H AY T I M B A L E S
Es probable que Remigio este embarrado también...
El Sr.Remigio debe estar haciendo horas extras para intentar exculpar a su jefe sin que se note demasiado.
Después será recompensado convenientemente según sean sus decisiones, bien a favor, bien en contra.
Pero el compañero Remigio está imposibilitado de actuar porque se está comiendo la gorda jueza de Cienfuegos, cómo informó algún corresponsal por aquí, la gorda esa lleva su tiempo para meterle mano; yo mejor le hubiera pedido que me aguantara el camello, pero Remigio es insistente.
Remigio el Terrible no hará nada porque èl mismo forma parte de la maquinaria corrupta del régimen. Si él se atreve se pone la soga en su pezcueso. Eso es lo que ocurre en las oligarquías es una piña de clanes.
Por qué esperar algo de este testa-ferro si todos son delincuentes!?
En estos momentos Don Remigio debe estar considerando a los periodistas, aunque no lo diga, como tractores bulldozers dentro del tabaco.