¿Acto de magia? Tras las protestas, llegan los mandados y la leche para los niños a Holguín

No solo en Songo la Maya, Santiago de Cuba, donde Miguel Díaz-Canel estuvo de visita menos de una semana después de las protestas populares en esa provincia, se ven mejoras de la noche al día. Mientras que en el poblado santiaguero un residente gritó al gobernante durante un acto que allí las autoridades habían pintado las áreas públicas antes de su visita, en Holguín otro inesperado "acto de magia" ocurrió, pero en las bodegas.

"La ministra de Comercio estuvo aquí y visitó bodegas. Parece que, para que la gente no hablara, mira si son descarados, en todo el mes no nos habían traído absolutamente nada. Pero resulta que ahora llegó el aceite, el café, el azúcar y el arroz del mes de marzo, que hasta hoy no habían entrado", denunció para DIARIO DE CUBA desde la ciudad oriental Lucía Carrasco.

Escuetamente, Betsy Díaz Velázquez, la titular del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), informó en su perfil de X de su visita a las provincias Granma y Holguín, donde habría intercambiado "sobre el estado de la distribución de la canasta familiar normada y entrega de los donativos". 

En Bayamo, cabecera de Granma, se produjo una de las mayores manifestaciones populares el 17 de marzo último, exigiendo, como en Santiago de Cuba, libertad, alimentos y el cese de los apagones. ¿Casualidad?

Según el perfil de Facebook del MINCIN, la funcionaria estuvo también de recorrido por Las Tunas, si bien antes presenció en el puerto de Santiago de Cuba "la descarga de los productos de la canasta familiar normada", como denomina el oficialismo a la cada vez más menguada cartilla de racionamiento.

Pero no solo los "mandados de la bodega", como denominan los cubanos a esos productos, se reprodujeron de la noche al día en Holguín. 

"En la panadería siempre dicen que no da tiempo a elaborar el pan por los apagones, por lo que muchas veces la gente se queda sin comer ese alimento. En fin, una historia. Pues como la ministra andaba por aquí, vendieron pan mañana y tarde", aseguró Carrasco.

"Y entonces, la leche, de la que le estaban dando a los niños medio litro, y hace unos días les dieron un litro para dos días, hoy les dieron la leche completa. Mira tú qué maravilla. Hacía falta que la ministra viniera a todos los días a Holguín", ironizó el ama de casa.

En la ciudad oriental no hubo grandes protestas, pero el 17 de marzo un llamado en redes a concentrarse en el céntrico parque Calixto García dio lugar a la militarización del área más importante de la urbe, la tercera más poblada de Cuba, y a la caída del servicio de internet durante alrededor de 20 horas.  

Holguín estaba bajo estrecha vigilancia desde días antes, según sus pobladores, después que en territorios vecinos, como Barra Dalama, Carretera Central y Cacocum, se produjeran cacerolazos y pequeñas protestas durante los extensos apagones de la primera quincena de marzo. 

Asimismo, como reportara DIARIO DE CUBA, el 8 de marzo en el poblado de Guaro, perteneciente al municipio holguinero de Mayarí, un grupo de personas se lanzó a las calles a protestar.

Curiosamente, este fin de semana Miguel Díaz-Canel visitó Cacocum, según reportaron los medios oficiales locales. Allí recorrió empresas y se reunió con los pobladores. Ello, justo a una semana de que el Portal del Ciudadano del Gobierno local publicara fotos de parques y calles desiertas con la leyenda: "Se demuestra la tranquilidad ciudadana en nuestro hermoso Cacocum". El típico desmentido oficial que, por negación, confirma que hubo protestas.

La entrega de migajas por parte de las autoridades a sus gobernados es una de las respuestas del régimen cada vez que hay estallidos sociales. En Santiago de Cuba, por ejemplo, aparecieron a la carrera al día siguiente de las protestas, como confirmó esta redacción, tres libras de arroz, cuatro de azúcar y un poco de leche para los niños en las bodegas.

Según el periodista independiente Yosmany Mayeta, las imágenes de los camiones descargando mercancía y algunos de los productos distribuidos, luego de los anuncios de las autoridades de la imposibilidad de cumplir con las entregas de alimentos, son consideradas por muchos santiagueros como una burla.

Por ello, una residente en Calle 9 de Veguita de Galo dijo, de acuerdo con el reportero: "Eso es comida para hoy y hambre para mañana. Cuando se acabe lo poco que han vendido, ahí viene lo bueno. Lo que queremos es libertad". 

En Holguín, la gente piensa igual.