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Opinión

Lo terrible del 2024 en Cuba, aunque Díaz-Canel siga 'erizando' a la gente

'El castrismo quiere atraer inversores foráneos a la misma vez que seguir siendo una dictadura totalitaria repulsiva.'

La Habana
Miguel Díaz-Canel en su recorrido por Río Cauto y Mayarí.
Miguel Díaz-Canel en su recorrido por Río Cauto y Mayarí. X/@DiazCanelB

Escarmentado por su ridícula afirmación hecha a finales de 2022 de que el 2023 sería "un año mejor", en diciembre pasado Miguel Díaz-Canel, con más lirismo que matemáticas, se limitó a declarar que "a los problemas vamos a buscarles las luces, las soluciones", y llamó a mayor "resistencia creativa", cuidándose de hacer predicciones grandilocuentes siempre fallidas, que sabe serán carnaza para las redes sociales.
 
Porque, aparte de añadirle un uno más al calendario, en Cuba no ha pasado nada. Nada de lo que hicieron en 2023 dará frutos en 2024, ni nada de lo que están haciendo en 2024 dará otro fruto que más inflación, hambre, depresión. Lo único positivo que pudiera hacer hoy el castrismo es celebrar, y eso con poca pompa, los funerales de algunos "muy queridos" dirigentes de la Revolución.
 
Mientras la cúpula del PCC se ufana en aferrarse al poder, los problemas fundamentales de la economía cubana cruzaron el calendario sin penas ni glorias.
 
Improductividad, un problema estructural
 
La productividad del país no puede mejorar sin una inyección monumental de capital que se traduzca en nueva maquinaria y adelantos tecnológicos, mejoras importantes en infraestructuras, viales transitables, modernización en el manejo de personal, marketing, logística y una infinitud de carencias acumuladas cuya enmienda depende, casi exclusivamente, de la importación de ahorros foráneos: inversión extranjera.
 
Y aquí se está en punto muerto, pues el castrismo quiere atraer inversores foráneos a la misma vez que seguir siendo una dictadura totalitaria repulsiva, enemistada con la mayor potencia económica del universo. A golpe de impagos, incumplimientos de contratos y acumulación de deuda, ha logrado que nadie —incluyendo sus más cercanos compinches dictatoriales— confíe como para prestarle un mísero centavo.
 
Cuba, como nación, tiene abundantes condiciones para atraer capital: inmejorable situación geográfica; alta instrucción (en declive); niveles de descapitalización profundos que prometen suculentos retornos de inversión; potencialidad para desarrollar industrias de servicios turísticos, médicos y logísticos; potencial agrícola e industrial para friendshoring
 
Volver yerma esta isla es un logro solo al alcance del socialismo bien aplicado, pero lejos de abandonar tal sistema, el Gobierno insiste en aquello que le garantiza el poder, aunque también garantice la miseria generalizada.
 
Inflación, problema fiscal-monetario

Solucionar la terrible inflación que azota a los cubanos no depende de un aumento de la producción, como repite incansablemente el Gobierno poniendo los bueyes delante de la carreta, pasando su responsabilidad hacia los "poco productivos" trabajadores. La verdadera solución está en una reestructuración del Estado para que controle su gasto a la vez que desata —menos impuestos, menos trabas, menos medidas administrativas— el sector privado. Es el castrismo quien debe mover ficha para que los trabajadores y empresarios puedan producir.
 
Pero en vez de dirigirse en esa dirección, terminaron 2023 con un déficit fiscal del 15% sobre el PIB superando en cuatro puntos porcentuales lo "logrado" en 2022, un desastre económico solo superado por el déficit fiscal del año 2020, cuando la pandemia estaba en auge y la producción se detuvo. 
 
Si el déficit de 2020 tuvo una clara y hasta lógica explicación económica, el déficit de 2023 y el planificado para 2024 tienen, primero que todo, razones políticas, pues es interés del Gobierno y no de los ciudadanos que sea el Estado quien mantenga centralizado y controlado la mayoría de los recursos, siendo este totalitarismo económico la razón de que los ingresos del país se hayan deteriorado tanto.
 
Los miles de millones de nuevos pesos inyectados en 2023 para cubrir gastos muy superiores a los ingresos harán efecto durante todo el 2024. Por lo tanto, esperar otra cosa que no sea más inflación es no querer ver la realidad. Así que no, los precios no se están enfriando, y si los aumentos porcentuales de la inflación son cada vez más discretos es porque el cálculo se realiza sobre una base monetaria cada vez mayor tras cuatro años de alta y sostenida inflación. Sin embargo, en términos del ciudadano el efecto sigue siendo corrosivo.
 
Ya casi estamos en marzo y aunque Díaz-Canel lleva dos meses erizando ciudadanos por todos los rincones del país, explicando el plan de ajuste con el que van a salvarnos, hacer, no han hecho prácticamente nada y, desde luego, nada que desate los nudos políticos que atan la economía cubana.
 
Esta vorágine de productividad en picada e inflación al alza es algo para lo que la ciencia económica ni siquiera tiene nombre, pero no hay que ir muy lejos, bastaría con llamarle castrismo.

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5 comentarios

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Profile picture for user Ana J. Faya

Y de verdad Díaz-Canel S dijo eso de “a los problemas vamos a buscarles las luces…”?????? CUÁLES???? Si la gente vive en apagones!!!! Aparte de ridículo, se metió a espiritista? O alomejor está como los Travelling Wilburys, Heading for the Light. Ay, Cuba!!

Igual estaba animando a "quemar" todo lo que sean problemas...

Profile picture for user GigaPanda

Y todavía hay ingenuos e imbéciles en el planeta que consideran al socialismo como una alternativa; no los descarados y oportunistas que quieren hacerse con el poder, sino individuos que piensan que sí, que el socialismo sirve para algo positivo. Increíble el grado de descerebramiento de algunos.
🧠💥

No vale la pena seguir gastando tinta en analizar la realidad cubana. El castrismo, fidelismo, cuatrerismo, o como quieran llamar al regimen cubano; esta agonizante en el piso.
La question es quien le da el tiro de gracia.

Cualquier cosa que intenten hacer será como una gota en el mar, porque son muchos frentes y todos colapsados totalmente. Parte de la segunda, y la totalidad de la tercera generación Castro querrían entreguar el poder, pero necesitan tiempo para eso. Mientras tanto, el equilibrio es entre represión y hambre, cuando eso se rompa, chau.