La responsable del Departamento de Estado de EEUU Kerri Hannan realizó una visita a La Habana entre el 20 y el 23 de febrero durante la que abogó por los derechos humanos en Cuba y el respaldo a los emprendedores, informó la embajada de Washington en La Habana.
Según una nota de la sede diplomática estadounidense, Kerri Hannan, subsecretaria adjunta de Diplomacia Pública, Política, Planificación y Coordinación de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental "se reunió con la sociedad civil e hizo énfasis en el apoyo de Estados Unidos a los derechos humanos".
Hannan "se reunió con empresarios cubanos independientes para conocer los retos a los que se enfrentan y demostrar el apoyo continuo de Estados Unidos al pueblo cubano y al sector privado cubano", señala el texto del comunicado.
Asimismo, añade que "se reunió con funcionarios del Gobierno cubano e insistió en la liberación de los presos políticos", aunque no precisa con qué autoridades fue el encuentro ni abunda en más detalles al respecto.
Según la embajada estadounidense, la vicesecretaria adjunta "dio prioridad a las interacciones con las comunidades marginadas, incluidos los afrocubanos y los activistas de derechos humanos".
"Al amplificar sus voces y defender sus derechos, reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la defensa de los principios universales de dignidad e igualdad", añade.
Según la nota, "al reunirse con empresarios cubanos independientes, Hannan conoció de primera mano cómo proporcionan alimentos, suministros, empleo y oportunidades económicas al pueblo cubano" y "exploró con ellos cómo el gobierno de Estados Unidos puede potenciar el sector privado independiente cubano con intercambios y otras ayudas".
En enero dueños de MIPYMES cubanas acudieron a una comparecencia en La Habana, días después de un debate sobre las nuevas firmas privadas en la Isla en el subcomité del Hemisferio Occidental del Congreso de EEUU. En este, la congresista republicana de origen cubano María Elvira Salazar aseguró que muchos propietarios de estos nuevos negocios —más de 10.000, según el Ministerio de Economía— son en realidad personas vinculadas con el Gobierno, al que definió como "el Hamás del continente".
Al respecto, Oniel Hernández, cofundador de la firma AUGE, dijo que la empresa privada en Cuba "es real" y que "es imposible que un sector donde están empleados 1,6 millones de personas" esté completamente "vinculado" al Gobierno o a los dirigentes del Partido Comunista.
En la audiencia en el Congreso de Estados Unidos, Eric Jacobstein, subsecretario adjunto en la Oficina de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado, dijo que Washington no planea por ahora permitir a las MIPYMES el acceso al sistema bancario estadounidense.
En ese sentido, Salazar alertó de que hacerlo "violaría el embargo" económico.
Para Carlos Miguel Pérez Reyes, socio de una empresa privada de software, pero también diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular, la comparecencia "fue muy lamentable".
Aunque no todas las MIPYMES en la Isla están conectadas con el régimen, algunas, más profesionalizadas, sí tienen vínculos con el Gobierno y su progreso ha estado atado al establecimiento de negocios con diversos organismos e instituciones estatales.
La analista de DIARIO DE CUBA Rafaela Cruz ha advertido en varios artículos sobre el surgimiento de una nueva clase de pequeñas y medianas "empresas" promovida por el Gobierno que, por lo tanto, tiene privilegios frente al verdadero "sector privado".
El propio Carlos Miguel Pérez Reyes y su negocio Dofleini Software SRL son un buen ejemplo. Dofleini Software estuvo entre las cinco primeras empresas privadas cubanas relacionadas con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) reconocidas como tal por el Gobierno. Péres Reyes ha sido rostro visible de varias campañas de propaganda del régimen.
La MIPYME Merca-Max SURL, propiedad del agente de la Seguridad del Estado Yoandy Riverón, alias "Cristian", ha hecho negocios en Villa Clara con pollo importado desde Estados Unidos a pesar del embargo.
Riverón fue oficial de la Policía política en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas y "tiene probados hechos de represión" contra la entonces profesora Dalila Rodríguez y los estudiantes Karla Pérez González, expulsada de ese centro de estudios, posteriormente impedida de regresar a Cuba y hoy refugiada en Costa Rica, contra Víctor M. Dueñas y contra el animalista Javier Larrea, fundador del grupo Bienestar Animal Cuba (BAC).
Otro emprendedor, Julio Martínez Ramírez, quien fuera el primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) entre 2004 y 2009, opera su propio negocio en el municipio Centro Habana.
DIARIO DE CUBA reportó hace poco cómo una nieta de Raúl Castro, Lisa Titolo Castro, vende los "alimentos favoritos" de los cubanos en la MIPYME Gaia. Un presunto testaferro del régimen, Frank Cuspinera Medina, tiene una gran tienda llamada Diplomarket a las afueras de La Habana que ni siquiera aparece entre la relación de MIPYMES aprobadas hasta ahora.
Siempre me ha asombrado la incapacidad de muchos funcionarios americanos al interactuar con Cuba. Trasladan en sus visiones sobre la isla los problemas que tienen en su país, sin distingo. Y el "uno" se lo llevan los funcionarios que ven en Cuba copias de los problemas raciales de EEUU. En Cuba no hay comunidades marginadas de negros. Hay comunidades marginadas. Y éstas están formadas por mulatos, jabaos, negros, blancos, de cualquier variante de color, unidos todos por la miseria. ¿Que hay problemas raciales? Sí, pero no igual que en EEUU, lo cual no quiere decir que haya discriminaciones mejores, sino se manifiestan diferente en contextos diferentes. Lo triste es que como reacción contra el régimen, hay organizaciones independientes en la sociedad cubana que se dedican a hacer públicos problemas de discriminación y los presentan igual que los americanos. Lo único que falta es un Black Lives Matter, en inglés y todo.
Al parecer el gobierno gringo está muy preocupado con el peligro de derrumbe o caída final de la dictadura que protege. Aunque todavía muchos en el mundo se siguen creyendo el cuento creado durante 65 años de su "pública enemistad", lo cierto es que les va quedando pocos pretextos para mantenerse públicamente "ajenos al problema" y no les va a quedar más remedio que acudir económicamente a un salvamento masivo. Mientras el pobre pueblo esclavo sufre, los castroesclavistas viven esperanzados de que ese salvamento no se demore mucho en llegarles.