El destierro de la cubana Karla Pérez González vuelve a colocar el foco en un tema manido ya, por la cantidad de veces en que el Estado ha incurrido en esta violación de derechos humanos, y del que por tanto siempre tendremos que hablar: la expulsión de estudiantes de la Educación Superior, como represalia a cualquier forma de disentimiento.
Porque Karla, no lo olvidemos, antes de ser una desterrada fue expulsada de la carrera de Periodismo de la Universidad de Villa Clara, por pertenecer al movimiento Somos Más.
El caso de José Carlos Santos Belaunzaran, expulsado de la carrera de Medicina en 2020 por una discusión por motivos políticos con el director de una empresa en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, demuestra que en Cuba ni siquiera es preciso declararse miembro de un movimiento opositor. Basta que pienses "diferente a la Revolución", como le argumentaron a José Carlos al expulsarlo. Basta incluso que te muestres a favor del pluripartidismo y del proyecto Varela, para que te echen de la universidad, como lo sucedió en 2009 a Néstor Pérez González, entonces estudiante de segundo año de Derecho.
El animalista Javier Larrea —quien incluso era miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas— también sobra en las universidades cubanas por atrerve a compartir los puntos de vista de alguien como Karla Pérez o por adelantárse a la dirección del país en la defensa de los derechos de los animales. En su caso, la medida fue separarlo de la carrera por tres cursos, pero aún no se ha ejecutado. Pende sobre su cabeza como una espada de Damocles.
Estas son apenas algunas historias que demuestran que las universidades en Cuba "son para los revolucionarios", una consigna que el actual presidente Miguel Díaz-Canel, cuando era ministro de Educación Superior, en 2009, dijo que sería patentizada.
Es más grave disentir del "proceso revolucionario" que cometer un robo con fuerza
Los comportamientos que provocaron la expulsión de Karla, Juan Carlos, Néstor y otros estudiantes cubanos, clasifican como faltas "muy graves" en el Reglamento Disciplinario para los Estudiantes Universitarios cubanos, aprobado por la Resolución No. 240/07.
Según este documento, las indisciplinas se dividen en muy graves, graves y menos graves. Dentro del primer apartado, aparece: "a) mantener una actitud o cometer un acto manifiestamente contrario a nuestro proceso revolucionario". Esta supuesta falta se equipara en gravedad, por ejemplo, a "c) cometer fraude docente en la realización de todas las formas de evaluación del sistema vigente para la evaluación", y a "ch) apoderarse por cualquier medio de los temarios y contenidos de las diferentes formas de evaluación vigentes, antes de la realización de las mismas".
En un nivel inferior se ubican las consideradas "faltas graves", que incluyen, por ejemplo: "b) cometer, dentro o fuera del centro de estudio, un hecho que pueda ser constitutivo del delito de robo con fuerza en las cosas".
En este sentido, se considera "menos grave", por ejemplo: "e) cometer, dentro o fuera del centro de estudio, hurto de bienes de escaso valor".
La falta "muy grave" se castiga con la expulsión de la Enseñanza Superior, la separación indefinida o la separación de tres a cinco cursos. Para las "graves", la medida puede ser la separación hasta tres cursos de la Enseñanza Superior o la pérdida de los derechos como becario por un semestre y hasta dos cursos.
La sanción más fuerte para una falta "menos grave", como "el hurto de bienes de escaso valor", es la separación por uno o dos cursos de la Educación Superior, aunque se puede salir del paso con una amonestación pública o con una disculpa a la persona afectada.
O sea, aunque seas honrado, si disientes, te expulsan. Si tu comportamiento no es contrario al "proceso revolucionario", que seas un ladrón no es tan grave.
¿El que paga manda?
Según la lógica de que la Educación en Cuba es gratuita, y de que solo gracias a la dádiva del Estado los cubanos pueden estudiar carreras universitarias que en otro país los endeudarían de por vida, es justo entonces que el Estado este dicte las reglas de las universidades. Si paga, tiene derecho a mandar.
¿Pero con qué dinero paga el Estado la educación de los cubanos? Con el de los propios cubanos. En Cuba, la Educación es pública, no gratuita. La actual Constitución lo reconoce en su Artículo 31: "la remuneración con arreglo al trabajo aportado se complementa con la satisfacción equitativa y gratuita de servicios sociales universales y otras prestaciones y beneficios".
Sabemos que esos servicios sociales, supuestamente universales, son la Salud y la Educación. Pero si pueden expulsarte de la universidad por disentir, la Educación no solo no es gratuita, tampoco es universal.
Fidel Castro no implantó la Educación Pública en Cuba, lo que hizo fue eliminar la privada con el argumento de que a esta solo tenían acceso los estudiantes de clases acomodadas. Pero el hecho de que solo haya en el país Educación estatal no garantiza que todos los ciudadanos disfruten de este derecho. Lo que garantiza es que, si te expulsan de la universidad por tus ideas políticas, te quedas sin opciones para continuar estudiando en tu propio país, pese a que el Estado enarbola el derecho a la Educación como uno de los grandes logros de la Revolución.
Si tienes suerte de conseguir una beca en el extranjero, tendrás que salir de Cuba para seguir tu carrera. Si al completar tus estudios, se te ocurre regresar al país donde naciste, pero donde el Estado te viola el derecho a la educación, ese mismo Estado, además, te desterrará.
Los graduados reciben el título de "robolucionarios"
El hombre nuevo: delincuente=revolucionario.
Nadie le dio el contacto a Karla de Carlitos Selfi Premio Sancho Panza? Con ese contacto Karla no solo puede entrar a Cuba sino que ademas se hace un selfie, sale y gana un premiecito en euros y todo.
Lo terrible de las redes sociales y estos foros, es que la cantidad de idiotas aumentan logarítmicamente.
Lo terrible de las redes sociales y estos foros, es que la cantidad de idiotas aumentan logarítmicamente.
Esta generación de estudiantes universitarios cuenta con las redes sociales, el acceso a Internet, que en los 60, 70, 80 y 90 en Cuba no existían. Muy bueno. Muy buenas esas denuncias. Porque el asunto de las expulsiones de las universidades es un problema viejo, que se remonta a los inicios de los 60, propio de un régimen basado en la exclusión de "los otros". Vimos expulsiones ya no solo por disentir, sino por sospechar el disenso; por no asistir a los trabajos "voluntarios"; por ser homosexual o por la sospecha de que se era; por "extranjerizantes"; por cualquier cosa que no se apegaba fielmente al discurso y postura oficiales; a veces porque el estudiante no era del agrado de la dirección del centro docente, se discutía cómo sacarlo de clases. Es que hacer este recuento es doloroso, porque resume mucha ignominia.
Con los años la oligarquía castrista se vuelve mâs fascistoide.