La Termoeléctrica Antonio Guiteras, víctima colateral de la 'contingencia energética'

Desde que la pasada semana las autoridades cubanas anunciaran medidas de ahorro eléctrico extraordinarias, consistentes en un aumento de los apagones, disminución drástica del transporte público, cierre de fábricas y empresas, así como suspensión de clases presenciales y teletrabajo, todos los ojos están puestos en la Termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas.

Esa planta, que genera más de 200MW, es el bloque unitario que más energía aporta al sistema eléctrico de la Isla, y lo hace quemando petróleo pesado extraído en Cuba, por lo que su operación es menos onerosa que la de termoeléctricas que utilizan fuel oil o petróleo importado.

La planta, inaugurada por Fidel Castro en 1988, fue por años la de suministro más estable de energía del país, pero desde la pasada década su funcionamiento se vio afectado por constantes averías. Además, dado que el crudo nacional que consume tiene un alto contenido de azufre, su deterioro es superior al de otras termoeléctricas de la Isla.

Este año, después de una de sus frecuentes averías, en febrero se inició un largo proceso de reparaciones que se extendió durante más de 90 días. En medio de esos trabajos, y dado su estado ruinoso, en abril ocurrió un derrumbe en la chimenea, lo que costó la vida a dos obreros que trabajaban en el lugar y provocó lesiones a otros dos.

El objetivo de la intervención, que ocupó a cientos de trabajadores, era tenerla en punto para soportar la demanda eléctrica del verano cubano, la mayor en todo el año, y que pone en tensión el sistema eléctrico nacional. Finalmente echó a andar a inicios de junio, pese a la promesa de las autoridades de ponerla en funcionamiento en los días finales de mayo.

Justo en esa fecha, el ingeniero Rubén Campos Olmos, director general de la Guiteras, explicó al diario oficial Granma que el énfasis del mantenimiento "estuvo en la reparación del cilindro de baja presión de la turbina", si bien "también fue necesario sustituir tuberías, trabajar en los calentadores de aire, en las torres de salida de 110kV y 220kV, y acometer otras labores en la caldera, así como en equipos y objetos vitales de la industria, sin descartar la recogida de materiales y limpieza de las áreas".

Y aquí el funcionario hizo un anuncio que alimenta la incertidumbre de estos días: incluso después de entrar en marcha, la Guiteras seguiría en preparativos para su mantenimiento capital, que debía producirse antes de concluir 2023. O sea, la intención era mantenerla funcionando solo durante el verano.

Pero con la situación actual, ¿pueden las autoridades darse el lujo de parar la planta? Con unos 250MW menos, que se sumarían al promedio de más de 500 de déficit de los últimos días, los apagones serían masivos e interminables. Si se suma a ello que las termoeléctricas de Mariel, Renté, Diez de Octubre, Santa Cruz del Norte y Nuevitas entran y salen de servicio una semana sí y la otra también, es demasiado el riesgo.

Mas, visto desde otra perspectiva, ¿pueden permitirse, en cambio, forzar la operación de la planta más allá de lo posible? Es decir, ¿es juicioso mantener en operación una termoeléctrica con deficiencias acumuladas que podrían dar lugar a una avería mucho mayor?

En junio último, cuando la Guiteras volvió a operar, el director de Generación Térmica de la estatal Unión Eléctrica, Edier Guzmán Pacheco, precisó que las tuberías del recalentador de altas temperaturas de la planta habían sido la causa de 11 averías que la detuvieron durante 2022.

Tales defectos serían solucionados a partir del saneamiento de las tuberías, así como la reparación de los sistemas de control automático y otras limitaciones tecnológicas, aseguró el funcionario.

"Esos son trabajos que pueden durar hasta seis meses. Vamos a aumentar la confiabilidad, vamos a lograr que el bloque entre lo más estable posible, pero todos estos elementos serían resueltos en el mantenimiento capital, que se está previendo realizar para finales de este 2023", señaló Guzmán Pacheco.

El funcionario aseguró también que en Cuba hay los recursos necesarios para la reparación, que asumiría la Empresa de Mantenimientos a Centrales Eléctricas, y que también se cuenta con piezas de repuesto para sustituir el rotor de la turbina, un trabajo que requiere más tiempo.

Por esa fecha, y ante una de las reuniones de las comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), Juan Torres Naranjo, viceministro del Ministerio de Energía y Minas (MINEM), dijo que tras un análisis de las salidas imprevistas en tres años anteriores de la Guiteras se evidenció que el 48% estuvieron relacionadas con la caldera, el 35% con el sistema de control automático y el 17% por otras causas.

Lo cierto es que la Guiteras, con más de 30 años de funcionamiento, a partir de 2022 nunca ha logrado operar ininterrumpidamente por más de un mes. Y en 2023 la situación técnica de la instalación ha empeorado.

En el programa televisivo de la Mesa redonda del pasado 27 de septiembre, y al presentar la situación del sistema electro energético cubano, el ministro del MINEM, Vicente de la O Levy, comentó que en febrero de 2023 "se hizo un diseño de acciones para llegar mejor al verano que el año anterior" en cuanto a disponibilidad de energía, pero "no se pudieron rotar los circuitos por la avería de la Guiteras" durante ese mismo mes.

"Si no hubiéramos tenido la avería de Guiteras, el comportamiento (del suministro eléctrico durante el verano) hubiera sido ideal, de dos, tres horas de apagón", comentó.

Concluyendo: una nueva avería en la Guiteras es cuestión de tiempo. El déficit de energía que ello traería consigo no podría ser resuelto, como hasta ahora, usando las patanas de generación rentadas a la empresa turca Karadeniz Holding, o los grupos electrógenos, pues todos operan con fuel oil importado.

Las autoridades lo saben: cuando anunciaron el inicio de la "contingencia energética" no mencionaron el mantenimiento capital pendiente. Tampoco luego hablaron de ello.

Jorge Piñón, investigador principal del Instituto de Energía de la Universidad de Texas y uno de los mayores conocedores del tema, dijo a DIARIO DE CUBA sobre el tema: "La cadena de valor del sistema eléctrico nacional necesita una total e integral recapitalización. Soluciones a corto plazo no resuelven el problema. Desafortunadamente, Cuba no tiene lo que más necesita para aliviar este grave problema: dinero y tiempo".

El Gobierno sabe que, de repetirse cortes de servicio similares a los de la segunda mitad de 2022, cuando ocurrieron apagones de hasta más de 12 horas en varios territorios, podría tener que enfrentar nuevamente el estallido social que se produjo entonces. Por eso la Guiteras funciona hoy bajo un compás de espera del que depende no solamente la electricidad que consume Cuba.