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Cinco años de Díaz-Canel

Lis Cuesta Peraza: Ni primera ciudadana, ni primera combatiente, tuitera desaforada

Cinco años en el poder de su esposo le han asegurado a la funcionaria un sitial en la historia cubana, para bien o para mal, ostente o no el título de primera dama.

Madrid
Ilustración de Lis Cuesta Pedraza.
Ilustración de Lis Cuesta Pedraza. DIARIO DE CUBA

Hace unas semanas,  Lis Cuesta Pedraza acompañó a Miguel Díaz-Canel a República Dominicana. Allí, mientras su esposo asistía a la Cumbre Iberoamericana, ella se sumó al convite que ofreció la anfitriona Raquel Arbaje. Durante un corto periodo Cuesta Pedraza se regocijó con el título de primera dama que le concedió Arbaje.

"Cuánto hemos disfrutado este encuentro con las primeras damas que nos visitan en el marco de la Cumbre Iberoamericana", escribió en Twitter la dominicana.

La esposa del presidente Luis Abinader condujo a las mujeres en un recorrido por el casco histórico de Santo Domingo y por la Ciudad Colonial. En las fotos compartidas por la primera dama dominicana se vio a una sonriente Lis Cuesta, con vestido estampado. 

No se puede hablar de cinco años de Gobierno de Miguel Díaz-Canel y omitir el papel de su esposa y "compañera de ideas". Ella juega el rol de la primera dama en Cuba, por primera vez en casi 60 años, por mucho que el título le haya sido negado. 

Ni "primera ciudadana" como la argentina Cristina Fernández de Kirchner, ni "primera combatiente" como la venezolana Cilia Flores. Díaz-Canel dejó claro en una oportunidad que ella es una "esposa que trabaja en su trabajo".

Lis Cuesta Pedraza es "simplemente" una funcionaria al frente de la agencia Paradiso del Ministerio de Cultura, que comercializa cursos, talleres y eventos para extranjeros. Eso sí, con privilegio de viajes (no se ha perdido una sola gira de Díaz-Canel al extranjero), al frente de la organización de eventos lucrativos, de "portada" en la prensa oficial alimentando la imagen de pareja feliz, y haciéndose una trinchera propagandística en Twitter para amplificar los discursos oficiales con la guapería más chabacana de La Habana. 

Cinco años en el poder de su esposo le han asegurado a Lis Cuesta Pedraza un sitial en la historia cubana, para bien o para mal, ostente o no el título de primera dama que tan burgués suena a los propietarios del "gran solar". 

Cuesta Pedraza ha estado al frente de grandes comelatas, lo mismo tras bambalinas cuando la cocina criolla cubana fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, que posteriormente dando la cara en varios eventos del Cuba Sabe para promover a la Isla como un "destino gastronómico" y en medio de la crisis alimentaria crónica que padecen los cubanos. El último de estos encuentros, en enero, tuvo por sede el hotel de superlujo Iberostar Grand Packard con China como país invitado.

Este mismo mes Miguel Díaz-Canel y Lis Cuesta acudieron a la clausura del XXIII Festival del Habano, que cerró con una gala benéfica en la que se recaudó una cifra millonaria y en la que hubo además un banquete. Allí la pareja presidencial fue vista y fotografiada degustando habanos. Acompañaron a millonarios extranjeros y expertos del mundo en una subasta que este año dejó una suma récord.

Muy dedicada estuvo Lis Cuesta en sacar adelante el programa del boicoteado San Remo Music Awards Cuba, que del 5 al 10 de abril de 2022, incluyó conciertos, un desfile de modas, un concurso de interpretación con 16 finalistas de casi todas las provincias cubanas, otro evento culinario y una Feria Internacional de Negocios, en la que participó la propia Cuesta.

El festival, que estuvo en el centro de la polémica durante semanas, terminó realizándose con unos pocos participantes de Italia, España y México, después de que a inicios de febrero, en apenas 48 horas, siete artistas de alcance internacional declinaron su participación, entre ellos los más publicitados: el dúo Andy y Lucas y Álex Ubago, españoles, así como el mexicano Kalimba, el también español Carlos Torres y los cubanos residentes en la Isla Arlenis Rodríguez y Raúl Paz.

Sin embargo, donde más se ha hecho sentir la esposa del "presidente" es en las redes sociales. Desde que debutó en los espacios virtuales se ha ganado una reputación, no de las mejores entre los detractores del Gobierno, pero sin lugar a dudas una notoriedad que le valió el calificativo de "tuitera innovadora" por su hit "el dictador de mi corazón".

Lo que fue considerado por muchos como una burla a los cubanos, cuestión de hackeo, cuenta parodia o un exitazo entre los memes, para la periodista oficialista Arleen Rodríguez constituyó la entrada "en una fase nueva en los modos de comunicar".

Los numeritos de la dama no han parado de generar controversia, desde aquella definición de "libertad, la palabra más bella y la más abusada", pasando por sus declaraciones cursis de amor rendido y correspondido, hasta su más reciente guapería: "Sí, soy comunista, y qué".

El 28 de marzo fue el cumpleaños de la señora. "Muchacha que quiero en todas las horas conmigo, junto a mí. Amante y compañera, de ideales y proyectos, de vida y de sueños. De ayer y de mañana. Porque de tu felicidad nace la mía, te quiero feliz, incluso cuando no parezca posible, @liscuestacuba. Felicidades en tu cumpleaños[sic]", le escribió Díaz-Canel y ella, toda derretida y en mayúsculas, le contestó: "¡GRACIAS, AMOR MÍO!".

A la "no primera dama" le queda mucho que explotar en Twitter en los próximos cinco años de Gobierno de Díaz-Canel. Quizá en esos terrenos pueda alcanzar un título menos clasista que aquel que ha rechazado el "dictador de su corazón".

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5 comentarios

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Profile picture for user Gladiator

Puede que el miércoles Cuba amanezca sin su impresentable persona ocupando el puesto de 1° cosa de lo que sea...

Profile picture for user cubano libre

La Primera Gorda de Cuba, la Puerca Lis Cuesta, sigue viviendo en aquél mundo paralelo que se inventó la familia dictatorial, sin juntarse, claro está, con la realeza Castro por su condición de clase baja, lo triste es que nadie sabe cuánto les durará a ella y al Canelo esta vida de vacilones, viajes, aviones privados, piscinas, jacuzzis, criados, comelatas, comiendo cómo verdaderos marranos, a la primera real metidura de pata que afecte algún miembro de la familia real los regresaran a Las Villas a comerse un cable, les quitarán las carteritas y los trajecitos cheos, pero caros, aquellos tiempos de dirigente provincial ya habrán quedado atrás para el Culiao Díaz Canelo, por fin bajarán de la mata a la Ex Miss Piggy de Cuba y volverá a su origen de chivata de cuadra.

Profile picture for user Amadeus

El chiforober no tiene arreglo.

Profile picture for user pim-pam-pum

Ella es primera No dama, porque tiene poco de dama y bastante de chusmona, entre los tuits que le dedica al esposo, que me parecen fuera de lugar pues no son una pareja de adolescentes para andar en esas boberías públicas, y la chealdad revolucionaria patente en todas y cada una de sus declaraciones deja bien claro lo grande que le queda el cargo a esta compañerita que lo único que sabe hacer bien es comer, porque hasta el mal gusto que tiene en el vestir aún no se le ha quitado. Recuerdo cuando Raisa Gorvachova comenzó en la vida pública era bastante chea también pero ella sí supo rodearse de personas que la aconsejaran bien y la verdad es que nada tenía que envidiar a Nancy Reagan cuando sus maridos se encontraron.

Profile picture for user Ana J. Faya

En cualquier país donde la esposa del mandatario se dedique como tal a actividades públicas, hace lo mismo, apoyar a su marido y su política, sea Jill Biden, Melania Trump, Brigitte Macron o esta dominicana. La curiosidad sobre Lis Cuesta es que el "cargo" de "esposa de.." estuvo vacante en Cuba por décadas y en el régimen de Díaz-Canel S para eso sí que no hay continuidad, hay que inventarlo. Además viene convoyado con la retórica revolucionaria de no mencionar la categoría de damas, de si debe ser esposa o compañera, o si atenta a la equidad llamarle "Primera..." Todo muy ridículo, como es Díaz-Canel S con los tweets que le ha dedicado a Lis, y ella también con su "dictador del corazón y su "mango". Segura estoy de que dentro de la elite del poder ha tenido detractores.