Díaz-Canel politiza la consulta popular del Código de las Familias

Luego de celebrarse el 97% de las reuniones previstas a nivel de base para la consulta popular del Código de las Familias, todo indica que la maquinaria del poder no está satisfecha con lo que acontece en esos espacios donde la población está emitiendo libremente sus criterios acerca del referido documento.

Tras la realización de un corte de lo planteado por la ciudadanía hasta el pasado 20 de febrero, las tendencias no marchan en el sentido deseado por las autoridades, las cuales apuestan por que el Código de las Familias sea aprobado en los términos en que se halla redactado el actual anteproyecto.

En esas reuniones de barrio han sido más las críticas que las declaraciones de apoyo al Código de las Familias. Aspectos referidos al matrimonio y la adopción de menores por parte de las parejas homosexuales, así como la denominada gestación solidaria, entre otros, conforman los elementos más cuestionados por la población.

En ese contexto, y en una evidente muestra de impaciencia porque el tiempo parece acabárseles, los jerarcas del régimen han decidido tomar cartas en el asunto. El mandatario Miguel Díaz-Canel, en una videoconferencia originada en el Palacio de la Revolución y con participación de autoridades de todo el país, acaba de declarar que "el Código de las Familias es socialista".

De esa manera ya no hay medias tintas. Ha desaparecido el espíritu de tolerancia hacia las opiniones divergentes. En lo adelante, todo aquel que se manifieste en contra de la esencia del anteproyecto en discusión, se está pronunciando contra el sistema socialista prevaleciente en la Isla, con las consiguientes implicaciones políticas que ello pueda conllevar.

A tono con la nueva estrategia gubernamental, se anuncian otros espacios donde la población acuda para plantear sus criterios acerca del Código. Se trata de los centros de trabajo y las instalaciones educativas. Sitios donde, en general, las personas se cuidan de expresar puntos de vista que incomoden al régimen.

El secretario general de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, y la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobielle, presentes en la videoconferencia, de inmediato dieron a conocer los preparativos de sus organizaciones para acometer la tarea indicada.  En el caso específico de la ministra, apuntó que las discusiones del anteproyecto en su organismo llegarán hasta los educandos de la enseñanza primaria.

Como vemos, ya a los gobernantes no les basta con la aplicación, a su manera, de la tan cacareada "democracia participativa", que consiste en llevar únicamente a los medios de difusión (la televisión, la radio y la prensa escrita) los razonamientos que comulgan con sus políticas. Ahora toman medidas para que también a nivel de base prevalezcan los criterios de su conveniencia.

Por supuesto que semejante estrategia apunta hacia un objetivo bien definido. No es otro que manipular a la opinión pública para que voten a favor del Código de las Familias —en la versión que presente el régimen— en el referéndum  que se celebrará una vez que la Asamblea Nacional del Poder Popular elabore la versión definitiva del documento.

Y no hay que olvidar que los castristas son maestros en eso de manipular a la opinión pública nacional. Ya lo hicieron en el plebiscito de 2019 que "aprobó" la Constitución de la República. En aquella ocasión bombardearon a toda hora a la ciudadanía con el mensaje de votar sí a la Constitución. Incluso, llegaron a calificar de "boicot al plebiscito" la simple referencia a un voto negativo.    

Díaz-Canel, como implacable juez de un evento deportivo, ha decidido elevar el listón de la competencia. Ya no se opinará o votará solo por un Código de las Familias. Ahora habrá que tomar partido ante su socialismo.