Entre Ciego de Ávila, Las Tunas, Matanzas y Sancti Spíritus sumaron en 2021 un total de 9.101 cabezas de ganado mayor robadas y sacrificadas, según cifras oficiales.
De acuerdo con el periódico oficial del primer territorio, Invasor, las 1.689 reses hurtadas allí supusieron más del doble de las reportadas en 2020, cuando fueron 824 los animales perdidos por esa razón.
Según Rubiseyda Martínez Aguilar, jefa del departamento de Genética y Control Pecuario en la provincia, esa cifra es una nadería comparada con las aproximadamente 9.000 que fueron reportadas como fallecidas por razones distintas al robo y sacrificio.
Esa cantidad supone el 4,8% de las 191.281 reses censadas oficialmente en Ciego de Ávila, según el informe presentado por el Ministerio de la Agricultura local en su asamblea de balance.
Todo ello, abundó Invasor, impacta en el retroceso de la ganadería, donde muchos animales mueren, según las autoridades, a causa de la desnutrición, la falta de agua o el mal manejo del rebaño.
El propio informe de la Agricultura culpó al "descontrol de la masa por parte de las estatales Unidades Empresariales de Base ganaderas y de los privados, y conteos que no se realizan con profundidad, periodicidad y la responsabilidad requerida".
2022 no comenzó con mejores augurios. Solo en enero hubo 235 sacrificios ilegales (128 vacas y 107 caballos) en Ciego de Ávila, apuntó el reporte.
"De los malhechores seguir este ritmo, el 2022 podría duplicar al 2021 que, a su vez, duplicó al 2020… Todo indica que a la escalada cuesta ponerle frenos y que las sanciones de los tribunales, aun siendo excesivas en comparación con otros delitos, no han logrado contener esta infracción", resumió el medio oficial.
Según Invasor, en Sancti Spíritus los hurtos y sacrificios fueron 1.746; en Las Tunas 4.454; y en Matanzas, 1.212. Estas cifras deben ser tomadas con discreción, considerando que no todos los campesinos reportan las pérdidas de sus animales.
Esa situación, así como el bajo rendimiento de los animales que quedan, ha hecho disminuir de manera crítica las entregas de leche y carne a la industria, en momentos en que el primer producto casi ha desaparecido en la Isla.
La debacle de la ganadería en Cuba se ha acentuado desde que en 2021 las autoridades impusieran el paquetazo económico de la Tarea ordenamiento, que encareció los insumos de los campesinos y complicó la ya delicada situación de los ganaderos. Ello, a pesar del muy celebrado por las autoridades incremento del precio al que el Estado les compra la leche.
Esta misma semana el periódico oficial de Sancti Spíritus, Escambray, aseguró que allí, además de los robos de animales, murieron en 2021 más de 20.000 cabezas de ganado mayor, cifras que calificó como "de espanto".
En el censo de 1946 se registró la existencia en Cuba de 4.116 millones de cabezas de ganado vacuno, para una población que no superaba los 5,5 millones de personas. Esto, equivalente a 0.748 cabezas de ganado por habitante. Entre 1946 y 1958 la cifra se elevó de 0,748 personas por cabeza.
Al cierre de 2010 —según datos ofrecidos por el fallecido economista cubano Oscar Espinosa Chepe— el ganado vacuno se había reducido en Cuba hasta 3.992.500 cabezas, lo que arrojaba 0,36 cabezas de ganado por habitante, casi tres veces menos que en 1958.
Con estos truenos en cualquier momento declaran a la vaca animal doméstico exótico en peligro de extinción.
¿ Y quedaban tantas ?