Durante seis décadas, a la sociedad y a la economía cubanas se les ha intentado dirigir mediante la planificación racional centralizada, una estructura "más adecuada" según los sesudos —y siempre interesados— análisis del ente planificador, ya fuese Fidel Castro, el PCC o la oscura casta político-militar actual.
El intento de controlar todo se ha convertido en un apoteósico descontrol que provoca incoherencias en el uso de recursos y oportunidades, lo que ha generado una sociedad estrambótica y falta de armonía. El más extremo de estos desequilibrios es haber convertido a Cuba en una economía tercermundista, al borde de la quiebra, pero con índices demográficos como los de Canadá.
Si el envejecimiento y la contracción poblacional son motivo de preocupación en aquel país, en la Cuba actual será detonante de una catástrofe humana de la que la población parece ser poco consciente, ya que el Gobierno jamás transmite la necesidad de cambios urgentes que los datos demográficos indican.
Una de las bases más importantes del contrato social —como idea abstracta— que mantiene funcional una sociedad, es que de entre aquellos miembros que han dejado de ser productivos, los que lo necesiten serán sostenidos por los miembros trabajadores, creándose así una pirámide que es más sostenible mientras más amplia es su base activa y más agudo su vértice pasivo.
La pirámide cubana —también en esto— está invertida. En la Isla el único grupo poblacional que está creciendo es el de los mayores de 60 años, que ya supera un 20% de la población; y el índice de natalidad —cantidad de nacimientos por cada 1.000 habitantes— es el menor de Latinoamérica.
Cuba es el país más envejecido y el que menos se reproduce de todo el tercer mundo. El fenómeno es tan acuciante, que en términos totales, e incluso sin tener en cuenta a los que emigran, la población del país está, aparte de envejeciendo, decreciendo: el año pasado nacieron 8.000 personas menos de las que murieron.
Otros países alivian esto atrayendo inmigrantes, pero ¿quién querría trabajar en Cuba? Los propios cubanos están dejando de hacerlo, hoy hay casi 200.000 menos personas trabajando que un lustro atrás, solo tres millones de cubanos en el sector productivo son los que mantienen al país.
En lugares como Canadá, parte importante de los miembros de la tercera edad han logrado acumular riqueza en forma de Seguridad Social, cuentas de ahorro, inversiones en seguros, títulos bursátiles, participación en propiedad de empresas o propiedad inmobiliaria; como consecuencia, un importante sector de la tercera edad, aun jubilado, es independiente —hasta cierto punto— de las generaciones más nuevas.
De hecho, la tercera edad en esos países forma un estrato con personalidad propia, cuyos ahorros en gran parte financian los emprendimientos de los jóvenes, y que además tiene una significativa capacidad de consumo que aviva una industria especializada; es decir, aunque estén jubilados, retirados directamente de la producción, los capitales de estos ciudadanos siguen generando riquezas.
En Cuba, las generaciones que están terminando su periodo productivo son aquellas que solo han trabajado bajo condiciones económicas castristas de monopolio estatal de la producción y la propiedad, por lo que nunca tuvieron capacidad de ahorro, ni oportunidad de inversión o creación de emprendimientos, mucho menos participación real en la propiedad empresarial. Para colmo, muchas veces sus propiedades inmobiliarias están depauperadas.
De ahí que estas generaciones que en Cuba están saliendo de la producción sean una carga; sí, una carga para las generaciones productivas actuales, que de ellas solo heredan un capital invertido obsoleto y escaso en franco proceso de agotamiento tecnológico.
Los cubanos una vez jubilados dejan de crear riqueza, cesa su aporte económico, se convierten en fuente de gasto neto. Al no poseer capitales acumulados, ni pueden financiar emprendimientos actuales —que siguen siendo obstaculizados por el Gobierno— ni pueden ser un grupo con un consumo importante, que genere una demanda agregada lo suficientemente potente como para que se cree un sector para satisfacerla: los viejitos cubanos se visten con harapos, comen un pedazo de pan malo y el turismo más largo que harán será en la bodega.
Ciertamente, tienen atenciones médicas que serían la envidia de muchos de sus homólogos del tercer mundo, lo que los lleva a vivir casi 80 años de media, pero ya vemos que cuando hay falta de libertad, hasta los buenos resultados son motivos de desgracia.
Por supuesto, esta situación no es culpa de ese anciano que con la espalda doblada camina bajo el sol vendiendo maní, o de esa señora que se sobrepone a los dolores articulares remendando ropas ajenas; la culpa es de los que aún hoy obligan a la juventud a elegir entre vivir cerca de sus padres e inventar para mantenerlos, o vivir lejos y poder mandarles lo que necesitan para comprar en una tienda MLC.
Un buen articulo. Puede ser provechoso establecer comparaciones entre Cuba y República Dominicana en cuanto al crecimiento del Producto Interno Bruto, leyes que atienden a la corrupción, auge de la sociedad civil, proyectos de infraestructura, tecnologías disponibles, protección animal y medioambiental y otros factores sociales y políticos que definen a dos países de tamaño similar ubicados en la misma región del Caribe; comparaciones que duelen mucho al control absoluto en la isla de Cuba.
Pero la masa (fofa y parasitaria) gobernante continuó creciendo.
Cuba no es país para viejos ni para nadie. Cuba es un país de carneros inertes, poseídos por el espíritu oscuro del manipulador en jefe. Mientras no despierte ese pueblo, seguirán pastando otros 60 años.
Por favor alguien que le pague unas vacaciones al Trelles, pero bien lejos
Tico__ ¿Para Papua Nueva Guinea?
Ni para viejos ni para nadie. Los jóvenes en cuanto tienen chance, abren brecha y se largan. Lo que síse da bien allá es el marabú, los piojos, la sarna, la miseria, la desesperanza y el hambre.
Aqui en Miami he conocido a mas de un viejo que fueron unos ñagaras poseídos por el caracoquismo y que le entregaron a este sus almas que han encontrado con tristeza que les da mas negocio venir a sus 65 años a coger un cheque del gobierno gringo, al que tanto detestaron y vivir con un medicare y medicaid para el que nunca dispararon un chicharo. Tenemos que agregar que el regimen vitalicio de la familia Castro no le paga pensiones a los retirados que deciden vivir fuera de la plantación, ahorrando así muchísima plata.
Reverendo___ Al paso que ya vamos Miami se convertirá en un protectorado del régimen. Allí se pagan las pensiones y se financia la alimentación y manutención de los cubanos de la Isla. Súmele los Manolines Matasanos de la Salsa, Gentuzas de Zona, los Edmundos y demás escorias. Estamos rodeados.
Amadeus, pero más que los cubiches de nueva generación, el departamento de inmigración es máximo responsable de dar visas a entes que un mes después se declaran castristas y no les que uitan la residencia ni suspende sus visas
Eso no es mentira, tienes razón. Pero tú eres uno de ellos. Tú llegaste a EEUU por cobarde, huyendo y jamás dijiste odio a los castros.
// Los ancianos y retirados, VÍCTIMAS MAYORES DEL CASTRISMO //
¡El castrismo embarcó a todos los trabajadores desde el principio por no permitirles tener un buen fondo de retiro, INVERTIDO EN ACTIVIDADES SÓLIDAS PRODUCTIVAS!
Todos han quedado enganchados y desamparados dependientes de que un régimen fallido y en bancarrota use sus fondos (??!!) para "cuidar de ellos en su vejez".
Pero... ¡eso es lo único que tenemos! SEGUIMOS SIN OCUPARNOS DE TRABAJAR EN DESARROLLAR EL REEMPLAZO PARA ESE CASTRISMO QUE PADECEMOS. Ni empezamos a HABLAR sobre cómo hacer esto, que ni es terriblemente difícil. (Ni de hablar, hablar, hablar de SOLUCIONES. De qué hacer con estos viejitos víctimas del castrimo, por ejemplo... )
¿Quién es más culpable de la situación, el castrismo O NOSOTROS?
Pues hágale Trelles, hágale.
Pues hombre hágalo usted , acabe de revelar esa formula mágica que escondes debajo de la manga y deja de importunar con la misma letanía. Por el amor de Jehovah Dios de los ejércitos.
Si solo se tratase de una economía centralizada, el problema es que es centralizada en un solo partido, que a su vez es propiedad de la familia Castro y todos los dineros que debieron ahorrar para garantizar la seguridad social de la tercera edad ya se lo han feriado en cualquier disparate. Las finanzas de la plantación Cuba son de emergencia, sacan de un lado para poner parches en otros según sea la urgencia. No acaban de reconocer que el planificador mas eficaz que existe es la oferta y la demanda. En paises normales donde los capitales que tienen que garantizar la seguridad social de la tercera edad estan garantizados, esta es un gran negocio donde los viejos son disputados por instituciones medicas, existen redes de transportación, casas de cuidados y hasta day cares, porque la vejez se convierte en un negocio para algunos y para bien de los viejos.