El senador Bob Menéndez (D-N.J.), al referirse al anuncio de cambios de la Administración Biden en su política hacia Cuba, expresó: "el anuncio de hoy corre el riesgo de enviar el mensaje equivocado a las personas equivocadas, en el momento equivocado y por todas las razones equivocadas". Desgraciadamente, en política son más decisivas las percepciones que las buenas intenciones.
La percepción inevitable que este anuncio transmitió a la élite cleptocrática cubana es que finalmente rompieron la columna vertebral de Estados Unidos. Y lo lograron al día siguiente que La Habana adoptara el Código Penal más brutal de todas estas décadas, que incluso amplía el uso de la pena de muerte para varios supuestos "delitos" y condena a muchos años de prisión a cualquier persona que reciba apoyo económico —aun para pagar sus comunicaciones— de fuentes que no sean del agrado del Gobierno.
¿A cuál sector "privado" se pretende ayudar?
Seamos claros. Hay una diferencia entre atender temas como la reunificación familiar, los trámites de visas, el monto de las remesas, y otro muy distinto en abrir subrepticiamente la puerta trasera del embargo para que fluyan capitales hacia un imaginario sector privado cubano que aún no puede calificar como tal. Un sector "privado" que está bajo el yugo de los gobernantes que deciden si esas personas, sean campesinos o emprendedores urbanos, pueden obtener una licencia para trabajar por su cuenta, qué pueden producir, a quién pueden vender sus productos, y a qué precios. Emprendedores que adicionalmente están sometidos a un sistema impositivo asfixiante y a un Estado policial represivo.
Es el momento adecuado para recordar a quienes crean que pueden ayudar a los cubanos levantando ciegamente las restricciones a sus opresores, cómo llegamos a esta crisis.
Campesinos y emprendedores independientes se reunieron con consumidores en los meses de octubre y noviembre de 2020 en más de la mitad de las provincias de Cuba para analizar la crisis económica entonces emergente, la hambruna en ciernes y las posibles salidas para evitar esa tragedia. El 18 de diciembre de 2020 —siete meses antes del estallido nacional de julio de 2021—, la Liga de Campesinos Independientes y la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) enviaron una carta abierta a Díaz Canel. En ella lo emplazaron a convocar un diálogo nacional entre el Gobierno y los campesinos, empresarios y consumidores. La misiva contenía las siguientes demandas:
"Demandamos libertad económica, única vía racional para salir de esta crisis. Por libertad económica entendemos libertad para registrar la propiedad legal de nuestras tierras y negocios, así como para producir, fijar precios, comercializar, exportar, importar y atraer inversiones, sin intermediarios estatales y sin fijar límites a las áreas económicas de nuestra gestión ni al crecimiento de nuestros emprendimientos. Esta crisis es ante todo el resultado de un modelo estatista fracasado. Está todavía en nuestras manos conjurar la hambruna y pobreza que ya se extienden por toda Cuba. Podemos transformar esta crisis en el país mejor que todos merecemos. La nación cubana —no solo nosotros— espera por su respuesta."
La respuesta del régimen fue insistir en sus desastrosas políticas y reprimir a quienes enviaron la carta. Lo que la Administración Biden debería comunicarle al pueblo cubano es que miles de millones de dólares en inversión y comercio fluirían en breve desde Estados Unidos hacia la Isla si el Gobierno de La Habana aceptara lo que estos campesinos, empresarios y consumidores exigieron hace dos años.
En efecto, la Ley Helms-Burton no impide transacciones económicas con un genuino sector privado. Esa es la palabra clave: genuino. Cuando la Administración Obama incentivó a la empresa Nestlé a que comprara café directamente a los campesinos cubanos, el Gobierno y la oficial Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) lo impidieron.
Y ahí, en ese detalle, está la trampa. ¿Cómo la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Washington va a examinar miles de solicitudes provenientes de un país donde el empresario privado no lo es realmente? Los campesinos y cuentapropistas carecen de autonomía para decidir qué producir, vender, comerciar, importar, exportar, fijar precios y seleccionar socios.
¿Otra vez Playa Girón?
Hacer que la OFAC acepte como genuino actor privado a la ANAP o a un supuesto emprendedor que ha ganado su licencia repartiendo golpizas el 11J es caer en una gigantesca trampa. Hace apenas unos días Nicolás Maduro y Luis Alberto Rodríguez López-Calleja hablaron de la "refundación creativa" de su estado mafioso. Caracas ha comenzado su "creativa" piñata. Sería irónico que la OFAC termine financiando una privatización en favor de los nuevos oligarcas de Venezuela y Cuba semejante a la que, en su momento, ayudó a crear el Estado mafioso de Putin en Rusia.
Financiar la piñata equivaldría a una traición peor que la de Playa Girón. Si entonces se abrió cauce a la implantación de un Estado comunista, esta vez se facilitaría la consolidación del Estado mafioso en la Isla, en estrecha alianza con Venezuela, Rusia, Irán y otros enemigos de la libertad. Contribuir al apaciguamiento de la sociedad cubana para lograr la estabilidad en ese país vecino sería otorgar la victoria definitiva a la cubana Dirección General de Inteligencia (DGI) y la espía Ana Belén Montes.
La Administración Biden debiera declarar pública y claramente que, en efecto, habrá fondos multimillonarios esperando para fluir hacia un genuino sector privado en la Isla cuando allí reine un mercado libre y un Estado de Derecho que garantice propiedades, libertades y derechos ciudadanos.
En otras palabras: el mensaje que Washington debe enviar a los cubanos es que cuando los ciudadanos logren quitarse de encima el bloqueo interno a sus libertades, fluirán los recursos desde Estados Unidos para reconstruir el país. Parafraseando al senador Bob Menéndez, ese sería el mensaje correcto, a las personas correctas, en el momento correcto y por razones correctas.
Estarán de pláceme aquellos que continúan suscribiendo el extraño e ilógico razonamiento de que la forma de acabar con la tiranía es dotándola de recursos.
¿Mejor el remedio que la enfermedad-sangró?
¿Del infierno el verano con mucha carne de puerco que sangra sin refrigeración?
¿El pargo herido nadando sangrara?
Sangró, sangra, sangrara
Se~nor Blanco,
Comprendo el dilema de los que como ud. se oponen a las medidas. Es que, ayudando al pueblo cubano también se beneficia el gobierno. No es una situación de ganar-ganar. Sin embargo entiendo que las ventajas para la población sobrepasan con creces el hecho que una parte del dinero vaya a las arcas de Gaesa y compannia.
En particular, acciones de apoyo al sector privado, que hoy día emplea al 20% de la fuerza laboral en Cuba, incrementaran su independencia económica respecto al estado. Algo que tendrá necesariamente implicaciones políticas a mediano plazo.
Finalmente, esperar a que los ciudadanos logren quitarse de encima el bloqueo interno a sus libertades
para que los recursos fluyan es, cuando menos, un desatinado de una política que tiene 60 annos de fracaso.
Las tiranías castrista, chavista, orteguista y demás dictaduras latinoamericanas existen por culpa y gracias a los gobiernos norteamericanos, todos ellos son unos grandes HP, nunca les ha interesado ni el destino ni el sufrimiento ni las miserias del pueblo, eso es mentira, lo único que tienen son intereses, para nada saben de amistad o solidaridad con el prójimo. El error nuestro siempre ha sido confiar en los Estados Unidos, Martí lo comprendió desde mucho antes de que se convirtieran en imperio, por su impotencia ante tal situación decidió inmolarse. F. Castro también lo entendió desde muy joven, solo que lo utilizó muy hábilmente para sus intereses personales convirtiendo a la isla en su feudo familiar.
Mucho más diría yo, las tiranías castrista, chavista, orteguista y demás dictaduras latinoamericanas existen por culpa y gracias a quienes las apoyan y las votan. A ver si los pueblos acaban de asumir las responsabilidades que sus acciones tienen.
Muy buen artículo. El error de la administración Biden en esto es claro, y no pudiera explicarlo mejor que el autor. Si la élite cubana sigue los pasos de Caracas y comienza a repartir lo que malamente ha administrado por décadas, incluso con "financiamiento" de Washington, no hay garantías de que se beneficie la población. Porque en Cuba no hay libertad de comercio, de asociación, de expresión, no hay libertad de nada, y esa --no el limón-- es la base de cualquier sociedad próspera. Lástima dan quienes piensen que algún beneficio se alcanzará con esa movida.-
"Sería irónico que la OFAC termine financiando una privatización en favor de los nuevos oligarcas de Venezuela y Cuba semejante a la que, en su momento, ayudó a crear el Estado mafioso de Putin en Rusia"--dice Blanco. Apenas añado un detallito: Con tajadas para Wall Street y otros interesados en Miami.
Los americanos son muy buenos comerciantes, pero muy malos políticos: no se dan cuenta que tienen la sartén por el mango. Podrían exigir condiciones antes de soltar el dinero. Cualquier tamalero de esquina en Iztapalapa, tiene más picardía! 😊
Se logro mas en terminos de visibilidad internacional, apoyo a favor del respeto de los derechos humanos en Cuba etc. con las piedras lanzadas despues de las medidas de Trump que con los bajate-el-blumer de Obama. El que no vea eso esta ciego.
Con este otro deshielo se nos acaba de aguar el cubalibre.
Pues.., más de lo mismo. No voy a repetir lo que he escrito en otros foros del mismo tema y que han sido enterrados por numerosos textos posteriores.
El Sr. Blanco escribe: "La percepción inevitable que este anuncio transmitió a la élite cleptocrática cubana es que finalmente rompieron la columna vertebral de Estados Unidos.". La realidad es que con Biden, ya estaba rota. Parafraseando a Kafka: "Ese cántaro ya estaba roto mucho antes de llevarlo a la fuente".
Ya ha pasado suficiente tiempo del levantamiento popular de julio, y Obama (el poder tras el trono), ha decidido retomar las relaciones con Cuba para darle fin a su legado.
Si es bueno o malo, el tiempo lo dirá.Lo único cierto es que han pasado más de seis décadas y el pueblo cubano sigue en la miseria.Un pequeño golpe en un bloque de hielo puede crear una grieta que crezca con el tiempo y quiebre el bloque. Lo peor es la inercia, el inmovilisimo, como la culebra y la rata, que por vigilarse tanto, no comen, no beben, y mueren..
Más de 60 años de relación de amor y odio entre el régimen cubano y los inquilinos de la Casa Blanca.
Se salvó Lopez Callejas...
Ya ese estaba salvao, a Liborio es al que le van a aumentar un perrito y un múslito de pollo al mes.