'No se vislumbra que ninguna de estas medidas favorecerá un cambio democrático en la Isla'

Las reacciones al anuncio de un regreso a la política del "deshielo" de la era Obama por parte de EEUU en lo referido a Cuba sigue generando reacciones por parte de representantes de la sociedad civil cubana tanto dentro como fuera de la Isla.

DIARIO DE CUBA contactó a varios representantes de organizaciones políticas opositoras y de derechos humanos, y tuvo en cuenta la opinión de académicos, para conocer su posición ante la política anunciada el lunes.

De acuerdo con Manuel Cuesta Morúa, político socialdemócrata y vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba, uno de los opositores más conocidos de la Isla, si bien las medidas "son importantes", el reto es "cómo hacerlas efectivas".

"En momentos en que se recrudece la represión son esenciales las acciones y el mensaje de que las y los demócratas cubanos cuentan con el apoyo de gobiernos e instituciones amigos de la democracia en Cuba", comenta.

Acerca de si la decisión de hacer el anuncio ha dependido del chantaje migratorio lanzado por La Habana desde que en noviembre pasado decenas de miles de cubanos comenzaran a volar a Nicaragua, que los eximió de visas, para desde allí viajar a la frontera sur de EEUU, Cuesta Morúa no lo descarta.

"115.000 cubanos entrando a los Estados Unidos en apenas cinco meses es una bomba migratoria potente. Creo por otra parte que estas medidas estaban pensadas desde antes de la ola migratoria. Biden había dejado claro en su campaña por la Casa Blanca que retomaría de algún modo la política de Obama. Puede parecer una respuesta de urgencia a una crisis, pero no lo creo. Lo que no destruye el argumento del chantaje migratorio por parte del régimen cubano. Una política asumida desde los años 80", señala. 

Cuesta Morúa ve con optimismo las ayudas dirigidas a la sociedad civil independiente que propone la Casa Blanca. "Hay una red bien densa, ajustada y horizontal que posibilitaría la entrada de recursos directos sin la mediación del Gobierno. Solo habría que posibilitar y garantizar el acceso de los cubanos. Tengo entendido de que una plataforma con base en Canadá estaba explorando una opción que alejaría a los militares de los puertos de entrada del dinero. Por ahí hay una vía".

"Creo que esto permitiría multiplicar las fuentes de envío de recursos a la sociedad civil. En un momento en el que se codifica la criminalización de la ayuda a los demócratas cubanos, a los periodistas independientes y los activistas pro derechos humanos es fundamental ampliar y liberar la capacidad para el envío de ayuda legítima", subraya. 

El politólogo e historiador Armando Chaguaceda recordó que las medidas anunciadas por Washington "responden a demandas humanitarias de amplio apoyo dentro y fuera de Isla: migración y remesas. Pero el timing que eligen (después de aprobación del Código Penal y antes de Cumbre de Américas) es pésimo", advirtió en un hilo en su perfil de Twitter.

"Lo humanitario es loable. Pero la ausencia de otras medidas (más apoyo a empresarios y activistas independientes en la Isla; poner a Cuba en el marco de una agenda global democrática y no como disputa bilateral) muestra a un presidente Biden poco creativo, mal asesorado y ajeno al timing", advirtió.

"En esto hay también otros (co)responsables: las agendas de lobistas anti embargo y el establishment anticastrista en EEUU, que han privilegiado ganancias y shows por delante de una estrategia amplia, coherente y eficaz para enfrentar la crisis múltiple agudizada durante 2020/22 en Cuba".

"La crisis que no se resolverá, por más migración y remesas que vengan, pues derivan de un modelo ineficaz para todo lo que no sea reprimir. Así que será en esa población empobrecida y en esos activistas comprometidos donde debemos poner los ojos y el corazón, más todo apoyo posible, en adelante", finalizó.

Juan Antonio Blanco, doctor en Historia, analista político, ex diplomático en Naciones Unidas y director ejecutivo de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC, por sus siglas en inglés), suscribe la declaración del senador cubanoamericano Bob Menéndez, quien dijo sobre las medidas: "este anuncio tiene el riesgo de enviar el mensaje equivocado, a la gente equivocada, en el momento equivocado y por razones todas equivocadas".

Blanco comenta a nuestra redacción que la decisión de Washington "tiene que ver con la ola migratoria, pero sobre todo con la idea de que dándole recursos a la dictadura cubana al final mejorará un poco la situación en Cuba y ese país será más estable, disminuyendo así los flujos migratorios. La idea fue elaborada por la Inteligencia cubana y promocionada por su espía estrella, Ana Belén Montes, en la década de los noventa".

"En Cuba no existe un sector privado, porque no hay un mercado libre, sino personas con una licencia para buscarse un ingreso sin que el Estado les pague por lo que hacen", subraya.

Blanco recuerda que en diciembre de 2020 la Liga de Campesinos Independientes y la Federación de Mujeres Rurales (FLAMUR) dirigieron una carta abierta a Miguel Díaz-Canel proponiendo cinco medidas para evitar una hambruna en Cuba.

"Esta misiva fue ignorada, pero sus firmantes fueron reprimidos. Seis meses después el país explotó el 11 de julio. ¿Quiénes van a ser esos emprendedores a los que la Administración Biden quiere quitarles de arriba las restricciones del embargo y abrirles camino a miles de millones de dólares? ¿Será la nueva oligarquía que da pasos, junto a Venezuela, para privatizar las empresas estatales a su nombre? ¿Terminará la Administración Biden financiando la piñata cubana que se acerca?", se pregunta.

Por su lado, Yaxys Cires, democristiano, director de estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) y coordinador de la plataforma Cuba Humanista, dijo a DIARIO DE CUBA que "posiblemente la Administración Biden haya recibido presiones desde varios frentes para tomar estas medidas: del Gobierno cubano con su desafío migratorio; de los lobbies y, recientemente, desde los gobiernos izquierdistas de la región, con López Obrador a la cabeza, quienes están boicoteando la Cumbre de las Américas para que Estados Unidos invite a los regímenes antidemocráticos de la región".

Coincidiendo con Chaguaceda, considera que "es raro, como mínimo, que estas medidas salgan ahora, cuando el régimen está en su máximo nivel represivo, con más de 1.000 presos políticos en las cárceles y a pocas horas de haber aprobado un Código Penal más liberticida que el actual, que podría llevar a la cárcel incluso a quien reciba financiación desde el exterior para apoyar el ejercicio de los derechos de sus compatriotas", subraya.  

"Algunas de estas medidas, las humanitarias, habían sido pedidas a la Administración norteamericana por actores democráticos cubanos desde hace más de un año, cuando comenzó el agravamiento de la situación humanitaria, pero no hubo respuesta. El hecho de que sean anunciadas en el contexto represivo actual y en presumible respuesta a dinámicas de presión, dificulta que estos sectores democráticos sean protagonistas de algo que podría favorecer a un sector de la población".

Acerca de la posibilidad de que la política de ayudas de Washington a la sociedad civil independiente sea efectiva, comenta: "El sistema bancario y financiero cubano está controlado por el Estado y, con éste, por GAESA, pero también controlan la mayor parte de la economía, comenzando por los mercados minorista y mayorista. Es positivo que se busque las vías para que las remesas lleguen de manera directa a los ciudadanos, pero también que se abaraten los costos de envío y que las reciban en moneda fuerte". 

"No me gusta mezclar el tema de las remesas con el de los emprendedores, porque aunque muchos han comenzado sus emprendimientos con el apoyo financiero de sus familias en el extranjero, cuando esto se hace como parte de un programa del Estado, se requiere de mecanismos de transparencia y control, de modo que se pueda evitar que los beneficiarios sean los afines al régimen y limitar que los beneficios pasen por las manos estatales. ¿Ya pensó la Administración norteamericana en esos mecanismos?", se pregunta.
 
Sobre una de las quejas de la oposición en Cuba tras el comienzo del "deshielo", y que se vuelve a repetir ahora, dice: "Pareciera que una vez más se toman medidas de manera unilateral, sin que el régimen cubano haga cambios políticos, económicos y sociales verificables. De hecho, el nuevo Código Penal es lo contrario, y le permitirá al Gobierno cubano mantener su mecanismo de chantaje, como es el tener presos políticos en todo momento como moneda de cambio. Que sepamos, ni siquiera hay un compromiso del régimen de entregar las remesas en dólares o de eliminar la potestad de decidir qué cubano entra o sale de su propio país".
 
Sobre la posibilidad de que estas medidas contribuyan a conseguir la democracia en Cuba, Cires reitera su incertidumbre.

"Las que son humanitarias son buenas para la gente, aunque no resuelven los problemas de base, que son el fracaso del sistema socialista. La que tiene que ver con el intercambio académico y cultural, creo que favorece a unas élites, y probablemente a un modo único de interpretar la cultura. Y la que tiene que ver con el apoyo a los emprendedores puede ser positiva si se garantiza, mediante mecanismos efectivos, que esta asistencia no sea controlada por el Partido Comunista y sus testaferros".

"¿Hay alguna exigencia de elecciones libres, cambios políticos y respeto a los derechos humanos? No se vislumbra que ninguna de estas medidas favorecerá un cambio democrático en la Isla, teniendo en cuenta experiencias anteriores", finaliza.