¿Ciencia e innovación en finanzas y precios? Para eso está el mercado

Cuando el río suena, es que agua lleva. El viejo refrán viene que ni pintado para describir el actual impasse con los presupuestos de 2022 del régimen comunista cubano, que se anunciaron en la Asamblea Nacional el pasado mes de diciembre, pero que siguen sin ser publicados en la Gaceta Oficial, y, por tanto, no tienen existencia jurídica aún.

Nadie entiende este retraso en la publicación oficial de las cuentas públicas, tal vez motivado por aspectos burocráticos y de gestión. Pero lo asombroso es que, mientras tanto, la maquinaria propagandista de la prensa oficial castrista nos presenta una noticia que, desde luego, es sorprendente, por calificarla de algún modo. El asunto debe ser de la máxima importancia, porque lleva la firma de Miguel Díaz-Canel y tiene que ver con el "¿Cómo y para qué hacer ciencia e innovación en Finanzas y Precios?".

Sí. Se ha leído correctamente. Granma y Cubadebate, y los demás, dedican un espacio a una visita de Miguel Díaz-Canel al Ministerio de Finanzas y Precios de Meisi Bolaños para, según dicen, "evaluar la implementación del Sistema de Gestión de Gobierno basada en Ciencia e Innovación en el Ministerio de Finanzas y Precios".

Un "regalito" de la ministra al máximo dirigente comunista, para mostrar su adhesión inquebrantable, utilizando los contenidos de su ya conocida tesis doctoral que debe servir de inspiración a la acción de gobierno. Y mientras tanto, Cuba sigue sin presupuestos publicados, y funcionando como puede. En estas estamos cuando ya nos acercamos a finales del mes de enero, por lo que conviene prestar atención a lo que pretenden lograr con este "sistema de ciencia e innovación de finanzas y precios".

Vaya por delante que es difícil encontrar experiencias similares en algún otro país del mundo. La ciencia e innovación suele estar vinculada con áreas productivas de bienes y servicios donde el objetivo es atender las necesidades de la población, y propiciar de forma equilibrada y eficiente, el desarrollo económico y social. Sinceramente, no es fácil imaginar ciencia e innovación aplicada a los procesos de formación de precios o los presupuestos.

Pues no. La propaganda de la prensa oficial dice que "por su transversalidad en todos los ámbitos de la economía y la sociedad, la generación de ciencia e innovación en los sectores de finanzas y precios es vital y urgente", citando las palabras del mismo Díaz-Canel en su visita a salas de ordenadores y en la reunión que mantuvo con directivos del ministerio y miembros de instituciones científicas y universidades que colaboran en el proyecto.

Sin embargo, la artífice de llevar a la realidad la tesis de Miguel Díaz-Canel ha sido Meisi Bolaños, la ministra de Finanzas y Precios que, en vez de ser puntual en la publicación de los presupuestos que dependen de su departamento (en los últimos años se han publicado entre el 11 y 12 de enero en la Gaceta Oficial) se anda enredando en la presentación pública de lo que denomina "prioridades en ciencia, tecnología e innovación del organismo y la estructura que se ha establecido para su desarrollo". Burocracia y jerarquía para la gestión de las finanzas y los precios. Y mientras, el presupuesto de 2022 sin entrar en vigor.

Tal vez la organización de un magno evento de estas características justifique el retraso en los presupuestos, pero ni siquiera así. La señora Bolaños debería tener algún asesor que le recordase qué es lo primero y urgente, y qué es lo superfluo, sobre todo en momentos convulsos y de gran incertidumbre en los que, unas cuentas públicas claras y puntuales, ayudarían a los agentes económicos a tomar sus primeras decisiones.

La ministra aprovechó para explicar a Díaz-Canel las "fortalezas" de su ministerio y, sobre todo, "la contribución en ciencia e innovación que pueden hacer —y hacen—", dando entrada en esta contribución no solo a su departamento, sino a las consultorías económicas y financieras, el sistema empresarial, las formas no estatales de gestión como las dedicadas a la teneduría de libros, y en especial la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba.

Alguien podría creer, de forma inocente, que el régimen comunista está preparando una "administración paralela" sobre la que ejercer una influencia directa para que todas las unidades integradas colaboren en la gestión de las finanzas y precios. Esto se pretende lograr con la implantación del Sistema de Gestión de Gobierno basada en Ciencia e Innovación dentro del Ministerio, y lo mejor de todo, es que se lo creen, y están convencidos de que esa majadería puede servir para algo. Y para ello, movilizan a una pléyade de altos cargos, dirigentes, funcionarios, expertos, juristas, consejos técnicos asesores y un sinfín de personas que van a tratar de realizar contribuciones a este sistema inspirado, nada más y nada menos, que en la tesis doctoral de Díaz-Canel.  

No en vano el máximo dirigente comunista mostró su satisfacción con el "regalito" que le hizo la señora Bolaños, y a tal fin, declaró que "necesitamos que estén juristas para que lo decidido tenga un sólido fundamento y expresión según las leyes y la nueva Constitución de la República". Y añadió al hilo de lo anterior la frase que vale más de cien millones: "los especialistas del marxismo y la economía política nos brindan una adecuada fundamentación desde esas ciencias y en defensa del socialismo, porque ya nos hemos dejado imponer muchos términos liberales".

Así,como lo leen. Díaz-Canel dijo que "ya nos hemos dejado imponer muchos términos liberales". A mí, sinceramente, me gustaría ver uno solo, y que lo cite de forma explícita y lo comentamos. Desde luego, el sistema de ciencia e innovación del Ministerio de Finanzas y Precios tiene muy poco que ver con el liberalismo. Las "63 medidas" de la agricultura, menos aún. El marco jurídico impuesto a la autorización de MIPYMES y cooperativas no agropecuarias no tiene nada de liberal, y la Tarea Ordenamiento, con su impacto desastroso sobre la economía, menos.

Entonces, ¿de qué liberalismo habla Miguel Díaz-Canel cuando en Cuba sigue existiendo una libreta de racionamiento que impide a los cubanos elegir con libertad? ¿De qué liberalismo cuando existen precios topados, controlados, centralizados, etc, y el mercado como instrumento de asignación continúa proscrito? ¿De qué liberalismo cuando sigue sin existir un marco jurídico estable para el respeto a los derechos de propiedad privada?

Díaz-Canel considera imperioso hacer ciencia e innovación en materia de precios, un área que se ha quedado rezagada y en el cual, dijo, "se siguen aplicando criterios de décadas atrás". Pues sí, criterios desde 1959 cuando se trastocó completamente la economía de la República para convertirla en un páramo comunista.

Desde aquí podemos decir que la mejor ciencia para los precios está en el mercado, en las leyes de la oferta y demanda que por medio de los precios trasmiten señales eficientes a los agentes económicos para la toma de decisiones. Millones de decisiones que se toman en tiempo real guiadas por una mano invisible, y que producen resultados satisfactorios para todos los agentes, sin necesidad de ciencia. Toca ser realista y dejarse de majaderías que no van a ningún sitio.