Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos reportaron hasta el 16 de agosto último 21 casos del virus de Oropouche en viajeros que regresaron de Cuba.
Según un reporte semanal divulgado por esas instituciones, la mayoría de los casos "tenía fiebre y otros síntomas que desaparecieron sin tratamiento específico". Mas, al menos tres personas tuvieron síntomas de reaparición después de que terminó la enfermedad inicial, una característica común de la enfermedad por el virus y que ha sido advertida por el propio Ministerio de Salud Pública (MINSAP) cubano en los enfermos de la Isla.
Aunque el informe de los CDC no ofreció detalles sobre la identidad de los enfermos, sí especificó que 20 de los casos han sido detectados en Florida, donde vive la mayor comunidad de emigrados cubanos, mientras que otro fue diagnosticado en Nueva York.
El canal de televisión Telemundo reportó que el Departamento de Salud de Florida y su similar del Estado de Nueva York, así como los CDC, trabajan juntos para analizar muestras de personas con presuntos síntomas de la enfermedad.
Los CDC informaron que están trabajando con las jurisdicciones estatales de salud pública y socios internacionales para permitir la detección y vigilancia rápidas de la transmisión del virus, para guiar las medidas de prevención de salud pública.
Hace poco más de una semana, el propio organismo decretó en EEUU la alerta de nivel dos, en una escala de cuatro, por el brote de Oropouche en Cuba. De esta forma, recomendó a los viajeros que tomen "precauciones mejoradas", al tiempo que insistió en hacer todo cuanto sea posible para "prevenir las picaduras de insectos durante el viaje para protegerse de la infección".
"Recientemente se han reportado múltiples casos de Oropouche en viajeros estadounidenses y europeos que regresan de un viaje a Cuba, lo que indica que existe un riesgo continuo", indicó el centro en su advertencia.
A partir de este brote, descontrolado en la Isla a pesar de que las autoridades sanitarias cubanas lo niegan, "las mujeres embarazadas deben reconsiderar los viajes no esenciales a Cuba. Si el viaje es inevitable, estas viajeras deben seguir estrictamente las recomendaciones de prevención de Oropouche", subrayó la entidad sanitaria, que detalló que "la enfermedad puede ocurrir en personas de cualquier edad y a menudo se confunde con el dengue".
En un detallado documento al respecto, el CDC advirtió que "los viajeros que presenten fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares, rigidez en las articulaciones, náuseas, vómitos, escalofríos o sensibilidad a la luz durante el viaje o dentro de las dos semanas posteriores deben buscar atención médica de inmediato".
Así mismo, recomendó no tomar aspirinas ni ibuprofeno, o similares, "para reducir el riesgo de sangrado", e insistió en que los infestados con el virus, deber continuar "previniendo las picaduras de insectos durante la primera semana de la enfermedad, para evitar una mayor propagación en áreas donde hay mosquitos o jejenes activos". Estos últimos son los vectores de la enfermedad.
Cuba es uno de los principales propagadores de la enfermedad por el mundo, mientras escasean los medicamentos en la Isla, la atención hospitalaria es ineficiente, la higiene de las ciudades es deplorable y las limitadas medidas del régimen para controlar el brote no han logrado su objetivo.
En tal sentido, un hombre de 49 años procedente de Cuba y que comenzó a presentar síntomas tras un viaje a Cuba, se convirtió a mediados de agosto en el primer caso de fiebre del Oropouche diagnosticado en Gran Canaria, una de las islas del archipiélago perteneciente a España.
Anteriormente, comunidades autónomas de España, como Galicia, Andalucía, País Vasco y Madrid, han notificado casos del virus, que se expandió en pocas semanas por toda Cuba.
Solo durante el mes de julio, una decena de turistas europeos que visitaron Cuba se contagiaron con la enfermedad, según informó el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, algo que amenaza con sumarse a la precaria situación de la ya deprimida industria turística cubana, que no ha logrado remontar a las cifras de veraneantes previas a la pandemia del Covid-19.
Los casos reportados por las instituciones cubanas están muy por debajo de los que denuncian los habitantes de la Isla a través de las redes sociales. Numerosas personas aseguran que los médicos no les hacen pruebas, sino que les diagnostican "un virus". A ello se suma una cantidad difícil de cuantificar que, temiendo ser internados en los hospitales cubanos, con condiciones precarias, prefieren automedicarse y pasar los síntomas en sus viviendas.
Desde que se detectara el primer caso en la Isla, el 27 de mayo pasado, son más de 400 los enfermos confirmados, reconoció la pasada semana el MINSAP.
Los ciudadanos USA infectados con esa enfermedad importada deberían demandar al CDC y a los cubanos especuladores de su región que hayan viajado a la isla..
Loveira, más de 30 estados de aquí están contagiados con el Virus del Nilo Occidental, enfermedad mucho más compleja que el Oropuche.
El campo de concentración antillano exporta lo único que produce: epidemias, esbirros, tarjeteros y reguetoneros.