Las autoridades sanitarias de la provincia de Matanzas carecen de los insumos necesarios para hacer frente al creciente avance de enfermedades como el dengue o el Oropouche, transmitidas por mosquitos.
"No tenemos nada para poder fumigar. Nosotros nos encargamos de suministrar recursos principalmente a los hospitales, pero a los municipios también, a todo lo que sea de la provincia", dice a DIARIO DE CUBA Alfredo Menéndez, el económico de la UEB Actividades y Alojamientos de la Empresa Provincial de Aseguramiento a la Salud (EPAS).
"En la base de almacenes que nosotros tenemos (de la EPAS) está todo lo que se le suministra a Salud Pública, lo que va entrando. Te puedo decir que no hay abate ni líquidos para la fumigación", dijo el funcionario consultado vía telefónica por esta redacción.
La estrategia del Gobierno cubano para contrarrestar las mencionadas enfermedades pasa por diezmar las poblaciones de mosquitos para cortar los focos de transmisión. Como no tienen los recursos necesarios para lograr eso, la presencia del vector no disminuye. "Tenemos una gran molestia con los mosquitos y los clientes en los alojamientos", explica Menéndez. "No está fácil ese combate. Nosotros estamos chapeando y esas cosas, pero es difícil. Hasta nosotros mismos estamos afectados con la situación de los mosquitos. Yo no trabajo con ese tipo de recursos que hacen falta para poder fumigar, pero cuando los solicito a mis almacenes, no los tienen".
Los padecimientos transmitidos por vectores han afectado hasta a los trabajadores de la EPAS. "Yo tengo a cuatro personas en esa situación ahora mismo. Hay dos enfermos con dengue y dos con Oropouche", concluyó Menéndez.
DIARIO DE CUBA llamó por teléfono al Departamento de Enfermedades Transmisibles de la Unidad Municipal de Higiene y Epidemiología de Matanzas. Un epidemiólogo identificado como Nelson se limita a reconocer lo siguiente: "En el municipio de Matanzas hay un alto riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos, no solo el Oropouche, también el dengue. Hay mucha preocupación con el dengue por esta época del año, que trae calor e intensas lluvias".
La directora del Centro de Higiene y Epidemiología de Cárdenas, uno de los municipios más poblados de la provincia, rechazó ofrecer declaraciones a esta redacción. Sin embargo, bajo estricta condición de anonimato, un médico del municipio Calimete reafirma la carencia de algunos insumos: "Hasta el momento tenemos medicamentos para hacer frente a esto. Lo que más se está dificultando es la fumigación, ya que no hay combustible para realizar el tratamiento focal, debido a la crisis que existe".
Este médico insiste en que el cuadro de medicamentos necesarios es muy amplio, debido a que "el tratamiento es sintomático" (se ofrece de acuerdo a los síntomas que presenta cada enfermo). "Por suerte no se han reportado fallecidos y los síntomas no llegan a provocar la gravedad de los pacientes", detalla.
"Nos empezó con fiebre alta y dolor de cabeza", dice a esta redacción Aleida Herrera, una vecina del municipio Colón que está superando el dengue junto con su esposo. "Después llegó la inapetencia y el deseo de vomitar, las diarreas. Como secuela nos dejó mucho decaimiento, sudoraciones y fatigas. Después me salió una erupción roja en la piel".
"Hace más de una semana que se me quitó la fiebre y todavía tengo fatigas. Mi esposo se desmayó un día", concluye la mujer de 51 años. "Nosotros hemos resuelto porque mi hijo me había mandado paracetamol y sales de rehidratación desde EEUU, pero aquí en mi barrio [las afueras de Colón] prácticamente todos han cogido esto y no contaban con lo necesario para, al menos, bajar la fiebre".
El Ministerio de Salud Pública cubano informó el pasado 3 de julio que el virus del Oropouche se había extendido a 12 provincias del país. Matanzas fue uno de los territorios donde se reconoció el avance de la enfermedad.
Las mesa tiene las cuatro patas flojas: mosquitos🦟 de diferentes especies, un arcoíris de viruses🦠, agujero negro de doctores y medicamentos, y un notable vacío en la capacidad para fumigar💀
De bien poco o de nada sirve fumigar; esta gente se piensa que un incendio forestal se apaga tirando cubos de agua. Lo que va a pasar con el Oropopoche ese es lo que siempre ha pasado en Cuba cada vez que hay un brote de algo: se van a enfermar y a morir unas cuantas gentes hasta que la epidemia se acabe y sin que el gobierno haga nada, y luego no se va a hablar más del asunto. Es así de simple.