La reciente presentación del Anteproyecto de Ley del Presupuesto Estatal para el año próximo ha resultado un parteaguas en la relación del Gobierno con las Formas de Gestión No Estatal (FGNE). Arguyendo la "necesidad de que todos los actores económicos contribuyan a generar ingresos para la financiación de los servicios y programas sociales", a los cuentapropistas (TCP) se les va a "aplicar un solo régimen de tributación", mientras que quedó "sin efecto la exoneración de pago de impuestos a las MIPYMES, por un periodo de seis meses cuando surgen de una reconversión y de un año cuando son de nueva creación".
Eliminar las escalas progresivas y el "régimen de tributación simplificada" para los TCP más diminutos —plomero, zapatero, rellenador de fosforeras—, de acuerdo con el espíritu depredador de la ley hará que esos trabajadores paguen más impuestos y, además, como la mayoría desconoce los rudimentos de la contabilidad, les obligará a contratar tenedores de libros, lo que forzará a muchos a cerrar el negocio o pasarse al mercado informal.
La eliminación de la exención fiscal para MIPYMES tiene consecuencias aún más devastadoras para la economía nacional. Ahora mismo hay 4.000 proyectos de MIPYMES presentados ante el regulador esperando aprobación, que han hecho sus estudios de factibilidad y alguna que otra inversión inicial, contando con la exención fiscal. Ahora, o bien abandonan totalmente el proyecto o tendrán que encarecer su oferta —más inflación—para cubrir el pago de unos impuestos con los que no contaban.
Tan cierto como la ley de la gravedad es que aumentarle los impuestos —así puede considerarse la eliminación de la exención fiscal a las MIPYMES y la unificación tributaria a TCP— al extremadamente diminuto sector privado cubano ralentiza su desarrollo y disminuye su aporte al empleo y bienestar del país ¿Por qué el castrismo hace algo así cuando el país está tan mal?
Es como si al Gobierno las 6.000 MIPYMES existentes le pareciesen ya suficientes, cuando son apenas una fracción de las más de 50.000 que subsistían en Cuba en 1968, cuando este mismo Gobierno barrió completamente con lo privado, y son absolutamente nada comparadas con el millón y medio de pequeñas empresas que hay, por ejemplo, en República Dominicana.
Lo único que con absoluta certeza puede decirse sobre este viraje en el trato al sector privado es que la justificación ofrecida es absolutamente falsa. Si quisieran recaudar más impuestos para gastos sociales —como comprar carteras de 6.000 dólares para la primera dama o mantener la hinchazón abdominal del primer ministro— no subirían, sino que bajarían los impuestos —que están entre los más draconianos del mundo—, y dinamizarían el proceso de aprobación para que florezca una red empresarial amplia y densa, de la cual sí se puedan extraer notables recursos fiscales.
Eso lo sabe el Gobierno, así que ¿por qué se mueve en dirección contraria?
Hay que reconocer que aquí entramos en el campo de la especulación y que las hipótesis que lanzaremos son solo eso, hipótesis. Aunque, por supuesto, a ellas no se llega por inspiración divina, sino analizando el historial mismo del castrismo y los hechos recientes.
Hipótesis 1: La debilidad política del castrismo es incluso mayor que la económica. Las pugnas internas sobre hasta dónde puede llevarse la "privatización" económica son más feroces de lo que trasluce, y hay un sector aún duro que es contrario a una deriva liberal del proyecto castrista, por ideología o miedo a perder poder.
Hipótesis 2: El Gobierno no quiere que las MIPYMES —más dinámicas, eficientes y productivas, aun con las limitaciones materiales e institucionales que el castrismo les impone— sobrepasen en importancia a las empresas estatales que controla directamente el Estado, para no ceder primacía en el control de los recursos; así que, al verse perdiendo en la carrera empresarial, sencillamente decidió romperle las piernas al adversario, consciente de que sus empresas estatales más rápido no pueden correr.
Hipótesis 3: Este corto periodo de permiso para crear MIPYMES con exención fiscal ha sido suficiente para que todos los conectados al régimen —al menos los más importantes— tuviesen ya aprobada su empresa con un año sin impuestos. Los conectados al régimen tenían de antemano la información de cuándo comenzaría el proceso de aprobación y estaban preparados, con lo que no sorprendería que haya bastado un año para que estas MIPYMES apadrinadas presentaran su proyecto al regulador y obtuvieran su licencia.
Estas tres hipótesis no son excluyentes entre sí, puede haber una mezcla a diferente intensidad de cada uno de estos puntos, más otros aquí no tratados, en lo que condujo a la decisión gubernamental de cambiar su hasta ahora buena cara con el sector privado. No obstante, para la tercera hipótesis hay dos indicios muy importantes que pueden indicar que sea la prevaleciente.
Aparte de eliminar la exención fiscal, ha habido un cambio en el regulador hacia las MIPYMES que se están presentando, en cuanto al objeto social se estas. Si hasta hace poco a las MIPYMES se les aprobaba un objeto social que podía incluir desde sembrar boniato a fabricar piezas de avión sin ser cuestionadas, ahora se les exige que justifiquen por qué en su plan de negocio hay cosas que parecen no relacionadas.
Así, las MIPYMES aprobadas este primer año, tienen en su objeto social incorporado un amplísimo espectro de posibilidades de negocios, mientras que las que se están aprobando ahora tienen que dedicarse a objetivos mucho más específicos.
Lo otro que da fuerza a la hipótesis tercera son las recientes declaraciones del vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío, posicionando al Gobierno frente a una teórica flexibilización parcial del embargo estadounidense: "si esto permite una mayor prosperidad de cualquier sector de la economía, no vamos a poner obstáculos. Si logran concebir excepciones que beneficien a unos y continúen castigando a otros, tampoco vamos a tratar de impedirlo".
Es decir, si los americanos quieren darle una ayudita al sector "privado", bienvenida será, porque, a fin de cuentas… ¡el sector "privado" son ellos mismos, ahora disfrazados de MIPYMES!
Cada cual sacará conclusiones agregando o descartando algunas de las hipótesis aquí expuestas; lo que nadie podrá hacer es demostrar que el giro en la política castrista para el sector privado es algo positivo para el pueblo, o que contribuirá a sacarlo de la abyecta miseria que sufre. Pero lo que conviene al pueblo ya sabemos que en Cuba no es prioridad.
Aquí les dejo el criterio de el comandante para que saquen sus conclusiones…) hay que decir que no tendrán porvenir en este país ni el comercio ni el trabajo por cuenta propia ni la industria privada ni nada. Porque el que trabaja por cuenta propia que pague entonces el hospital, la escuela, lo pague todo, ¡y lo pague bien caro! (…)” Estas palabras fueron dichas por Fidel en el discurso pronunciado el 13 de Marzo de 1968 en la escalinata de la Universidad de La Habana, en un acto conmemorativo del asalto al Palacio Presidencial. Las repercusiones que tuvo el discurso son bien conocidas: anunció el inicio de lo que hoy se conoce como La Ofensiva Revolucionaria de 1968.
Es muy simple: TODO lo que hace la dictadura es para su propio beneficio. Los detalles pueden variar, pero el propósito siempre es el mismo--o sea, el juego está arreglado y la casa siempre gana.
El mayor enemigo de la dictadura es el éxito personal de los ciudadanos...no puede haber romance porque los incentivos no están alineados: por un lado, las PYMES quiere crecer y desarrollarse y por otro la dictadura sabe que si les suelta la rienda se está poniendo la soga al cuello.
La realidad es una mezcla de todo eso.
Valga un simple ejemplo :
Una ley, o circular, o decreto, o lo que sea (con poca divulgación) de repente deja de considerar el hecho de tener una pequeña piscina en un país tropical como una "ostentación intolerable para el ideal socialista".
Coño, que bien!!
Aquel que tiene la información (y los recursos) construyó su pileta URGENTEEEE para felicidad de toda la familia.
¿Quién tiene la información?
Pasado cierto tiempo se entera el pueblo (digo, aquellos con gusanos en el imperio que les manden el dinero, o algún colaborador del gobierno en el extranjero) y, mientras hacen el burocrático papeleo,..... SE ACABÓ EL AUTORIZO MI GENTE.
Esto es Cuba, caballeros.
Es lo mismo con importación de autos, mypimes, o lo que sea.
Cuando se benefician los "que mantienen a la dictadura".... la ley cambia.
Para eso es la "Unidad de Poderes".
Para no cambiar nada de lo que debería ser cambiado.
Aunque no sean excluyentes, yo me inclino por la tercera hipotesis. Repito mi comentario al artículo anterior de esta misma serie:
Como la propia Rafaela dijo en el primer artículo de la serie, la Ley de las MIPYMES no fue creada para que "los pobres mortales" contribuyan al desarrollo del pais y puedan obtener algún beneficio significativo, sino para abrirle el camino en un marco legal a las empresas de unos "enchufados" (hijos-primos-amigos...) seleccionados a dedo y que se repartirán el pastel. Siendo así, no debe sorprendernos cualquier "vuelta atrás" que le complique la vida a "los pobres mortales" ilusos.
De acuerdo, los de abajo nunca cogerán cajita, son leyes para repartirse el cake y cuando ya está picao se acabó lo que se daba.