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MIPYMES

Todo sobre las MIPYMES en Cuba: liberadas pero controladas

Es el Gobierno, no el mercado, quien elige cuáles MIPYMES prosperarán y cuales desaparecerán o sobrevivirán a muy baja escala productiva.

La Habana
Ilustración.
Ilustración. Diario de Cuba

Según estadísticas internacionales, el 80% de las empresas quiebran antes de tres años en funcionamiento, y solo una de cada diez opera más de una década… La competencia es brutal.

En Cuba, las cifras no llegarán a esos extremos, pues aunque de momento se permite la existencia de pequeñas y medianas empresas privadas, no hay ni se perfila que habrá libre competencia en la Isla, es y será el Gobierno, no el mercado, quien elige cuáles MIPYMES prosperarán y cuales desaparecerán o sobrevivirán a muy baja escala productiva.

Aunque ya se han aprobado 6.000 de estos emprendimientos privados (la mayoría diminutas e insignificantes reconversiones de cuentapropistas), el hecho de que tal aprobación requiera pasar por un órgano de decisión política y no esté completamente abierta a aquellos que cumplan unas normas básicas iguales para todos, implica que es el interés del Gobierno quien modula los permisos para constituir empresas.

Esta potestad que se reserva el Gobierno es un primer filtro para determinar el número, tamaño y localización de las empresas según su conveniencia, obviando las preferencias del pueblo como consumidor.

Y aunque este mecanismo de selectividad aún no se ha expresado plenamente y estén aprobándose casi todas las MIPYMES presentadas (porque todavía hay demasiado pocas como para que haya competencia entre ellas), sí es una receta segura para fomentar pequeños y grandes monopolios privados con su cuota de improductividad, precios altos, escasa innovación y bajos salarios… un lastre para la economía nacional. Además, ya funcionan otros mecanismos para regular la competencia según los intereses estatales.
 
En un mercado diminuto y con tan poco poder adquisitivo como el cubano, el comercio exterior es vital para las empresas, sin embargo, el castrismo ha declarado que su monopolio sobre ese comercio es inamovible, obligando a las nacientes MIPYMES a utilizar intermediarios estatales, lo que, no solo es un coste añadido de tiempo y un impedimento para crear vínculos comerciales con empresas extranjeras, sino un gasto innecesario y una muy probable fuente de corrupción. ¿Querrá el Gobierno que las empresas privadas cubanas se corrompan, para así tener siempre "algo" para ser usado legalmente contra ellas?

Sorprendentemente —y aunque Raúl Castro lo marcó como línea roja del modelo castrista— este monopolio estatal ya no es tan absoluto. Algunas empresas privadas con mucha "suerte", han obtenido permiso para comerciar directamente con el exterior, una ventaja abrumadora frente a aquellas que no cuentan con tal bondad.

En parte debido a ese cepo estatal sobre el comercio internacional, las MIPYMES importan, según cifras oficiales, casi diez veces más de lo que exportan, con lo que conseguir divisas es un lujo que debería estar reservado a las que mejor sirvan a la sociedad, y por lo tanto, obtengan más beneficios y puedan comprar más divisas en el mercado cambiario. Pero no, el Gobierno se inventó un "esquema secundario de asignación de divisas" para proveer dólares baratos a algunas empresas privilegiadas. Lo cual constituye otra ventaja arbitraria que corrompe la emulación comercial.

La libre competencia en un mercado justo no es un capricho capitalista o una tara ideológica, sino el único mecanismo económico existente para que los clientes, o sea, el pueblo, tenga capacidad para, mediante su demanda, asignar los escasos recursos existentes a las empresas de su preferencia, que serán aquellas que mejor les sirvan.

No permitir la libre competencia solo puede tener como objetivo garantizar que en la "carrera" ganen, gracias a ventajas exclusivas y ad hoc, aquellas MIPYMES afines al poder, por confiabilidad o porque directa o indirectamente benefician económicamente a alguien "importante".

No contar con la libre competencia como mecanismo de asignación de recursos, es una condena segura al lento desarrollo y al empobrecimiento, que potenciará las cada vez más notorias diferencias sociales, muy injustas por ser frutos de la arbitrariedad política y no del legítimo éxito empresarial. Pero, ante todo, es una demostración más de hasta que punto, aun cuando en Cuba parece que hay cambios, lo más importante permanece incólume: el Gobierno tiene el poder, y su prioridad es mantenerlo, no mejorar la vida del pueblo.

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5 comentarios

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Las ilustraciones que encabezan los artículos son BRILLANTES.
100 puntos para el ilustrador.
Esas 3 imágenes de estas 3 primeras y brillantes entregas de Rafaela sobre el tema mipymes dicen más de mil palabras.

Aumentar los impuestos a los "ricos" para repartir entre los pobres, mientras los repartidores estatales se infectan de corrupción, es la estrategia de desarrollo de los países que eligen el camino comunista mientras ven como colapsa en pedazos la empresa estatal socialista. El partido único, la Unidad de poderes, el control de los medios y las urnas, la modificación de la Constitución Nacional, el apoyo internacional abierto y oculto,... ect pueden retrasar el colapso del proyecto cubano pero de que llega, llega.

Tanto la creación como el control estricto sobre las mipymes son claves para la supervivencia de la dictadura.
Permitir que florezcan las de propiedad de su "su gente" y ahogar poco a poco las del resto del pueblo será la estrategia futura.
Facilitar a unas y dificultar a otras el acceso a la divisa es un sencillo procedimiento para lograr su objetivo.
En Cuba "todos las personas son iguales" ante la ley pero el diferente grado de lealtad a la revolución hace que unos sean más iguales que otros.
El "unificado" Poder legislativo no puede hacer otra cosa que legislar para todos dado que necesita mantener una apariencia democrática.
La maquinaria revolucionaria se encargará de establecer las correcciones necesarias para mantener engrasados los engranajes dictatoriales.

La libertad primero. Eso lo aprendieron los cimarrones cuando preferian la manigua a vivir en los barracones donde tasajo y yuca no les faltaba. Los cubanos "alfabetizados" no saben que cosa es la libertad; muchos, viviendo en ella, todavia no lo saben.

Todo esto es un carbón copy de Rusia en pequeña escala y con más controles. Nada nuevo bajo el sol.