El círculo vicioso formado por políticos prometiendo hacer más y votantes demandando que lo hagan, está llegando a un abrupto final, o al menos, a una dolorosa pausa. Para sostener tanta obra pública, tanto gasto social, tantos "derechos" pagados por otros, Europa y EEUU han impulsado, durante décadas, una política monetaria y fiscal expansiva que pareció no tener consecuencias, hasta que con fuerza devastadora reapareció la inflación.
Ahora, los más importantes bancos centrales occidentales, capitaneados por la Reserva Federal (FED), se han lanzado a subir tasas de interés para controlar el aumento generalizado de precios que primero aseguraron era circunstancial, y luego que era causado por la invasión a Ucrania, pero que se ha revelado como consecuencia del modo manirroto de concebir la política.
Tras un periodo en negación, aferrados a indicadores parciales —producción industrial, nivel de empleo, márgenes empresariales— que han ido declinando progresivamente, los gobiernos e instituciones supranacionales ya reconocen que, efectivamente, estamos abocados a una profunda recesión global, catapultada por la indispensable subida de tipos de interés que se requiere para purgar esos desmanes financieros que gobiernos demagógicos, y ciudadanos inconscientes, han incentivado.
Los tipos de interés fungen como coste de oportunidad, si son altos, incentivan a mantener el dinero quieto en el banco ganando intereses, o en renta fija (bonos), antes que especulando en inversiones siempre riesgosas. Eso constriñe la financiación a las escasas inversiones cuya rentabilidad estimada supera el ahora aumentado retorno de depósitos y bonos.
Además, como muchos activos se deprecian cuando los tipos suben, se dificulta presentar colaterales (garantías) ante los acreedores para conseguir préstamos. Esto no solo afecta a los emprendimientos que estaban por iniciarse, sino que, como los prestamistas hacen marging call exigiendo aumentos del colateral depositado, inversiones muy apalancadas (endeudadas) que estén a medio terminar, tendrán que ser liquidadas antes de tiempo, destruyéndose así riqueza, tiempo y mucho empleo.
En resumen, la subida de tipos de interés que están llevando adelante los bancos centrales, quebrará millones de empresas zombificadas por las anteriores políticas monetarias laxas, cuya escasa rentabilidad, ahora, no cubrirá el aumento del servicio de sus deudas.
¿Para cuándo esta recesión? Hay consenso en que las políticas monetarias tardan en hacer efecto entre seis y 18 meses, con lo que las subidas de interés comenzadas en marzo y reforzadas el pasado verano, entrarán en su pico de influencia durante el primer trimestre del año próximo, y probablemente, sea entonces cuando se materialice la aguda recesión que muchos ya anuncian. "Lo peor está por venir", acaba de advertir el Fondo Monetario Internacional refiriéndose a 2023.
Extremadamente debil llegará la economía cubana a ese escenario, pues debido a la inoperancia del sistema castrista y a su conveniencia de mantener el diferendo con EEUU, el país no pudo, como sí hicieron muchas otras naciones de Centroamérica y Suramérica, aprovechar la burbuja post Covid-19 de las materias primas para exportar a destajo, y acopiar así reservas de divisas con las que sortear lo que se avecina.
Las producciones cubanas de café, tabaco o níquel, no alcanzan aun los niveles de 2019, ni lo harán mientras perdure la inestabilidad en la generación eléctrica. Y, aunque era obvio hace meses, el Gobierno acaba de reconocer que sus muy pobres estimaciones de arribos de turistas no se alcanzarán, y que ni siquiera la mínima zafra azucarera planificada rendirá lo esperado.
La improductividad de la Isla impide aumentar las exportaciones hacia la inflacionaria Europa, para así aprovechar la debilidad del euro para saldar parte de la deuda designada en esa moneda. Mucho menos podrá hacerse frente a la porción de la deuda denominada en un dólar muy fortalecido. Como sombra siniestra, en Londres avanza un pleito legal que podría complicar seriamente las finanzas y los negocios internacionales del régimen de La Habana.
Quizás, el último clavo a este ataúd a medida que se le está fabricando a la gerontocracia que gobierna Cuba, lo ponga el reciente anuncio de la OPEP de recortar en dos millones la producción petrolera para recuperar los precios del petróleo. Aunque eso podría beneficiar al socio venezolano, no está claro si este, una vez pueda exportar a Europa y EEUU, desaprovechará parte de su menguadísima producción de hidrocarburos enviándosela, casi gratis, al Gobierno castrista, cada vez más desacreditado, incluso dentro de la izquierda continental.
Por más que se otee el horizonte próximo, desde lo económico solo se vislumbran nubarrones negros anunciando tempestad, para el castrismo no parece haber tierra a la vista. O cambia el rumbo o se hunde.
La élite castrista y su falsa revolución seguirán sobreviviendo porque quienes se han encargado de hacerlo, los gobiernos de USA, no los van a abandonar nunca.
Como decia el general Resoplez "calma, señores, calma". El mundo no se va a acabar. La terca realidad casi siempre no muestra que los vaticinios catastrofistas no eran para tanto.
Cuando la guerra fria entre EU y URSS se pensaba en que el mundo seria destruido. Y no fue asi. La unica que se fue al carajo fue la tonta URSS.
Rafaela, eso no se hunde.
La lógica económica no falla nunca y eso ya debía haberse hundido hace mucho tiempo.
¿Por qué no se ha hundido?
Es la pregunta del millón y la respuesta no es económica, es política.
El régimen cubano es, desde 1968, el modelo de gobierno que la élite mundial en la sombra busca desesperadamente para evitar el colapso civilizatorio que 3 centurias de liberalismo económico amenazan con provocar.
El fin está cerca.
Desgraciadamente el boom desarrollista que siguió al liberalismo de Adam Smith provocó, además de un aumento increíble de la calidad de vida del ser humano, un aumento paralelo e incontrolable de la población mundial y tasas de contaminación ambiental insostenibles.
Como la radioterapia que detiene el cáncer en rápido crecimiento, la élite optó por la igualdad en la pobreza que el comunismo promete.
Si la dictadura cubana no ha caído es porque es sustentada por los grandes poderes que hoy tiran hacia la izquierda el timón de la política mundial.
Sr. Equilibrio, es ése y no otro, el meollo del asunto. Fíjese que casi nadie menciona esta otra cara de la moneda. Muchos aún se siguen creyendo el cuento de la "revolución inquebrantable" y cosas por el estilo. Como bien apunta, eso ya debía haberse hundido desde hace mucho tiempo. En cambio, todo lo que ese sistema hunde, son embarcaciones con personas que buscan salir desesperadamente de aquel engendro de país y el desgobierno todo lo que obtiene a cambio es la complacencia de algunos, el silencio de otros, la indiferencia de los indolentes y así sigue esta historia.
El pueblo cubano es hoy en cierto modo, la esperanza de que mucha gente reaccione ante esa Izquierda torcida que se multiplica en varias partes del mundo. Y digo la esperanza, porque si el pueblo cubano terminase de reaccionar contra ese sistema, que no es Socialismo, le abriría los ojos a muchos alrededor del mundo y terminaría de una vez, la historia del fracaso y el sufrimiento.
Estimado Gladiator, los discursos oficiales no dan respuesta a los inexplicables, tortuosos y enrevesados eventos mundiales actuales.
Únicamente echando mano a eso que la propia élite bautizó como "teorías conspiratorias" el cruzigrama geopolitico internacional puede adquirir cierta lógica.
Ah, las “teorías conspiratorias”… esas que sueltan los “semi-facistas” a decir de algunos, y que pasan en su mayoría a resultar ser hechos concretos en no más de 6 meses.
En efecto mi estimado, en efecto. En este mundo existen muchas cosas no palpables pero que sin duda, no dejan de constituir realidades indiscutibles. Cuba es (en mi opinión) el experimento más grande que ha existido sobre este asunto, en los últimos 30 años; aunque como bien apunta, esto ya tiene tiempo coexistiendo en medio de nuestras vidas, sin que muchos sean conscientes de ello.
Obviamente, si hubiese existido una verdadera voluntad de que nuestra historia hubiese sido otra, ésta habría tenido lugar. Por eso digo, un cambio de esta realidad, solo depende de que un día el propio pueblo se canse y decida quitarse de encima la escases artificial y todos los padecimientos innecesarios de que hemos sido víctima. Someday could be possible.
Exacto. Cuba no sería un problema difícil de resolver si la primera preocupación no fuera que vamos todos en esa misma dirección, España, Canadá, buena parte de Europa y hasta los EU vemos día a día disminuir nuestro nivel de vida, viviendas, alimentos, combustibles con precios por las nubes, a veces me pregunto si toda esta ley de nietos y la practicamente libre entrada por la frontera sur de EU no será porque en unos años estés donde estés del comunismo nadie te va a salvar.
Cada día se ve más claro que las élites corporativas y financieras han apostado -para los demás- por el modelo de igualdad en la pobreza que el comunismo promete como “solución” a los supuestos problemas planetarios. “You will own nothing and you will be happy” (notar que pone “You” y no “We”)
No lo dude usted, estimado HG.