Tras más de un año gobernando por decreto, sin un Parlamento en funciones y con protestas en las calles que cuestionan su legitimidad como jefe de Estado, el presidente de Haití Jovenel Moïse traza una suerte de huida hacia adelante y pretende reformar la Constitución el mes próximo.
Este 4 de mayo, Claude Joseph, el sexto primer ministro que designa Moïse, ratificó que el presidente organizará un referendo el venidero 27 de junio para votar reformas a la Constitución, las cuales hasta ahora se han conocido a cuentagotas. Asimismo, Joseph sostuvo que habrá conversaciones con otros referentes políticos para formar un Gobierno "de unidad nacional".
El Core Group (compuesto por representantes de las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, así como las embajadas de Alemania, Brasil, Canadá, Francia, Estados Unidos y España) ha expresado su preocupación en torno al proyecto de reformar la Constitución. "Este proceso en esta etapa no es suficientemente inclusivo, participativo o transparente", sostuvieron las delegaciones diplomáticas en Puerto Príncipe.
A inicios de 2020, tal como lo reseñó DIARIO DE CUBA, se profundizó la crisis política e institucional. No se tenía primer ministro legítimo desde marzo de 2019 y en enero de 2020 cesó el Poder Legislativo sin que pudieran realizarse elecciones parlamentarias. Luego, la llegada de la pandemia de Covid-19 extendió una situación de por sí irregular, y Moïse gobierna por decreto desde hace más de un año.
La figura del primer ministro, según la Constitución vigente, es un cargo de confianza del presidente pero debe ser refrendado por el Parlamento. El actual primer ministro Joseph, con escasas semanas en el cargo, fue designado por decreto presidencial, toda una anomalía.
A todo esto se suma el debate sobre cuándo termina el mandato de Moïse. De acuerdo con el presidente, su Gobierno concluye el 14 de febrero de 2022. Dadas las irregularidades que envolvieron a las elecciones presidenciales de 2015, que fueron anuladas y finalmente Moïse emergió como ganador en 2016, los actores de oposición y activistas de la sociedad civil consideran que debe respetarse el periodo de cinco años entre 2016-2021, por lo que su presidencia concluyó el 7 de febrero de 2021.
Un diplomático dominicano con conocimiento de la crisis haitiana, adelantó a DIARIO DE CUBA su escepticismo de que efectivamente los proyectos de Moïse, reformar la Constitución y hacer un "Gobierno de unidad nacional", puedan ser un aporte positivo. Al contrario, se estima que avivará la conflictividad en los meses finales de este traumático mandato.
Aunque el presidente lo ha negado, existe la posibilidad de que incluya la figura de la reelección en la reforma constitucional. Para ello, Moïse aprovecharía una situación caótica, sin un Parlamento en funciones y con eventuales negociaciones con algunos actores de oposición.
Pese a las restricciones por la pandemia de Covid-19 y a la represión, han proseguido manifestaciones de protesta exigiendo la salida de Moïse. Las más importantes tuvieron lugar en febrero pasado, cuando comenzó a ser considerado un presidente ilegitimo por parte de actores de oposición.
La consultora política Wen-kuni Ceant, con estudios en EEUU, se manifiesta escéptica de que efectivamente se realicen elecciones presidenciales y legislativas en este 2021. Esto se debe a que el Gobierno de Moïse ha decidido que deben emitirse unas nuevas tarjetas de identificación del votante, que es de uso obligatorio por parte de cada haitiano en edad de votar.
La elaboración y distribución de estas nuevas tarjetas tomaría entre un año y año medio, por lo que es posible que argumentando razones logísticas, Moïse postergue los comicios.
Por otro lado, entre los haitianos crece el rechazo hacia el actual Gobierno también por el auge de la criminalidad. Joseph, que asumió el cargo el pasado mes de abril, aseguró que su Gobierno está tomando medidas para hacer frente a la ola de secuestros que azota al país, así como para reforzar la Policía.
El mes de abril el país estuvo conmocionado por el caso del secuestro de un grupo de religiosos por parte de una banda criminal que exigía el pago de un millón de dólares para liberarlos.
El 30 de abril, la Iglesia Católica confirmó que los últimos seis religiosos secuestrados en Haití fueron puestos en libertad y gozan de un buen estado de salud. El grupo de diez personas fue secuestrado el pasado 11 de abril en las afueras de Puerto Príncipe.
La iglesia Católica no negó ni confirmó el pago del rescate. Este hecho, además, aceleró la dimisión de Joseph Jouthe, el primer ministro haitiano, quien dejó el cargo el pasado 15 de abril.