El plan anunciado por el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, de construir un muro en la frontera de 380 kilómetros con Haití, no resolverá los graves problemas migratorios presentes en esa zona, según activistas sociales consultados por DIARIO DE CUBA.
Para la sociedad civil dominicana el proyecto develado por Abinader causó sorpresa, ya que este resultó electo con un discurso progresista a mediados de 2020. El hoy jefe de Estado fue candidato por el Partido Revolucionario Moderno, mientras que en 2016 fue candidato del Partido Humanista.
La construcción de un muro en el centro del Caribe, tal como en su momento anunció Donald Trump que realizaría entre EEUU y México, "no es lo que necesitamos, un muro no resolverá los graves problemas migratorios", comenta a DIARIO DE CUBA el activista Beneco Enecia, director ejecutivo de la ONG Centro de Desarrollo Sostenible, que lleva adelante proyectos en la frontera entre República Dominicana y Haití.
"Lo que necesitamos es una inversión para dinamizar la economía en las zonas fronterizas. Inversión social es lo que necesitamos, para garantizar condiciones dignas de vida a todos los que viven en la frontera, a los migrantes y a los dominicanos", recalca este experto, un conocedor de la línea fronteriza.
Se estima que sumando los migrantes con papeles y los ilegales, alrededor de un millón de haitianos viven en territorio dominicano. Esto es un peso importante para un país que tiene diez millones de habitantes.
Los conflictos fronterizos y migratorios son de larga data entre estas dos naciones que comparten isla en el Caribe.
A inicios de este marzo, el presidente Abinader anunció que durante el segundo semestre de 2021 comenzará la construcción de una verja en la frontera de 380 kms. "En un plazo de dos años, queremos poner fin a los graves problemas de inmigración ilegal, narcotráfico y tránsito de vehículos robados que padecemos desde hace años", sostuvo el jefe de Estado.
De acuerdo con el presidente dominicano, su plan comprende "una doble verja perimetral en los tramos más conflictivos y una simple en el resto, además de sensores de movimiento, cámaras de reconocimiento facial, radares y sistemas de rayos infrarrojos".
De acuerdo con Enecia, activistas dominicanos se preguntan a cuáles empresas se le asignará este proyecto, que resultará de envergadura para la economía de República Dominicana, golpeada como toda la región por los efectos de la pandemia de Covid-19. "Habrá un negocio para algunos", conjeturó.
Poco después del anuncio presidencial, un centenar y medio de ONG de las Américas hicieron pública una carta enviada a Abinader. "Esta iniciativa es totalmente contraria a cualquier lógica humanitaria y de derechos, sitúa a República Dominicana en estándares democráticos muy bajos y ajenos a cualquier renovación", sostuvieron los firmantes, en su mayoría activistas en derechos humanos y política migratoria.
Abinader y su par de Haití, Jovenel Moise, firmaron a inicios de este 2021 un acuerdo que incluye un compromiso para tomar medidas contra "el flujo migratorio irregular" y "reforzar la seguridad y la vigilancia fronteriza".
Sin embargo, Juan Del Rosario, profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), sostiene que el "muro no tiene razón de ser", porque "mientras en Haití persista la extrema pobreza y la inestabilidad política, va a haber presión migratoria".
"Una respuesta de este tipo lo que va es a generar mayores problemas, mayores violaciones a los derechos humanos. Nuestros estados podrían crear condiciones para que prime la persona, la gente, el derecho de las personas a movilizarse, interactuar, a convivir", sintetiza Enecia la posición de organizaciones sociales de República Dominicana.
De momento, el presidente Abinader no ha dado señales de que revisará su plan.
Y después dicen que los negros no son xenófobos y racistas.