Después de arribar a costas cubanas el 20 de noviembre de 2024, esperar para entrar al puerto de Matanzas hasta el 3 de marzo último (¡más de tres meses!) y descargar las alrededor de 106.000 toneladas de diésel que había cargado en Rotterdam, Holanda, el buque petroquímico de bandera liberiana Corossol abandonó Cuba el pasado día 9 de marzo.
Esta situación, que antes habían experimentado otros buques de similares características, pareciera estarse repitiendo ahora mismo con el tanquero Marlin Aventurine. Tras llegar a Matanzas con un cargamento de unos 330.000 barriles de combustible comprados en Francia por GAESA, el buque permanece fuera de la bahía de esa ciudad desde el 5 de marzo, hace 13 días, a la espera de atracar.
"Y ahora en el horizonte tenemos otro tanquero, el Marlin Ammolite con un estimado de 330.000 barriles de combustibles procedente de Francia", comenta a DIARIO DE CUBA Jorge Piñón, investigador no residente del Instituto de Energía de la Universidad de Texas.
El buque partió del puerto de Le Havre, en la nación europea, desde donde han salido cada vez con más frecuencia cargamentos de combustible para la Isla. Este debe arribar a Cuba el 1 de abril, según el sitio de rastreo satelital Marine Traffic.
"¿Tiene Cuba un problema en la capacidad de almacenaje, en su cadena logística o un problema financiero?", cuestiona Piñón, para quien la reiteración en la demora de la descarga de tan preciados cargamentos levanta muchas preguntas.
"Es claro que estos tres tanqueros no provienen de México, Rusia o Venezuela, de donde no tuvieran ningún tipo de demora por razones de pago. ¿Es Cuba quien está pagando en efectivo por el combustible en estos tres tanqueros? ¿O es un tercero, Rusia o Venezuela, quien es la contraparte a través de un crédito al proveedor?", añade.
Señala Piñón que el valor estimado a precios de compra en puerto de estos tres cargamentos es de aproximadamente 85 millones de dólares, sin contar el precio del flete.
Días atrás, el profesional de la industria petrolera apuntó que las demoras en la operación de los buques con cargamentos de combustible adquiridos en los mercados internacionales ponía en evidencia "las dificultades que tiene la logística marítima del petróleo crudo y los combustibles en Cuba".
Una señal destacable al respecto fue la descarga del petrolero ruso Akademik Gubkin, que arribó a la bahía de Nipe, en Holguín, el pasado 18 de febrero con unos 700.000 barriles de petróleo crudo de los Urales, por valor de alrededor de 55 millones de dólares y destinado a las refinerías cubanas. Esa carga, en vez de ser trasladada a tierra, debió ser trasbordada a otros buques.
La prolongada operación de trasbordo implicó el empleo de los petroleros de bandera cubana Lourdes, Vilma y Delsa, todos propiedad de GAESA. Ello, según Piñón, que tomó más de dos semanas, debió incluir también la mezcla del combustible ruso con petróleo pesado venezolano.
Curiosamente, el Lourdes y el Delsa permanecieron varios días en Nipe luego de cargar, a diferencia del Vilma, que llevó de inmediato el petróleo hasta la refinería de Santiago de Cuba. ¿Acaso no es imprescindible para la producción y la generación de energía que el combustible llegue a la economía lo antes posible?
Todo lo anterior llevó a Piñón a concluir que "además de los problemas financieros y de pagos, en nuestra opinión Cuba enfrenta serias dificultades con la logística, almacenamiento, refinación y distribución y calidad del petróleo crudo y los combustibles, en particular las refinerías de petróleo crudo".
Este panorama se torna visible cuando, luego de alrededor de 48 horas de desconexión total del sistema eléctrico de la Isla, ocurrida el viernes 14 de marzo, los apagones se mantienen elevados y la generación apenas cubre el 45% de la demanda máxima nacional. La estatal Unión Eléctrica informó que "por falta de combustible" este martes 18 de marzo no pueden operar 42 centrales de generación distribuida, que apoyan la generación de energía.
Todo ello, mientras el combustible espera por su pago o descarga frente a las costas de la Isla.
En la meca socialista de las colas y la desverguenza, lo mismo turistas, nativos en harapos que barcos, deben esperar pacientes y resignados a ser (des)atendidos o estafados.
Un verdadero caos la economía del país.
Siempre escuché que el pais era obligado a pagar multas por sobreestadía. Si eso fuera cierto, el problema mayor no es ni la logistica ni el almacenaje, sino la imbecilidad de los que compran un barco tras otro, sabiendo que no tienen cómo descargarlo. Bueno, y si el problema fuera financiero, entonces los imbéciles son los que llegan a Cuba con un cargamento que no ha sido pagado aún sabiendo que ya hay otros esperando desde hace meses.