El Ministerio de Finanzas y Precios estableció la exoneración del pago de aranceles a la importación de algunos productos como fertilizantes, piensos, medicamentos veterinarios y plaguicidas, una medida que pretende sacar al agro cubano del caos en que está sumido, sin ir a la raíz del problema: las ataduras que sufren las fuerzas productivas.
La nueva normativa, recogida en la Resolución 329, fue publicada en la Gaceta Oficial 112 (ordinaria), informó el portal oficial Cubadebate.
Según el ministro de Finanzas, Vladimir Regueiro Ale, esta medida es una continuación de otras adoptadas a inicios de año y "busca estimular la producción nacional, con énfasis en la producción de alimentos", cuyas cifras cada vez más en picada repercuten en la mesa de las familias cubanas.
La grave caída de la producción agrícola en Cuba y su dependencia de las importaciones de alimentos hizo que el 37,8% de los habitantes del país (4,2 millones de personas) hayan padecido de inseguridad alimentaria durante 2023. Un estudio del Servicio de Investigación Económica (ERS) del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por sus siglas en inglés) mostró que en 2023 la brecha alimentaria promedio estimada en Cuba era de 225 calorías per cápita por día.
En palabras de Regueiro Ale, "al reducir los costos de importación, tanto los actores económicos estatales como los no estatales tendrán mejores condiciones para importar mercancías, así como para asociarse a proyectos que fomenten líneas productivas".
Dijo que la medida pretende "mejorar los precios finales de los productos, al reducir los costos de producción y aumentar la oferta disponible en el mercado".
"Es una continuidad, ya que a principios de año, con la Resolución 7, se aprobó una reducción del 50% en el pago de aranceles para insumos y materias primas de estos procesos productivos. A este beneficio podían acceder tanto los actores económicos estatales como no estatales", explicó.
Regueiro Ale dijo que la nueva resolución extiende el plazo de aprobación de estas solicitudes a más de siete días, como estaba normado anteriormente.
Según el ministro, hasta la fecha, "el sacrificio fiscal −el dinero que se ha dejado de cobrar por el beneficio actual− asciende a unos 25 millones de pesos, especialmente entre los actores económicos no estatales, quienes en su mayoría han solicitado este permiso".
La Resolución 329 estipula que ya no será necesario solicitar permiso al Ministerio de Finanzas y Precios, pues, por la nomenclatura de productos, estos estarán exentos de impuestos de importación.
"Estamos hablando de plaguicidas, fertilizantes, materias primas e insumos de procesos productivos que repercuten en la agricultura. Se establecerán controles para la supervisión aduanera y para asegurar que las mercancías sean utilizadas para el fin para el cual se importan", aclaró.
La política agropecuaria cubana está centrada en el control y no en la liberación de fuerzas productivas. Esto es espejo de la grave situación de la producción de alimentos en Cuba. La prensa oficial y las autoridades pretenden justificarlas con discursos que lejos de enfrentar la crisis agudizan el hambre del pueblo y la desconfianza en el sistema y quienes lo dirigen.
Además, está el reducido peso relativo que concede el Gobierno a la inversión agropecuaria (apenas un 2,5% de la inversión total) y que parece indicar que la "prioridad" oficial respecto a la seguridad alimentaria no pasa de ser una consigna, consideró el economista Pedro Monreal. La inversión agropecuaria fue 15 veces inferior a la relacionada con el turismo.
"El agro cubano requiere inversión extranjera y colaboración internacional, pero la solución de su tremenda crisis necesita transformaciones de propiedad, empresa privada, énfasis en el mercado, una institucionalidad de apoyo y garantías jurídicas al privado", alertó Monreal.
El problema sigue siendo de LIBERTAD.
La libertad para comerciar libremente, la intromisión estatal desmedida en los procesos productivos, los populistas precios topados, el terror del campesino llamado Acopio, los planes de entrega draconianos, el ejército de inspectores, el control total del comercio exterior, .... el pulpo Estado.
Esa es la razón fundamental del milagro de un país tropical sin comida y una isla sin pescado.
Podrá el campesino importar sus insumos libremente y librado de ese verdugo llamado Aduana estatal socialista, podrá recoger enormes cosechas pero seguirá sufriendo el látigo de una comercialización sujeta a los designios de un gobierno aterrado ante el "peligro mortal" de un guajiro con dinero.
El surgimiento de una clase media agrícola es impensable en una dictadura comunista. La historia demuestra que, en los países con clases medias agrícolas fuertes, el hambre se muere.
La lucha es contra la riqueza individual y el hambre colectiva es sólo la consecuencia
“Al privado” esa palabra es como mencionarle el Diablo a los diablos en el poder. En la lista esa no vi tractores o algo mecánico para hacer el trabajo más eficiente en los campos. En los campos de Asia con menos de una hectárea, se usan unos tractomecanicos y estos no aparecen en la lista de los mafiosos.