Lo que "dos peces de hielo en un whisky on the rocks" duró el idilio entre el castrismo y el sector privado. Por mucho que desde el Gobierno lo nieguen para continuar, como Aracne, tejiendo redes que atrapan despistados inversores, ya se esfumó aquella aparente empatía que hacia las MIPYMES pareció emerger en el Comité Central, haciendo que para muchos fuese atractivo el error —siempre es un error— de invertir en la Cuba socialista.
Confiaron en que esta vez sí sería diferente… pero no lo ha sido. Máscaras fuera, muchos descubren ahora —y no porque no fuesen advertidos— que el derecho a la propiedad que el Gobierno iba a respetar —según un todopoderoso ministro de Economía que duerme hoy en Villa Marista— fue solo un permiso temporal.
Sí, más de uno hizo dinero, incluso muchos continúan haciéndolo, pero la emergencia de un sector privado que, aunque nacido entre mamporreros y testaferros sembró esperanzas en una nueva economía moderna, con oportunidades, es ilusión ahora desvanecida a golpe de titulares. El socialismo se ha vuelto a imponer.
"Autoridades de Santa Clara multan a casi 50 negocios privados en dos días. Las autoridades aplican, además, ventas forzadas a los precios impuestos por el Gobierno"; "En dos días, más de 13 millones de pesos por multas a violadores de precios"; "Gobierno cierra cuatro negocios privados en La Habana y ordena 77 ventas forzosas"; "Detectan violaciones en la comercialización y precios de productos de alta demanda por la población"; "Precios abusivos: ¿Qué pasa en Ciego de Ávila?".
No importa qué prensa se mire, la de verdad o la del PCC, todas describen el actual ambiente de espada de Damocles sobre los empresarios privados, recordándoles el finísimo alambre sobre el cual hacer equilibrio si no quieren atraer sobre sí la atención del Gobierno y perderlo todo.
Pero, aunque en cuanto a libertad económica está el castrismo haciendo lo de siempre —dar dos pasos atrás después de haber dado medio hacia delante— esta vez es diferente pues no hay un enroque ideológico, ni se le está haciendo ascos a la propiedad capitalista, tampoco estamos ante una finta para golpear bajo y debilitar la competencia privada a los negocios también privados de ellos —que a veces disfrazan de empresa estatal, a veces disfrazan de MIPYME testaferra—. No hay nada rebuscado detrás del aluvión de multas con que está presionando al sector privado; esta vez el castrismo está, sencillamente, haciendo caja.
Esta voracidad fiscal del régimen no es ni ideológica ni por temor a un sector privado que, en definitiva, está lejísimo de suponer un ente civil articulado y con recursos que pueda disputarle poder al castrismo en Cuba. La voracidad fiscal se debe al hambre estatal. El Gobierno está famélico y, desesperado, saca de donde puede, de lo que tiene a mano. ¿Y que tiene más a mano que los miles de ilusos que en Cuba han invertido?
Al cierre de junio último, comparado con el mismo periodo del año anterior, la Stasi financiera cubana había impuesto un 10% menos de multas al sector privado, sin embargo, el monto fiscal recaudado por esa vía fue un 44% superior, dado que las sanciones impuestas son leoninas. La orden de a degüello está dada.
Nótese que hablamos del periodo terminado en junio, donde la guerra contra lo privado aún no copaba titulares y ya habían, sin embargo, apretado discretamente la cuerda y arreciado las sanciones. ¿Cómo estará ahora la recaudación en multas cuando desde julio oficializaron el holocausto antiprivado que desangra a quienes intenten sortear unos controles de precio sin más sentido económico que la demagogia, en un país donde la inflación no baja, oficialmente, del 30% anual?
¿Pero de verdad a la macroeconomía cubana le hacen la diferencia unos cuantos millones de pesos exprimidos a empresitas privadas mediante multas?
En ningún país normal los ingresos por multas son significativos, el objetivo de estas es siempre disciplinario, educativo, no recaudar, pues para eso están los impuestos. Pero si tenemos en cuenta que solo hasta junio en Cuba se habían cobrado casi mil millones, y a partir de ahí el ensañamiento fiscal ha crecido exponencialmente, puede estimarse que en todo 2024, solo mediante sanciones, decomiso y demás mecanismos administrativos podrían recaudarse tres mil millones de pesos, una cifra que más que triplica lo invertido por el país durante todo 2023 en innovación y desarrollo, duplica los presupuestos nacionales de Educación y Salud Pública y, casi paga íntegramente los gastos de la burocracia estatal, incluyendo cuerpos represivos, es decir, es una cifra muy importante para este sistema socialista-punitivo.
Hoy por hoy la única ideología del castrismo es sobrevivir, y para quien sobrevivir es meta, el mañana no existe. Poco importan a quienes gobiernan las consecuencias a largo plazo de desmembrar un sector privado aún en estado fetal; su objetivo máximo es sortear la crisis actual y, para eso necesitan recursos ahora, aunque sea profundizando las contradicciones sistémicas —modo de producción inviable— que, eventualmente, darán al traste con el régimen mismo. Los militares, que hoy tienen el sartén por el mango, no están tan interesados como los del PCC en "salvar la Revolución", los militares llevan décadas construyendo hoteles, ese es su plan B.
Yo feliz cada vez que veo estas noticias, que se lo quiten absolutamente todo, los que teaen de aqui para alla, y los que creen que van a vivir del cuento, creo que es lo unico verdadero que le queda al castrismo, seguir confiscando lo que no es suyo, pero ahora a mi entender deveria ser hasta mas severo, porque ya lo habian hecho con los capitaliatas originales en los 60s, y estos ilusos que vengan a poner “bisnes” financiados de Miami es el colmo de los panes con bistec, y qie conste que sin Libertad en Cuba nunca habra garantias de nada con esa gente.
Los esclavos o mejor dicho carneros no aprenden son hijos del maltrato
Rafaela, el objetivo del asfixiante control totalitario a estos meroliqueros, tan ilusos como ignorantes, es exactamente el mismo de hace 6 décadas: mantener a la población sometida, en harapos y cada vez más dependiente de las migajas del estado (amo), desgastándola y entreteniéndola en colas y peleas.
El cartel de Punto Cero no castiga a los emprendedores solo porque quiera despojarlos del fruto de su esfuerzo o no entienda que únicamente el mercado trae prosperidad, lo hace ante todo porque el sometimiento de la población es para el narco socialismo bananero, ideologizado o no, el pilar que sostiene su poder.
El plan B muestra una rueda dentada que puede engranar con el piñón de otra dictadura. El eje económico-militar rota con autosuficiencia en su diseño. Ahora no es posible evaluar el peso de los activos con respecto al presupuesto que necesitan los militares cubanos, porque no se puede realizar un análisis de la suma de las partes de la corporación militar GAESA. ¿Alguna manera de realizar un análisis puntual a ciegas partiendo del total de la capacidad hotelera? ¿Asignar valores a los activos para crear un esquema? ¿💡? …..¿💡? 😕
Que sigan los ingenuos que creen que en la isla se puede prosperar y más aún los que desde el exilio han invertido sus ahorros y puesto su crédito para hacer negocios con ladrones probados que cambian de palo pa rumba y ponen las reglas del juego según les plazca. Se merecen perder lo que hayan invertido, por estupidos, pero sobre todo por oportunistas.
"un sector privado aún en estado fetal"...y también feudal