Precios topados a las MIPYMES: 'ahora no hay productos ni caros ni baratos'

Poco más de un mes ha transcurrido desde que la Resolución 225/2024 del Ministerio de Finanzas y Precios impusiera al sector no estatal de Cuba un tope de precios a seis productos de alta demanda. Además de las multas y represalias que han sufrido decenas de emprendedores, la medida ha perjudicado a sectores vulnerables de la sociedad.

"He perdido toda esperanza de que al menos una vez las medidas del Gobierno traigan un beneficio real y palpable para la población", dijo Agustina Falcón mientras desembolsa los 300 pesos que actualmente exigen los boteros que operan en la ruta Centro Habana-Playa-Marianao.

"Desde que toparon los precios a las MIPYMES, la leche en polvo se desapareció en Centro Habana. Una amiga me avisó que aquí en Playa había dos MIPYMES que regularmente la ofertaban. Pero si tienes en cuenta el costo del pasaje, al final el producto te sale en el mismo precio que tenía antes del tope. Porque esperar dos o tres horas por una guagua, y lo mismo para el retorno, no es vida para nadie. En conclusión, topar los precios a las MIPYMES es otra piedra dentro el saco del cubano de a pie", añadió Falcón.

La leche en polvo, el pollo, el aceite, la salchicha, la pasta alimenticia y el detergente en polvo son los seis productos básicos a los que hasta el momento el régimen ha topado sus precios. Como consecuencia inmediata, estos productos desaparecieron de la tabla de ofertas en las MIPYMES habaneras. Aunque en principio criticadas por la población por sus precios elevados, las MIPYMES ofertan una amplia variedad, no solo de alimentos de alta demanda y productos de aseo personal, sino también una gama de servicios que el régimen cubano no garantiza desde hace décadas.

"Ahora no hay productos ni caros ni baratos. Las MIPYMES tienen como beneficio que están en tu propio barrio. No tienes que caminar kilómetros, ni envejecer esperando una guagua o en una cola en los comercios del Estado", señaló Heriberto Lozada, vecino de la barriada El Cerro.

"Pero no solo desaparecieron la leche en polvo o los otros productos topados, sino que además escasean los frijoles, por mencionar un solo ejemplo. Cuando los encuentras, han aumentado sus precios. Para mal o para bien, los que administran las MIPYMES llevan la razón en esta contienda: nadie les puede obligar a invertir en mercancías que no les van a generar ganancias debido al tope de los precios. Por una parte, se rigen por el principio básico de oferta y demanda. Y, por otra, ¿cuándo se entenderá definitivamente que el sector privado no tiene la obligación de asumir las responsabilidades que corresponden Estado?", apuntó Lozada.

Sin importar ideología, grupo etario o estatus económico, todos los habaneros preguntados coincidieron en un cuestionamiento: ¿por qué topar los precios únicamente al sector no estatal y no a los comercios de Moneda Libremente Convertible (MLC) que controla el conglomerado empresarial de los militares, GAESA?

"Cuando comparas los precios de las tiendas de MLC con los precios de las MIPYMES, es evidente que resulta más económico enfrentarse a los privados. Y estamos hablando de los mismos productos y de las mismas mercancías. Además, la crítica a los precios de las MLC es anterior a la aprobación y proliferación de las MIPYMES", recuerda Madelaine Massip, pediatra y vecina de Nuevo Vedado.

"El tema de la leche en Cuba tiene la misma edad de la Revolución, y en los últimos años quienes estaban asumiendo la sistematicidad de su oferta eran los privados, sin olvidar el costo que genera cualquier proceso de importación. Por ende, y por sentido común, no puede ser barata la oferta de determinados alimentos. Nadie estaba feliz con los precios de las MIPYMES, pero muchísimo menos felices estamos ahora con la ausencia de esos productos como resultado del capricho, el embaucamiento y la demagogia que lastra a la dirigencia del país", fustigó Massip.

Ante las quejas ciudadanas de por qué no se topaban también los precios de las tiendas en MLC, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, prometió, en un primer momento, que se "tomarían medidas" con los altos precios en estos establecimientos. Pero luego manifestó que era "injusto comparar lo que ocurre en estas tiendas frente al tope establecido para las MIPYMES".

Según la lógica de Marrero Cruz, en las tiendas MLC los productos "pueden ser más caros que en las MIPYMES, porque no se importan desde los mismos países (…). Nuestras tiendas recaudadoras de divisas no compran esos recursos, el pollo, el aceite, en los mismos mercados donde los compran las formas de gestión no estatal (…) que no trabajan con el mercado ilegal de divisa, trabajan a 1×120, por tanto, el análisis es otro".

"Si me topas el precio, no invierto en esos productos"

Administrador de dos MIPYMES y de una dulcería, Julio César Chacón explicó una de las posibles causas de por qué el sector no estatal, luego de la imposición del tope de precios, se rehúse a comercializar los productos topados.

"Es simple, no tiene ciencia: porque no generan ganancias. Crease o no, el 80% de las MIPYMES no tiene recursos ni medios ni logísticas para importar directamente, sino que dependen de los proveedores. Es decir, de quienes ofrecen este servicio", dijo.

"Una MIPYME, entiéndase el establecimiento donde el pueblo compra, tiene trabajadores que devengan un salario y una serie de recursos que conllevan una inversión diaria. Por tanto, usted invierte en productos, insumos o mercancías que tengan demanda y que le generen un margen de ganancia razonable para sostener el negocio. Si me topas el precio, por la razón que sea, buena o mala, pues no invierto en esos determinados productos", agregó Chacón.

"Ahora, las pocas MIPYMES que sí continúan comerciando la leche en polvo, que es el producto más polémico, es porque tienen conexión directa con los que importan y negocian un precio más bajo que les permite una mínima ganancia. Todo lo que se diga fuera de eso es simplemente mentira", recalcó este emprendedor, quien está convencido de que el tope de precios a las MIPYMES, "además de cacería de brujas, es una estrategia de los militares para hacerse con el control de todos los negocios que dependen de divisas extranjeras".

Sin éxito, Miguel Díaz-Canel intentó convencer de que la Resolución 225/2024 no es "una cacería de brujas hacia una determinada forma de gestión o de propiedad". Dijo que lo que el Gobierno está planteando "es un ordenamiento, para que haya la mayor cantidad de ofertas de bienes y servicios a adecuados precios para la población, y que todo el mundo aporte todo lo que tiene que aportar".

La escasez de leche en polvo pone nuevamente a los bodegueros "en el ojo del huracán", como explicó el administrador de uno de esos establecimientos estatales en la barriada de La Lisa.

"Los bodegueros habíamos dejado de vender leche en polvo por la izquierda, al igual que productos como la salchicha y las pastas alimenticias porque el panorama se nos puso apretado", dijo.

"Administrar una bodega es un dolor de cabeza porque tienes el ojo del barrio encima todo el tiempo, y más en tiempos de crisis. Con el tope de los precios a las MIPYMES, vuelve la demanda y el foco a nosotros, porque la gente tiene que comer, y los niños y los viejitos necesitan la leche. Es un círculo vicioso que, sin querer justificarnos, quien lo traza es el Gobierno, y el hambre, se sabe, es mala consejera".