Subida de precios, el nuevo paquetazo que anuncia el Gobierno cubano

El régimen cubano anunció un nuevo paquetazo económico que hará aún más vulnerable el bolsillo de los cubanos y supondrá un aumento del 25% de la tarifa eléctrica para altos consumidores, del gas licuado, de la tarifa del agua potable de consumidores no metrados, de los impuestos a la compra venta de bienes, así como un nuevo valor del dólar.

Al intervenir en la sesión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el primer ministro Manuel Marrero Cruz anunció un grupo de medidas que, según dijo, buscan "dinamizar la economía nacional".

Entre ellas está incrementar la tarifa a la población con abasto de agua no metrada de siete a 21.24 pesos el metro cúbico; del precio minorista del balón de gas de 10kg de 180 a 225 pesos, y para el de 45kg de 810 a 1.014 pesos; así como el aumento de precios para el cigarro y el tabaco y nuevas tarifas para el transporte de pasajeros. En estos dos casos, no fueron anunciados los incrementos.

Asimismo, Marrero anticipó la congelación de las plantillas y el ajuste del número de trabajadores en el sector estatal, sobre todo en las estructuras del Gobierno central, provincial y municipal.

Entre los anuncios, el primer ministro hizo énfasis en "redimensionar el mercado cambiario", lo que supondría la "intervención del informal y el control del tipo de cambio en el país".

"Tenemos que poner fin a esa práctica de que desde otro país, desde una PC, se ponga la tasa de cambio especulativa que rige en este país. Hay un grupo de trabajo, con protagonismo del Banco Nacional de Cuba, que ha avanzado en propuestas que se analizarán en el transcurso de 2024 para determinar cuál es la tasa de cambio que debe tener el peso cubano", dijo Marrero, citado por el medio oficial Cubadebate.

También mencionó el deseo del Gobierno de "incentivar la captación y recuperar los flujos de remesas", puesto que las autoridades tienen conciencia de que una parte importante de los envíos del extranjero "toma otros caminos y no pasan por las instituciones financieras", que las convierten en pesos cubanos automáticamente a un valor que no favorece a los destinatarios.

Por ello, La Habana quiere "estudiar la factibilidad de nuevos canales y plataformas, y el empleo de escenarios digitales para las remesas y operaciones de cobros y pagos desde el exterior", pero eso sí, directo a los bancos estatales.

Igualmente Marrero habló de "la utilización de nuevos medios de pago o tarjetas en divisas, a las que se les aplicarán incentivos para la compra de bienes y servicios, y que se podrán recargar desde el exterior o en efectivo", aparte de implementar medidas para que las formas de gestión no estatal realicen sus importaciones con pagos desde Cuba y no desde el exterior.

Evidenciando que el régimen aspira a que los emigrados lo sigan financiando y resolviendo los problemas que su modelo económico no es capaz de atender, el funcionario adelantó que desde enero volverán a prorrogarse las exenciones arancelarias a la importación de alimentos y aseo, una concesión arrancada a La Habana tras el estallido social del 11J.

Marrero argumentó con respecto a la cada vez más magra cartilla de racionamiento que reciben los cubanos que "no es justo que reciban lo mismo los que mucho tienen que los que muy poco tienen. Hoy nosotros le subsidiamos lo mismo a un ancianito pensionado que al dueño de grandes negocios privados que tiene mucho dinero", dijo.

Así, prosiguió, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social deberá identificar a las personas por su grado de "vulnerabilidad", para "no dejar a nadie desamparado", quienes podrán seguir adquiriendo productos básicos muy subsidiados, si bien más que insuficientes para la alimentación sana de cualquier persona.

Marrero subrayó que esta clasificación se realizará en "las próximas semanas y meses", sin más detalles.

"Hemos trabajado en un escenario de economía de guerra, con todas las complejidades que ello conlleva, con el bloqueo recrudecido y a pesar de las insistentes campañas de los enemigos de la Revolución, que dicen que el bloqueo no tiene nada que ver con la crisis. Sí hace daño, y lo reiteramos: quítenlo y verán lo que el pueblo puede hacer. No estamos sentados esperando, estamos buscando soluciones propias", aseguró Marrero, reiterando el mantra oficial.

"Tenemos una alta insatisfacción por no haber avanzado lo necesario y disminuir el efecto de estos fenómenos externos. Podíamos haber hecho más cosas. Persisten insuficiencias propias y problemas subjetivos que afectan la capacidad de programas y proyecciones económicas", aseguró.

El primer ministro achacó a organismos nacionales la incapacidad para implementar políticas sobre sus áreas de responsabilidad. "Necesitamos un Ministerio de Economía y Planificación más fortalecido. Tenemos que quitar varias cosas, que se concentre en su actividad principal; fortalecer el trabajo del Ministerio de Finanzas y Precios en dificultades como los precios y rectificar políticas que no nos han permitido avanzar", dijo.

Agregó Marrero que se han agudizado distorsiones que violan la institucionalidad y las regulaciones del país, "sin que conlleve riesgo jurídico, administrativo, fiscal o penal para los infractores. Ejemplo de lo anterior lo vemos en el sector del comercio, tanto exterior como interior. No se han cumplido los ingresos por exportaciones. La Resolución 115, que se hizo con el mejor de los ánimos para la descentralización de divisas, dejó de cumplir su papel, hay que derogarla".

Aseguró también que no se avanza en el principio de subsidiar personas y no productos; no se incrementa la diversificación de bienes y servicios aprovechando potencialidades del país, y es insuficiente la participación de la inversión extranjera en el desarrollo de la economía, algo que supone apenas una parte del panorama desolador de la situación cubana.

Dijo que "persisten deficiencias en el control de las tierras y los procesos de contratación de las formas productivas no estatales, que son mayoritarias en la producción agrícola; hay indisciplinas, violaciones, y no se alcanza un mayor aprovechamiento. Tampoco se fomenta el nivel requerido de negocios entre los diferentes actores económicos para el uso de las capacidades ociosas o subexplotadas".

Tampoco se alcanzan "los niveles productivos necesarios en la industria azucarera; no se garantizan métodos efectivos de regulación y control de precios mayoristas y minoristas. Hay, además, inconsistencias en el funcionamiento del sistema de gestión de la Administración Tributaria, lo que se corresponde con la magnitud de las conductas de evasión y subdeclaración fiscal de actores económicos no estatales".

Admitió que el monopolio estatal del comercio ha sido desplazado en gran medida por la dinámica importadora de formas no estatales, que desarrollan muchas veces operaciones fuera de control del Estado y aplican precios abusivos y especulativos.

"La oferta estatal está afectada y la no estatal se consolida como alternativa de la población a precios que son determinados por el cambio de la divisa en el mercado ilegal", dijo Marrero, culpando de ello a "la ausencia de un mercado cambiario estable".

"En lo expuesto con anterioridad están muchas de las causas que provocan el éxodo de profesionales y jóvenes del sector estatal al no estatal y la tendencia a buscar proyectos de vida en el exterior", subrayó. Aunque no queda claro cómo las nuevas medidas ayudarían a impedir el éxodo histórico que vive Cuba.

Sumó que "es insuficiente y no se generaliza el uso de los medios electrónicos de pago para la realización de operaciones comerciales por personas naturales y jurídicas", mientras que "los planes de medidas para salir de la situación en que nos encontramos no logran su concreción ni marchan al ritmo necesario en todos los sectores y ramas de la economía".

Incluso admitió que pese a la implementación de directivas generales y un incremento del enfrentamiento a las ilegalidades, no se contienen lo suficiente el delito, la corrupción y las indisciplinas sociales.

Y, como en años anteriores, aseguró que las nuevas medidas tienen "el propósito es restaurar los requisitos macroeconómicos que permitan garantizar un entorno favorable para el crecimiento económico, el desarrollo y el proceso de construcción socialista", algo que el Gobierno viene diciendo desde tiempos de Raúl Castro.

Para tampoco variar, afirmó que "las potencialidades que tenemos son grandes, ejemplificadas en las negociaciones de las giras que se han hecho. Tenemos solicitudes de níquel, tabaco, ron", aseguró.

Comentó que "se propone desarrollar procesos negociadores con proveedores tradicionales y no tradicionales, para el abastecimiento estable de mercancías, con el empleo de diversas formas de participación, de amortización de pagos y deudas", aparte de "aplicar nuevos proyectos de negocios y mecanismos que permitan inyectar liquidez en las cuentas en divisa digital (MLC), fondos que respaldarán las operaciones comerciales y de aprovisionamiento".

Mencionó de pasada que La Habana quiere "continuar el proceso de renegociación de la deuda externa con países estratégicos para el desarrollo económico y social de la nación", espada de Damocles que pesa sobre la economía cubana desde hace décadas.

Sobre la inversión extranjera, ilustró: "Hay muchos negocios y solicitudes, hay que ponerse las pilas en todos los sectores: OSDE, organismos… Tenemos solicitudes desde varios países: 'Yo pongo el dinero, pongan las tierras y me pagan con la producción'. La otra se queda en Cuba para la población, no solo la producción agrícola, sino la pecuaria".

En cuanto a la producción de energía, habló de "incorporar nuevas inversiones relacionadas con el incremento de las energías renovables, un área en la que se avanza en las negociaciones en proyectos concretos. Hoy se debe estar firmando un negocio para producir 1.000MW con paneles solares", comentó, sin ofrecer detalles al respecto.

En enero de 2021, el Gobierno ya aplicó la denominada Tarea ordenamiento, que debía resolver los problemas que ahora el primer ministro menciona como agravados. Pese a que recién el Partido Comunista reconoció el fracaso de esas medidas, lo cierto es que hoy la vida de los cubanos empeoró. No está claro cómo el nuevo paquetazo la va a mejorar.