Justo cuando se temía que la bancarización forzada potenciaría al dólar, provocando un corrimiento desde el peso cubano hacia el billete verde, para sorpresa generalizada este ha comenzado a perder valor, lo que alegra a muchos que creen que el resto de los precios bajará a la par de la moneda estadounidense.
Lamentablemente, se equivocan: el tipo de cambio creciente se refleja casi automáticamente en los precios, pero el decreciente tiene una dinámica distinta.
Cuando el dinero nacional se devalúa y la divisa extranjera encarece, los negocios intentan vender lo más caro posible previendo no el valor actual, sino el valor al que estará la moneda una vez que, realizada la mercancía, necesiten dólares para reaprovisionarse. En ese ambiente de devaluación del dinero nacional hay sinergia entre el dólar y los demás precios, empujándose mutuamente al alza.
Cuando, por el contrario, el peso se aprecia y la divisa se abarata, los negocios dudan de que esa tendencia sea estable y, aunque momentáneamente no suban más los precios, al menos por efecto tipo de cambio, estos, a corto plazo, quedan fijos previendo que la bajada de la divisa sea circunstancial.
A largo plazo, de mantenerse el escenario de dólar abaratado (ha caído cinco pesos en tres días, para situarse en 243 pesos, según El Toque), donde los márgenes de beneficio se amplían, debería surgir más oferta vía nuevos negocios, lo que reduciría nuevamente los márgenes de beneficio y los precios, pero como el cubano es un mercado sin competencia y con incontables barreras para la entrada —abrir un timbiriche requiere meses de papeleo—, los negociantes establecidos no temen que actores nuevos aparezcan con márgenes reducidos, así que no existe la fuerza económica que naturalmente se contrapone y limita el beneficio empresarial en mercados más libres.
En el argot económico, se dice que los precios son sticky (pegajosos) a la baja, en referencia a los muchos incentivos que tienen los empresarios contrarios a reducir los precios de venta aun cuando se abaraten sus costes de producción. El mercado intervenido cubano vuelve los precios aún más pegajosos.
Pero más importante que saber por qué un dólar barato tardaría en reflejarse —si es que lo hace— en los precios al consumidor, es saber por qué esa divisa está bajando y como esto lejos de ser positivo, puede estar anunciando un empeoramiento de esa miseria generalizada de la que los cubanos no encuentran salida.
Y es que eran las MIPYMES comprando divisas en el mercado informal lo que estaba tirando tan fuerte hacia arriba el precio del dólar, así que lo único que explica ahora un descenso en el valor del dólar es un descenso en su demanda por parte de las MIPYMES, algo que solo puede deberse a la falta de liquidez impuesta por el corralito bancarización.
Por lo tanto, esta bajada del precio del dólar es el preludio de una escasez agudizada cuando se agoten los inventarios de las MIPYMES que, al no estar demandando dólares hoy, ya están anunciando que no tendrán mercancías mañana.
El Gobierno ha recortado tan abruptamente la circulación y velocidad del dinero, constriñendo tanto la demanda, que puede incluso darse el caso de que caigan los precios porque la escasez de medios de pago sea mayor que la escasez de bienes. Ya hay más cola para conseguir dinero que pollo.
Este dólar más barato tampoco significa alivio para aquellos endeudados en esa moneda, que ya es la de referencia en la semidolarizada Cuba, pues las deudas se pagan realmente con actividad económica e intercambio. De poco servirá a los empresarios un dólar barato si tienen que cesar o disminuir drásticamente su actividad.
Y ojalá y no se llegue a deflación —caída generalizada de precios— en esta economía tan inmadura y volátil donde la mayor parte del dinero lo mueve la simple reventa, no habiendo capas que hagan de buffer entre la importación de materias primas y la venta de productos finales.
Una deflación sacaría del mercado a muchas MIPYMES que hicieron su estudio de factibilidad asumiendo precios estables o crecientes, sin estar nada claro que haya otras que puedan sustituirlas… a no ser que las MIPYMES enchufadas expandan su negocio desde la importación mayorista a la venta minorista, copando todo el mercado.
Resumiendo, el precio del dólar está cayendo porque los pesos de las MIPYMES que lo demandaban están atrapados en los bancos estatales. La bancarización se está convirtiendo en bóvedas llenas de billetes a costa de anaqueles vacíos de comida. Otro éxito de la Revolución.
Señores el mundo esta convulcionado, la pandemia fue aprovechada por los inescrupulosos para crear la catastrofe inflacionaria que se vive mundialmente no solo Cuba tiene inflacion es muldial solo aquellas grandes economias que se sostienen gracias a que ellas son las que controlan el mercado y dueñas de las transnacionales tienen algunos saldos favorables, la demanda cayo pero los precios aumentan cada dia las familias viven con lo justo y otras que son la mayoria con lo injusto. pero cuando tienes plata para comprar y no hay que comprar ahi esta el gran problema de Cuba NO HAY COMIDA NI OTRAS COSAS NECESARIAS, me pregunto HASTA CUANDO EL SOCIALISMO NO ES COMIDA SI NO HAMBRE, HAMBRE , HAMBRE MAS HAMBRE
No creo que sea todo culpa del actual presidente el problema inflacionario, vivo fuera de Cuba y aca la inflacion por las nuves y no es un gobierno socialista, la inflacion se produjo despues de la pandemia, las grandes transnacionales y los grandes bancos controlan el mercado mundial, pero si creo que en Cuba hay que sembrar menos caña que no deja ganancias sino perdidas y destinar esas que son las mejores tierras del pais al cultivo intensivo de alimentos
Increíble !!!!
La economía se parece más a la física que a la matemática.
Pobre economía de mi patria dirigida por políticos.
Los cubanos no vamos a tener noticias buenas, mientras esté Díaz Canel; la labor que a él le encomendaron, fue poner malo Cuba y eso está haciendo, muy, pero que muy bien; por tanto, debe ser muy bien recompensado. Y no porque Díaz Canel, es malo o bueno, sino porque alguien tenía que hacer la tarea y él se comprometió y la ha cumplido muy bien. Ser el aguanta golpes le ha sentado muy bien a ese mequetrefe. Felicitaciones para quien lo escogió entre los aspirantes; lo hizo muy bien. Yo creo que la bancarización es una de las últimas tareas encomendadas a Díaz Canel, esperemos que no se demoren en cumplimentar las malas noticias, porque pobrecitos nosotros, los que la aguantamos de carga en nuestras espaldas.
No hay producción en el campo de concentración antillano ni aparece un host que el régimen pueda parasitar al estilo de la URSS o Venezuela.
A lo que se añade la huida hacia el capitalismo de cientos de miles de jóvenes, el recurso más importante de cualquier nación, quedando una población envejecida y dependiente de las migajas de los amos.
El valor del dólar respecto al vale de despensa llamado peso es solo el reflejo de la ruina socialista.
Bueno eso es bueno porque cuando llegue la hambruna los robos y asaltos se volverán la orden del día y los gordotes dirigentes se darán cuenta que el fracaso de sus políticas los llevarán a una muerte segura , si los millones en ayuda no son suficientes viene el caos y más destrucción.
Buenísimo artículo, con un profundo análisis.
Buenísimo artículo, con un profundo análisis.
Buen artículo
El problema está en digitalizar las transacciones en un mercado cerrado a la propiedad privada. El sistema bancario no puede controlar la diseminación de dólares. La velocidad de circulación del dólar aumenta, independiente del volumen de transacciones digitales.
La economía es “inmadura y volátil”. La oferta en su conjunto está concentrada en secciones del mercado, en contraste con la demanda. La fuerza de la demanda está en los perímetros del mercado, por fuera de los canales del gobierno. Sin embargo, es fácil para el dólar resumir su ascenso con respecto al peso. Porque en la ausencia (gradual) de billetes nacionales, el dólar comienza a circular como única moneda.
Exacto Rafaela, lo que viene ahora es una hambruna con todas las tiendas vacías de productos de importaciones.