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Rusia

A seis meses de anunciada, ¿fracasó o se trabó la 'cubastroika'?

¿Qué está complicando el desembarco ruso en Cuba? Un experto advierte que los sonoros anuncios de los pasados meses y la realidad no coinciden.

Moscú
Banderas de Cuba y Rusia.
Banderas de Cuba y Rusia. Prensa Latina

Ya pasaron seis meses de que se anunciara el inicio de una reforma de mercado de la economía de Cuba con la asesoría de Rusia y, pese al entusiasmo inicial, los anuncios grandilocuentes, las expectativas y algunos acuerdos, el desembarco de las inversiones del gigante euroasiático en la Isla parece ir más lento de lo esperado.

Uno de los negocios más anticipados y el primero en hacerse público, sigue pendiente: la apertura en La Habana de un supermercado para la venta de productos rusos, y que el millonario y funcionario del Kremlin, Boris Titov, quien dirige el Consejo Empresarial Rusia-Cuba, anunció en más de una ocasión.

¿Qué puede estar trabando el desembarco ruso en Cuba? ¿O es demasiado pronto para ofrecer un veredicto al respecto?

El Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia, creado por decreto de Vladimir Putin en 2010, consultó sobre el tema a Nikolai Kalashnikov, doctor en Economía y asesor del Instituto de Economía de la Academia Rusa de Ciencias.

Para el experto, hay un primer dato cuestionable: el anuncio, realizado en junio pasado, durante la visita de semana y media del primer ministro cubano Manuel Marrero a Rusia, de que el intercambio comercial ruso-cubano aumentó nueve veces entre enero y abril de 2023.

Según Kalashnikov, ese anuncio carece de especificidad, dado que "ni las fuentes rusas ni las cubanas, hablando de progreso, se detienen en los detalles, por lo que a menudo no vemos cifras específicas".

"En primer lugar, el crecimiento en el volumen de negocios se debe al hecho de que Rusia comenzó a suministrar petróleo a Cuba. Además, a principios de año entregamos 25.000 toneladas de trigo a Cuba. La pregunta es si esto se evaluó como ayuda humanitaria o como suministros comerciales, y si se incluyó en ese aumento de nueve veces en el comercio", advierte.

Recuerda el experto que si bien Rusia "está aumentando los suministros de alimentos (granos, productos cárnicos, carne de res, cerdo y aves de corral) de acuerdo con el acuerdo que se firmó en 2021 con el Ministerio de Agricultura de Cuba, hoy Estados Unidos sigue siendo el principal proveedor, por ejemplo, de pollo a Cuba".

Y define el meollo del asunto: "En 2021, Rusia accedió a la solicitud de la dirigencia cubana de posponer el pago de la deuda de los préstamos comerciales, que proporcionó durante 15 años, por 2.000 millones de dólares. Aquí es donde surge el problema para nuestros proveedores, que son en su mayoría empresas privadas o sociedades anónimas. Para ellos, por supuesto, los pagos diferidos son absolutamente irrentables, y sin el apoyo del Estado, es decir, sin los seguros, que se han estado desarrollando en los últimos años, pero que aún no pueden satisfacer plenamente los intereses de nuestras empresas, este proceso está mal implementado".

Kalashnikov explica por qué en 2020 se suspendió la muy promocionada modernización del ferrocarril de Cuba: "Hace dos años hubo una crisis debido al hecho de que el proveedor tenía que recibir pagos que Cuba no podía proporcionar. Para la compañía de seguros esto resultó ser una carga insoportable. La pregunta que mencioné anteriormente surge nuevamente: ¿cuánto tiempo está dispuesto a esperar nuestro inversor?"

Como se informó recién, la empresa estatal RZD (Ferrocarriles de Rusia) está a la espera de la aprobación de un préstamo de Moscú para retomar la financiación de los trabajos en la infraestructura ferroviaria de Cuba.

"Por otra parte, se plantea la cuestión de hasta qué punto el Estado puede asumir esta carga. Difícilmente podamos seguir el camino de la Unión Soviética", advierte Kalashnikov, en referencia a los subsidios multimillonarios que dieron lugar a una época dorada en la Isla, que se acabó en cuando Mijaíl Gorbachov suspendió los beneficios comerciales que recibía el aliado de Moscú en el Caribe. 

Para el economista, incluso es de cuestionarse el presunto trato preferencial que Moscú brindaría a La Habana: "Hablando francamente, una cosa me sorprende: vendemos trigo a Cuba y estamos dispuestos a suministrarlo gratuitamente a los países africanos, que también se encuentran en una situación económica difícil. En mi opinión, el suministro de trigo o fertilizante a Cuba también debería ser gratuito".

Kalashnikov señala que en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel "solo dos compañías rusas han creado hasta ahora empresas conjuntas con socios cubanos allí: el centro de servicio KAMAZ y United Composite Technologies JSC. Rosatom también va a crear un centro de irradiación multipropósito, que permitiría el tratamiento radioactivo de productos agrícolas, la esterilización de productos médicos, etc. Pero en el caso cubano, los empresarios rusos solo pueden contar con inversiones a largo plazo: se puede esperar un retorno de la inversión después de bastante tiempo, y no todos los empresarios están listos para esto".

Respecto a la XX reunión de la Comisión Intergubernamental de Cooperación Económica y Comercial entre Cuba y Rusia, celebrada en mayo en La Habana con la asistencia de altos cargos y empresarios de Moscú, indica: "A pesar de que los resultados se anunciaron después de la finalización del trabajo de la comisión, los detalles permanecen entre bambalinas. Vale la pena enfatizar que las partes declararon su firme intención de desarrollar las relaciones. Tales declaraciones siempre están presentes en las comisiones intergubernamentales, pero creo que durante la última reunión los representantes de ambas partes deberían haber reaccionado a los cambios que han tenido lugar en los últimos años y haber determinado cómo y en qué condiciones cooperaremos".

"Con respecto a la falta de información sobre proyectos y planes específicos, la experiencia demuestra que no siempre se aplican todas las buenas intenciones y declaraciones. Probablemente ninguna de las partes quiere mostrar que por una razón u otra los proyectos no se han implementado, porque las razones pueden ser diferentes (falta de oportunidades, problemas burocráticos que existen en el sistema de ambos Estados, etc.). Si analizamos el programa que se sometió a discusión de la Comisión Intergubernamental, podemos ver que es en gran medida repetitivo. Esto sugiere que los mismos problemas de año en año, por alguna razón, siguen sin resolverse".

Esto último parece explicar el "extraño" retraso en la apertura del supermercado ruso en La Habana. De acuerdo con declaraciones de Boris Titov, ese negocio será una empresa mixta con la corporación cubana CIMEX, propiedad de los militares de la Isla y sancionada por EEUU.

El nombre del mercado sería Rusmarket y cobraría en moneda libremente convertible (MLC) a los cubanos. O sea, del bolsillo de los emigrados al del Kremlin. ¿Querrá GAESA compartir la fuente de ingresos que tanto le ha costado urdir y autorizar un competidor que no tiene por qué poner precios 200 y 300% por encima del costo de importación a sus productos, como sí hace el conglomerado empresarial cubano?

De hecho, durante la Comisión Intergubernamental, Miguel Díaz-Canel no pudo ocultar su impaciencia con la demora de Moscú en invertir en Cuba y pidió al viceprimer ministro de Rusia, Dimitri Chernyshenko, "imprimirle un ritmo intenso" a los acuerdos, y demandó proyectos concretos que resuelvan los problemas de Cuba. En esa ocasión, además, le recordó el apoyo de su régimen al Kremlin desde el inicio de su invasión a Ucrania.

"El nivel de relaciones económicas que se desarrolló en la década de 2000 fue determinado en gran medida por nuestra capacidad y la capacidad de pago de Cuba al mismo tiempo", recuerda Kalashnikov. "Hasta cierto punto, el impulso para el desarrollo de nuestras relaciones económicas fue la solución del problema de la deuda. (...) Hoy Cuba está buscando socios que puedan ayudarla a resolver sus problemas económicos. Los dos países en los que se centra principalmente son China y Rusia. Vale la pena señalar que China ha tenido mucho más éxito en la cooperación con Cuba".

El experto coincide en que es la pragmática y la geopolítica lo que impulsa el acercamiento entre Moscú y La Habana, no los negocios: "En mi opinión, en las condiciones modernas, Rusia necesita regresar a Cuba, porque ha demostrado ser un socio y aliado bastante confiable, a pesar de todas las dificultades que ahora está experimentando. El liderazgo cubano ha declarado reiteradamente que apoya a Rusia en la lucha contra las sanciones de Estados Unidos y considera que el uso de este instrumento económico viola el derecho internacional".

"Sobre el tema de la conducción del Nuevo Orden Mundial en Ucrania, seamos honestos: Cuba toma una posición pro-rusa. Por ejemplo, casi todos los días la prensa cubana publica información sobre el curso de las hostilidades. Estos eventos se cubren desde el punto de vista ruso: los autores de los materiales se basan en información de fuentes rusas, y no ucranianas u occidentales", reconoce.

Y es entonces que menciona la función de Cuba como trampolín hacia otras economías latinoamericanas, como instrumento de influencia política.

"En mi opinión, el modelo de cooperación internacional está cambiando ahora. Por ejemplo, si antes de los recientes acontecimientos nuestros fabricantes se centraban principalmente en los socios occidentales, en este momento hay una reorientación. (...) América Latina se encuentra en un estado de incertidumbre. Hay fuerzas centrípetas que la dirigen hacia China y, en menor medida, hacia Rusia. Hay, por el contrario, fuerzas centrífugas que la distancian de la alianza ruso-china. Este proceso mucho depende de cuán exitosamente termine el Nuevo Orden Mundial, qué tipo de Rusia saldrá de él, cuán fuerte será la alianza entre Rusia y China. Es obvio a qué hemisferio pertenece Cuba. En este caso, los empresarios rusos deberían considerarla como un trampolín seguro para saltar a otros países latinoamericanos".

Mientras, quizás La Habana tenga que conformarse con ser, una vez más, seducida y abandonada por las veleidades políticas del gigante euroasiático. Como durante la Crisis de los Misiles. Como en 1989, cuando Gorbachov visitó a Fidel Castro y le anunció que se había acabado el apadrinamiento. Como cuando Putin cerró la base de espionaje de Lourdes. Y así en lo sucesivo, hasta que el régimen de Cuba consiga dejar de depender de una potencia y recupere la soberanía vendida al mejor postor.

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2 comentarios

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Tienen que apurarse los rusos con el desembarco,pues los marines pueden adelantarseles.La administración Bidet necesita un golpe de efecto para las elecciones venideras y una victoria militar relámpago sobre uno de los o s peones de Rusia y China sería vista positiva por el electorado norteamericano.

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Todo lo que se ha montado es un show de „public relations“. Rusia para desviar la atención de la candela de Ucrania y Cuba para chantajear a Estados Unidos. Aunque mantuvieron el control de la economía a traves de la mafia oligarca rusa, los rusos necesitaron liberar su propia economía para poder dinamizarla, algo a lo que castrismo cubano está negado, y así no hay reforma ni perestroika que garantice el boniato sin cola. Humo, mucho humo…