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Opinión

Al Gobierno cubano se le cae la máscara de las MIPYMES: tira los precios y esconde la mano (II)

El sector 'privado' con patente para importar y revender en Cuba no es otra cosa que el Gobierno mismo, y hay evidencias.

La Habana
Un hombre come un pedazo de pan en La Habana.
Un hombre come un pedazo de pan en La Habana. Diario de Cuba

Ya no puede ignorarse el descontento con respecto a los precios, principalmente los de los alimentos, y el Gobierno cubano, consciente de que la situación está al límite, envió a su ministro de Economía a dar la cara.

Y así salió Alejandro Gil contando que el Gobierno ha "estado apreciando en los últimos años un incremento, mes tras mes, del nivel de importaciones de las formas de gestión no estatal. Por el ritmo que se está llevando en los dos últimos meses, se han superado los 80 millones, a este ritmo superaremos la cifra de más de 1.000 millones en el transcurso del año".

Y además —ya esto lo afirmó con voz preocupada y pose de indignación—, "hemos estado apreciando una tendencia en el sector privado a la compra y venta de bienes finales… estos bienes listos para la venta que son importados se colocan en la venta para la población muchas veces a precios elevados".

Todo eso contó el ministro en su más reciente actualización de la situación económica del país ante la Asamblea Nacional, fingiendo que el Estado hace todo lo posible para corregir la excesiva importación y los precios estratosféricos.

Pero, cínicamente, el funcionario esconde que esta situación es diseñada, creada y mantenida por su propio ministerio, por ser conveniente para la cúpula castrista, siendo de las pocas opciones que le van quedando dentro del desastre actual para extraer recursos de la población con los cuales pagar la fidelidad de los acólitos —la ideología murió hace años— que mantienen funcionando un régimen senil abocado a una muerte inminente si no le llega pronto oxígeno, mucho oxígeno del exterior… que en ruso se dice kislorod (кислород).

Es obsceno que el ministro confiese que lleven años —¡no días! ¡no semanas! ¡no meses!, sino años— observando cómo mes tras mes aumentan las importaciones "privadas" para la reventa en Cuba a precios crecientes y, sin embargo, después de tanto tiempo permitiéndolo, ¿qué piensan hacer ahora para impedir que siga sucediendo algo que aparentemente les indigna y preocupa? Pues nada, no harán nada, "es un asunto que debemos de profundizar", dijo eufemísticamente Gil para esconder la inacción planificada.

¿Y será que no pueden hacer nada? Pues no, sí pueden hacer, pues tienen todas las herramientas para corregir esta situación, tanto las herramientas de la libertad y la prosperidad, como sus muy utilizadas herramientas del control y la miseria.

La capacidad de compra de al menos 3.000 millones de dólares que hay en el país —pues como mínimo en eso se venderán al público los 1.000 millones importados— demuestra que demanda interna existe, y si no hay oferta nacional es porque producir en Cuba no sale a cuentas, pero no por razones económicas, sino políticas.

Así, las herramientas de la libertad podrían crear un Estado de Derecho que minimice el riesgo de invertir en Cuba, lo que atraería el capital humano y financiero que de momento no hace más que abandonar una Isla que se mantiene a flote solo gracias a las remesas. Hasta que un Estado de Derecho no sustituya al actual con su enorme prontuario de autoritarismo, confiscaciones y deudas sin pagar, no puede esperarse que haya niveles de inversión en Cuba que generen una importante producción endógena.

Pero, incluso sin crear las condiciones básicas para que Cuba produzca, lo que requeriría cambios políticos profundos que el castrismo no está dispuesto a hacer, aún el Gobierno podría fácilmente y sin riesgos políticos, promover la competencia entre agentes importadores liberalizando esa actividad.

Así, si en vez de mantener restringidas las licencias de importación a algunas MIPYMES privilegiadas, se permitiese que todo el que quisiera importar lo hiciera, se introduciría una competencia en la compraventa que provocaría una inmediata reducción de los márgenes de beneficio y de los precios.

Que el Gobierno no opte por esta liberalización que inmediatamente reduciría precios sin poner en peligro su estatus político, ni tampoco use las herramientas de control y miseria que tan asiduamente ha empleado en ocasiones anteriores en que los precios se han desmadrado, es evidencia clarísima de que el castrismo crea artificialmente la situación de escasez actual mediante barreras administrativas, para luego monetizar la miseria mediante un sector "privado" agraciado con derechos monopólicos de importación. El régimen no quiere competencia captando los dólares de las remesas.

La aparente indignación del ministro de Economía, presagia que están preparando sicológicamente a la población para restringir aún más la competencia, aprestándose a reprimir a algunos listillos que, aprovechando las leyes de MIPYMES, han logrado, por su cuenta, lucrar a la par del sector "privado" conectado con el régimen.

Son muy altas las probabilidades de que veamos pronto en Granma y Cubadebate una operación policial contra algún dueño de MIPYME acusado de "precios abusivos y especulativos", que servirá como aviso para el resto de los no-conectados, para que entiendan que en Cuba solo el castrismo puede explotar al pueblo… y parece que pronto también los rusos.

En resumen, la inacción del Gobierno se torna evidencia de su complicidad con un sector "privado" con patente para importar y revender 1.000 millones de dólares en Cuba, o mejor dicho, es evidencia de que el sector "privado" con patente para revender en Cuba no es otro que el Gobierno mismo.

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9 comentarios

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Aciditos este y el anterior artículo de esta serie. Algo especulativos, más son artículos de opinión. Pero tienen razón.

Ahora,de seguro algunos infelices que no están conectados a la junta verdeolivo pagarán el pato.Lo bueno sería identificar los enchufados cubanos y sabotearle sus negocios ,romperle los aires acondicionados etc,etc...

La segunda entrega de esta serie no nos ha defraudado.

Habría sido bueno que la Redacción del diario hubiese precisado si debemos esperar o no alguna entrega adicional.

Estimado René, muchísimas gracias por estar al tanto de mis artículos, pero muchísimas más gracias por haber dedicado su vida a la libertad de Cuba, mi más profunda admiración.

De momento este es el último trabajode la serie, pero el tema está lejos de agotarse. Un abrazo enorme.

Profile picture for user Pedro Benitez

Felicitaciones por el análisis, lots of food for thought.

Wow, tremendo artículo. Al ministro Gil le daremos un Grammy por su actuación. A los actores de cine aquí le pagan una millonada, en Cuba le pagan tres quilos prietos y se creen estrellas del manicomio. Regresando al artículo y yo dando mi opinión. Los mafiosos en la Habana no van a copiar el modelo Ruso, Chino, ni de Vietnam, esos modelos no tenían la entrada abrumadora de dólares que tiene la cubana. No tienen que hacer cambio ningunos, lo único que tienen que hacer y lo están haciendo es que no se le escape ni un solo dólar que entra al país. Es tan atrayente la tajada que los mismos rusos quieren entrar en el negocio.

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“Al ministro Gil le daremos un Grammy”. un (Granma)

Excelente artículo!!!

Excelente artículo!!!