A muchos ha sorprendido que, en medio de la peor devaluación monetaria —inflación— sufrida por EEUU en décadas, llegue el dólar y se posicione más fuerte que nunca en el mercado internacional.
Y es que las recientes subidas de tipo de interés de la Reserva Federal (FED), han hecho que sea más apetecible comprar bonos norteamericanos y depositar dinero en EEUU, lo que ha provocado que muchos inversionistas, empresas y países, hayan reducido su tenencia de otras divisas para posicionarse en moneda verde, impulsando así una demanda extraordinaria de dólares a nivel global, disparando su precio.
Mientras, el euro se ha desplomado debido a que el Banco Central Europeo (BCE) está retardando sus subidas de tipo, confiando en que la inflación europea tiene un componente monetario menor que la norteamericana, y además, intentando no enfriar demasiado el crédito pues, la recuperación económica post-Covid ha sido más débil en ese continente.
Esta debilidad del euro, podría agudizarse si el BCE continúa financiando países zombis —principalmente España e Italia— comprándoles deuda pública, mientras se deshace de los mucho más sólidos títulos alemanes y neerlandeses, debilitando así la composición de sus reservas, lo que socavaría la confianza en la moneda europea a medio y largo plazo.
Tampoco debe minusvalorarse la influencia del Bundesbank (Alemania) dentro del BCE, presionando por mantener el euro débil para aliviar al muy potente sector exportador alemán, ahora acosado por la factura energética.
De lo anterior puede preverse que la fortaleza del dólar frente al euro no es un evento puntual, sino una situación que se mantendrá durante algún tiempo.
Los efectos sobre Cuba
Debido al conflicto que el castrismo mantiene con Washington, gran parte de las exportaciones cubanas se cobran en euros, aunque muchas de las importaciones se pagan en dólares. Consecuentemente, el actual tipo de cambio euro/dólar afecta negativamente el poder adquisitivo de la Isla, haciendo más deficitaria su balanza comercial.
La revaluación del dólar frente al euro (un 16% este año), traducida a la realidad, significa que Cuba necesitará exportar más para mantener el deficiente nivel de importaciones actual, el cual ya es incapaz de sostener un consumo mínimamente adecuado de alimentos y medicinas, impulsar la producción nacional, o siquiera remendar las termoeléctricas.
Como el país está en su frontera de posibilidad de producción, si quiere aumentar sus exportaciones, deberá acumular factores productivos y tecnología, para lo que necesita unos recursos de los cuales solo podría disponer mediante inversión extranjera o endeudamiento externo.
Pero la deuda externa no escapa a los efectos del tipo de cambio euro/dólar. Aunque en términos nominales se mantuviese estable (si bien puede presumirse que en realidad ha crecido) el peso de la misma se incrementa a la par del valor del dólar. ¿Será esta la causa por la que el Gobierno está cediendo hoteles enteros y hasta cayos a empresas extranjeras? ¿Será esta la causa por la que pagará a la minera Sherritt en especies y no en efectivo? ¿Estarán hipotecando el país como colateral (garantía) de nuevas deudas del castrismo?
Un dólar fuerte complica la relación con el mercado norteamericano, que es prácticamente unidireccional, ya que Cuba compra allí mucho más de lo que vende. Hasta agosto, se habían importado casi 34 millones de dólares desde EEUU. De ellos, 26 millones en pollo y el resto en autos, excavadoras, cerveza o champú. Significativamente, el Gobierno cubano no gastó un solo dólar en medicamentos.
Las vitales e ineludibles —por la ausencia de proteínas alternativas— importaciones de pollo norteamericano, solo entre agosto y septiembre, por el efecto combinado —ponderado— del aumento del precio del pollo (15%) y la devaluación acumulada del euro (16%), se han encarecido, aproximadamente, un 20% intermensual, un fortísimo golpe para el bolsillo de los Castro que dolerá en el estómago de los cubanos.
Con la deuda externa revalorizándose y dificultades para obtener nuevos créditos, y con una producción menguante que le imposibilita exportar más para sostener el encarecimiento de las importaciones, es dudoso que el Gobierno cubano pueda, incluso a corto plazo, sustentar el ya muy pobre nivel de vida del pueblo. La miseria en la Isla podría escalar muy rápidamente.
La lentitud e impotencia para resolver el problema de generación eléctrica —su mayor amenaza política— y el sinsentido mostrado al intentar extraer dólares del mercado cambiario, evidencian que el castrismo está sin divisas, desesperado, anda por el filo de la navaja. Un empujón y podría descontrolársele el cada vez más irreverente pueblo cubano. Un dólar fuerte, combinado con la recesión económica mundial que se avecina, podría ser ese empujón.
El castrismo, perdón, la "revolución," es un estruendoso fracaso a gritos. NADA en Cuba sirve, no hay futuro, y la gente, al menos la que tiene suficiente vida por delante, no quiere desperdiciarla.
Y donde esta el embargo? Deberían vender el país a las trasnacionales Apple, meta, Tesla etc y verán como en menos de 3 meses es otro país y no me vengan con patriotismo que eso no existe en esa isla
Las trasnacionales Apple, meta, Tesla etc estoy convencido de que no tienen ningun interes en comprar Cuba