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Los puntos a las íes

'Cuba no puede andar por el mundo con un modelo económico anacrónico y reaccionario'

Los economistas Elías Amor y Mauricio de Miranda hablan en esta emisión de 'Los Puntos a las Íes' con los periodistas Michel Suárez y Wendy Lazcano sobre las particularidades de la inflación en Cuba.

Madrid
Los Puntos a las Íes', en DIARIO DE CUBA. DDC TV
Una cola en Cuba para comprar comida.
Una cola en Cuba para comprar comida. Diario de Cuba

¿Qué tiene de particular el aumento de los precios en Cuba? ¿No hay una inflación a nivel global, producto de la invasión rusa a Ucrania? ¿Puede decirse que la que golpea a los cubanos tiene características distintas a la que azota a los ciudadanos en el resto del mundo?

Sobre las particularidades de la inflación en Cuba y lo que podría hacer el Gobierno para controlarla, conversan los periodistas Wendy Lezcano y Michel Suárez con los economistas Mauricio de Miranda, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, de Colombia, y Elías Amor, presidente de la Unión Liberal Cubana, en el programa de debates Los puntos a las Íes, de DIARIO DE CUBA.

En Cuba se aumentan los salarios, pero no existe una producción que respalde la emisión monetaria

El profesor De Miranda reconoce que hay un elemento común: la excesiva emisión monetaria. En otros países se hizo para apoyar las economías familiares, en algunos casos, y en otros para apoyar a las empresas o a los bancos, acota. 

En Cuba la causa ha sido la llamada Tarea Ordenamiento, que para De Miranda es más bien "un desordenamiento", porque se estableció una nueva tasa de cambio sin fundamento económico y sin fundamento en el mercado, sobrevaluada. Se emitió dinero en exceso, cuando el CUC (peso cubano convertible) se despegó de su respaldo en dólares, explica. 

"Cuando se creó el CUC, el Gobierno cubano dijo que circularían tantos CUC como dólares hubiera en las reservas", recuerda el profesor. Eso se abandonó y se emitieron más CUC que los dólares existentes, lo que provocó que la tasa de cambio del mercado fuera distinta a la que se sostenía oficialmente, principalmente "en un momento en que se deprime el turismo, se reducen las reservas y la pandemia produce una parálisis económica", apunta De Miranda.

Señala, como otra particularidad, que en Cuba se aumentan los salarios, pero no existe una producción que respalde la emisión monetaria. Ante esta situación, la única respuesta del mercado es el aumento de los precios, sentencia.

A ello añade que la reforma cambiaria se hizo en un momento en que el Estado cubano no puede sostener un mercado formal de divisas. No puede vender dólares, lo que produce un mercado informal donde la divisa extranjera se ha disparado. Esto lo agrava la creación previa de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), que "obligaron a la población a satisfacer necesidades de subsistencia en una moneda diferente a la que gana". 

Aunque los precios en MLC en esas tiendas no varíen, si el peso cubano se deprecia frente al dólar, a los cubanos les cuesta más adquirir los productos en esas tiendas, subraya De Miranda.

El régimen comunista obliga a los bancos a comprar papel que no sirve para nada

A lo expuesto por De Miranda, Elías Amor agrega algo que considera fundamental: el agujero en las cuentas públicas del régimen comunista.

El déficit público en Cuba desde 2016 se incrementó de un 6% a un 8%, lo que "no es compatible con el crecimiento económico cubano, que es muy débil".

El economista explica que el crecimiento de déficit público ha llevado a un nivel de endeudamiento, que este año está "en torno al 118% del producto interior bruto”, y se financia "con unos bonos que el régimen comunista obliga a los bancos a comprar. Se llaman bonos soberanos, pero es papel que no sirve para nada".

De esa forma, el régimen cubano sostiene "un aparato represivo, un ejército y una serie de gastos improductivos, que lo mejor que se podría hacer es reducirlos", afirma Amor.

Los gobiernos responsables tienen que hacer lo necesario para enfrentarse a la inflación, delimitarla y controlarla

Puede resultar increíble que una inflación como la que castiga a los cubanos, y en la que tiene más peso el mal manejo de la economía por parte del Gobierno que los factores externos, no conduzca a estallidos sociales que lo saquen del poder. Parecería entonces que los procesos inflacionarios representan amenazas para la estabilidad de los gobiernos democráticos, pero no para las dictaduras.

Sin embargo, De Miranda aclara que la inflación "no es jamás una razón única para que se produzcan protestas sociales", sino una más para "que se desborde la copa". Pero también hay que considerar la respuesta represiva del Gobierno. Las protestas sociales del 11J en Cuba, dice, "demostraron hastío" frente a una situación económica, pero también "frente a una situación política insostenible que solo se sostiene con la represión, y la represión fue lo que se utilizó".

Elías Amor declara que la inflación es peligrosa porque "deteriora el poder adquisitivo de la gente, acaba distorsionando las decisiones de las empresas", por tanto "los gobiernos responsables tienen que hacer lo necesario para enfrentarse a la inflación, delimitarla y controlarla. Creo que el Gobierno comunista cubano no lo está haciendo".

Cuba debe retornar a la normalidad

En ese sentido, el presidente de la Unión Liberal Cubana apunta que el primer paso para controlar la inflación en Cuba es "producir. Si no hay un incremento de oferta no hay nada que hacer". Y para producir, es necesario emprender reformas estructurales: "derechos de propiedad privada, mercado como instrumento de asignación de recursos, libertad de empresa y transformación radical de la planificación central comunista en un sistema de economía basado en las funciones clásicas del gobierno: estabilización, distribución de la renta y estimulación del crecimiento económico".

"El retorno de Cuba a la normalidad", simplifica. "Cuba no puede andar por el mundo como la última dictadura de la Guerra Fría con un modelo económico anacrónico y reaccionario". 

"Una de las reformas estructurales que voy a defender, si algún día tengo la oportunidad, es que el Banco Central de Cuba sea un organismo autónomo, que tome decisiones de política monetaria. No las puede tomar porque está maniatado por el régimen comunista".

De Miranda, además de coincidir con Elías Amor, expresa, sobre las medidas tomadas por el Gobierno en los últimos tiempos, que les ha faltado sistematicidad e interrelación. "Pareciera que van a tapar un hueco y terminan abriendo otro".

Como ejemplos, apunta que se adoptó la reforma cambiaria, pero no se garantizó la unificación monetaria ni se aseguró la soberanía del peso cubano en todas las transacciones. Se autorizaron las pequeñas y medianas empresas, pero "les ponen tantas restricciones que dificultan su florecimiento como actores en el nuevo mercado". 

A estas restricciones, se añade el hecho de que solo puedan exportar a través de empresas estatales. "Muchas veces se da el caso de que el empresario es el que le dice a la empresa estatal con qué proveedor actuar", explica. "Entonces, díganme ustedes para qué hace falta una empresa estatal si tengo que decirle cuál es mi mejor proveedor", cuestiona De Miranda. "Así no funciona la economía", subraya.

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