"Cuanto más me golpean, más reafirmo mi compromiso", asegura el líder opositor José Daniel Ferrer García. La frase resume la entrevista que concedió a DIARIO DE CUBA tras tres años y medio de encarcelamiento.
Ferrer, coordinador general de la Unión Patriótica de Cuba y una de las figuras más relevantes de la oposición al régimen, relató los detalles de su tiempo en prisión, marcado por aislamiento extremo, maltratos y lo que considera intentos deliberados de desestabilizar su salud mental y física.
"Durante los primeros 14 meses no tuve acceso a papel, lápiz ni comunicación con el exterior. Fue un tiempo de tortura psicológica y privaciones extremas", dijo Ferrer, quien además estuvo sometido a condiciones de confinamiento insalubres en celdas tapiadas con temperaturas superiores a los 40 grados.
El líder opositor fue detenido el 11 de julio de 2021, cuando iba de camino a unirse a las protestas antigubernamentales que estallaron en más de 50 ciudades de Cuba, una acción que le costó casi cuatro años tras las rejas.
"Prefería morir antes que aceptar abandonar el país o quebrar mi compromiso con la lucha por la democracia"
Desde que fue excarcelado el pasado jueves de la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba, Ferrer no ha parado de dar entrevistas a medios independientes e internacionales. En la conversación con DIARIO DE CUBA explicó que durante su encierro atravesó episodios de sufrimiento físico y mental, incluido un constante zumbido en los oídos, dolores de cabeza severos y alucinaciones que atribuye a posibles sustancias administradas en los alimentos. Aseguró que, aún en contra de sus propias convicciones, llegó a valorar el suicidio, pero decidió no rendirse. "Prefería morir antes que aceptar abandonar el país o quebrar mi compromiso con la lucha por la democracia", afirmó.
Ferrer denunció que fue golpeado en múltiples ocasiones, incluyendo una agresión por parte del jefe de la prisión que le fracturó el tabique nasal. Subrayó la deshumanización del sistema carcelario cubano, en el que incluso los guardias temen represalias por mostrar algún tipo de empatía hacia los presos políticos. "El régimen busca quebrarnos, pero nuestra convicción sigue intacta", dijo, reafirmando su compromiso con la causa democrática.
El opositor mencionó en especial dos golpizas brutales: una en diciembre de 2022 y otra en noviembre de 2024, que le dejaron secuelas físicas permanentes, como dolores crónicos en el brazo derecho y heridas profundas. Además, padeció ansiedad severa debido al estrés del aislamiento y la incertidumbre sobre la situación de su familia y el contexto político en Cuba tras el 11J.
A pesar del hostigamiento, mantuvo protestas pacíficas en prisión. Su salud emocional se deterioró por la incomunicación, agravada por no poder recibir visitas familiares ni llamadas durante largos períodos. Solo tuvo breves encuentros con su esposa e hijos en momentos excepcionales y tras campañas intensas para visibilizar su situación de riesgo. Ferrer señaló que la atención médica en prisión era casi inexistente, marcada por negligencia y corrupción, aunque lograba autodiagnosticarse y recibir medicamentos gracias al apoyo de su familia y amigos.
Ferrer detalló que las condiciones de higiene y alimentación eran deplorables, con agua contaminada, parásitos, brotes de enfermedades y plagas de chinches. En las últimas semanas compartió espacio con otros presos, lo que empeoró las condiciones insalubres que le rodeaba.
A pesar de las adversidades, Ferrer dijo que desarrolló estrategias para sobrellevar la situación, como practicar ejercicio, leer entre líneas las noticias transmitidas por televisión estatal y recitar poemas de memoria. Pero el aislamiento y la represión dejaron marcas profundas en su cuerpo y su espíritu, resaltando la brutalidad del régimen penitenciario cubano, y en especial la del presidio político, afirmó.
El proceso de excarcelaciones ha sido una burla del régimen cubano
En cuanto al reciente proceso de excarcelaciones, Ferrer consideró que es una burla del régimen cubano hacia la administración de Joe Biden y el Vaticano. Aunque reconoció el valor humanitario de liberar a personas en condiciones extremas, sostuvo que este gesto no es más que una estrategia del régimen para perpetuar su poder y obtener beneficios políticos y económicos. Recordó casos similares de excarcelaciones, como las de 2010 y 2015, vinculadas a negociaciones internacionales, que solo sirvieron para fortalecer a la dictadura y prolongar su capacidad represiva.
El opositor comparó la tiranía cubana con una enfermedad mortal, en la cual la excarcelación de presos es solo un paliativo que no aborda el problema de fondo: la naturaleza represiva del régimen. Criticó que estas excarcelaciones se utilicen como moneda de cambio para conseguir la eliminación de sanciones, al tiempo que los liberados continúan viviendo bajo constantes amenazas y condiciones restrictivas. A su juicio, estas acciones permiten al régimen proyectar una imagen de magnanimidad y fortaleza mientras sigue oprimiendo al pueblo y promoviendo su agenda política en el exterior.
El opositor abogó por negociaciones serias y verificables que obliguen al régimen a comprometerse a no encarcelar a personas por motivos políticos y a reconocer públicamente que estas liberaciones no son un acto de generosidad, sino el resultado de presiones internacionales. Solo bajo estas condiciones, argumentó, sería legítimo considerar cualquier flexibilización de sanciones hacia el régimen. De lo contrario, estas excarcelaciones temporales perpetúan el ciclo de represión y negociación oportunista.
José Daniel Ferrer destacó el importante trabajo realizado por organizaciones defensoras de derechos humanos y la prensa independiente para visibilizar la situación de los presos políticos en Cuba. Expresó su gratitud hacia los medios y organizaciones dentro y fuera de la Isla por su apoyo constante. No obstante, señaló que existe un déficit en el acompañamiento informativo y espiritual a los presos y sus familias.
Ferrer subrayó la necesidad de trabajar más estrechamente con los familiares, quienes en muchos casos temen denunciar abusos, aceptar ayuda o contactar con periodistas y defensores de derechos humanos. Esta reticencia limita la eficacia del apoyo externo, advirtió. Asimismo, mencionó que los presos políticos suelen estar desinformados sobre los avances de la solidaridad internacional y el contexto global, lo que puede desanimarlos. Propuso la creación de un boletín mensual impreso que brinde información actualizada tanto a los presos como a sus familias, ayudando a contrarrestar las estrategias represivas del régimen.
En ese sentido, instó a reforzar la labor de orientación y apoyo a los presos y sus allegados, pues el éxito de la causa depende en gran medida de un liderazgo sólido y del acompañamiento constante, dijo. Pese a las dificultades, afirmó que el trabajo realizado hasta ahora ha sido significativo y llamó a perfeccionar las estrategias para lograr un impacto más profundo en la lucha por los derechos humanos en Cuba.
El regreso de José Daniel Ferrer a su barrio no pasó desapercibido. "Más del 60% de los vecinos" ya lo ha "saludado y felicitado", dijo, aunque algunos no lograron verlo directamente por su agenda tan ocupada por estos días. Mencionó que "el recibimiento ha sido muy bueno", pese a que un pequeño porcentaje, como dirigentes de los CDR o familiares de militares, no mostró solidaridad. Destacó cómo durante una salida con su esposa numerosas personas lo saludaron a pesar de la vigilancia de agentes represivos.
"Familia y lucha por mi patria van de la mano"
Los años de prisión han causado un impacto devastador en la vida de Ferrer y su familia. El daño psicológico, especialmente en sus hijos, es profundo. Ferrer relató cómo ahora, tras su llegada a la casa, su hijo pequeño, al despertarse y no encontrarlo, reacciona con ansiedad. "Esto es muy duro. Mi hijo hoy, cuando se levantó y no me vio porque ya estaba conectado, temiendo que la corriente se fuera en cualquier momento (y se fue al poco rato), con una voz muy fuerte le decía a su mamá: '¿Dónde está papá? ¿Dónde está papá? ¿Se lo llevaron? ¿Dónde está papá?'. Cuando la mamá lo sacó del cuarto y le dijo 'mira a tu papá ahí', y yo ya iba en ese momento caminando hacia él, había que ver sus ojos, su rostro, la alegría que tenía y el abrazo y los besos que me dio".
El opositor explicó que el reencuentro con su familia estuvo lleno de emociones fuertes, reflejando el trauma acumulado. Ferrer, que tiene seis hijos, contó que ellos han sufrido episodios de violencia desde 2003, incluyendo incidentes recientes en los que algunos han presenciado agresiones contra él y su esposa.
Ferrer admitió las secuelas físicas y emocionales que enfrenta. "Hay daños que son irreversibles", dijo, mencionando problemas de visión agravados por las condiciones carcelarias y la mala alimentación.
A pesar de todo, está decidido a reconstruir los lazos familiares. "Haré todos los esfuerzos posibles por restablecer esos lazos al máximo", aseguró. También subrayó la importancia de la comunicación y la resiliencia, aunque reconoció que algunas heridas emocionales serán difíciles de sanar completamente.
El líder opositor dijo que su tiempo en aislamiento reflexionó profundamente sobre su compromiso con la libertad de Cuba. Para él, la lucha por la democracia y su familia son prioridades inseparables. "Familia y lucha por mi patria van de la mano", afirmó, y destacó su visión de una Cuba democrática capaz de inspirar y apoyar a otros pueblos oprimidos como los de Venezuela y Nicaragua.
Ferrer también enfatizó su solidaridad con las víctimas de dictaduras en cualquier parte del mundo, desde Rusia y Bielorrusia hasta África y Asia Central. "Estoy vivo y no en peores condiciones gracias a esa solidaridad", dijo, comprometiéndose a extender su apoyo pese a los intentos del régimen cubano por aislarlo.
"La libertad de Cuba es un propósito mayor"
En prisión Ferrer reflexionó también sobre la importancia de la unidad entre los sectores de la disidencia y la sociedad civil, tanto dentro como fuera de Cuba, dijo. Subrayó la necesidad de superar egos, desconfianzas y temores políticos para fortalecer la lucha conjunta. "Debemos actuar con inteligencia y prudencia, pero dejar atrás los excesivos temores que dividen", afirmó.
Añadió que su compromiso con la causa no solo se mantiene intacto, sino que se intensifica con cada ataque recibido. "Lucharé siempre, dispuesto incluso a morir en una prisión, porque la libertad de Cuba es un propósito mayor", aseguró.
Opinó que para lograr los cambios en el contexto cubano se deben aplicar estrategias adaptadas a las circunstancias específicas del país. Una de las claves que identificó es la observación y el intercambio constante con la sociedad, especialmente con médicos, maestros, trabajadores del sector privado, agricultores y otros, para comprender sus opiniones y expectativas.
Es esencial escuchar a todos los cubanos, tanto dentro como fuera del país, y trabajar con los más comprometidos y capacitados para construir unidad en la oposición, aunque no siempre se logre consenso total, dijo.
Por otra parte, Ferrer consideró que se debe apostar por la capacitación constante de las personas involucradas en el cambio, promoviendo programas de entrenamiento y fomentando la sinergias. El esfuerzo colectivo debe ser más productivo que la suma de esfuerzos individuales, y para lograrlo es necesario que cada miembro esté constantemente formándose y mejorando sus habilidades, dijo.
Para José Daniel Ferrer es de vital importancia desarrollar inteligencia y contrainteligencia para evitar la fragmentación y las amenazas del régimen, buscando un movimiento solidario y bien organizado que desafíe la opresión. La solidaridad internacional es otro aspecto crucial desde su punto de vista, especialmente en la relación con países como Venezuela y la presión sobre regímenes opresivos, como el cubano, que deben ser sancionados por la comunidad internacional.
Como en marzo de 2011, Ferrer ha salido de prisión sabiendo que puede volver cualquier día, solamente por ejercer sus derechos. No obstante, reafirma su compromiso con una resistencia no violenta y con la democracia de Cuba.
"Cuanto más me golpean, más reafirmo mi compromiso", declaró. Dijo estar convencido de que su lucha es justa y necesaria frente a una tiranía que reprime, tortura y roba a su pueblo. "Prefiero morir con honor que vivir indigno".
Brother, acaba de perderte de Cuba. Ahi nadie te aprecia ni sabe quien eres. Mientras los Castro tengan la proteccion del Dios Yankee nada va a suceder en cuba.
En el Versalles de Miami venden buen cafe cubano y buenos pastelitos de guayaba y queso.
Cuidate brother, perfil bajo por un tiempo. Recupérate