Tras más de 20 meses de negativas, Ferrer recibe la visita de su esposa: 'aún tiene marcas de la brutal golpiza'

Tras más de 20 meses de negativas del régimen, Nelva Ismarays Ortega Tamayo, esposa del preso político cubano José Daniel Ferrer, pudo visitarlo el lunes 2 de diciembre en la prisión de Mar Verde, donde pudo corroborar la brutal golpiza sufrida por el líder opositor, aún con marcas evidentes de lo ocurrido.

"Pude constatar que aún tiene las marcas de las lesiones de la brutal golpiza del pasado 18 de noviembre. También tiene lesiones de picaduras por chinches, mosquitos, jejenes", dijo Ortega Tamayo en videos publicados en sus redes sociales.

"José Daniel me explicó que luego de la visita de monseñor Dionisio García (arzobispo de Santiago de Cuba) le trasladaron a una tercera celda en la misma área de aislamiento, una celda un poquito más grande que la anterior, pero infestada de chinches y otros insectos", dijo Ortega.

Ferrer le había explicado a Dionisio García que estaba presentando dolores por una luxación y estaba exigiendo a las autoridades, además de los medicamentos que la familia le hace llegar habitualmente (analgésicos y antiinflamatorios), le proporcionaran hielo para poder realizar el tratamiento completo para la luxación.

Nelva dijo que las autoridades propusieron a Ferrer llevarlo al hospital de la cárcel de Boniato, pero él se rehusó por las conocidas condiciones insalubres del lugar. Según Ferrer, allí se han producido 22 muertes, no solo por el hambre y la malnutrición, sino por leptospirosis. También hay reos en pésimas condiciones por tuberculosis, escabiosis mal cuidada y complicada por la infestación de las llagas.

Un día antes de la golpiza oficiales se presentaron ante Ferrer y le dijeron que se estuviese vestido que le iban a llevar a un lugar que nunca le dijeron, a lo cual el opositor se negó.

"Al día siguiente, el mismo 18, aparecieron seis oficiales que lo llamaron. Como él decidió no ir a ningún lado se quedó en la celda y allí entraron y lo golpearon brutalmente", según contó la esposa del líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).

Ortega dijo además que, sangrando por una herida provocada por un objeto punzante durante la agresión, Ferrer fue arrastrado hasta el vehículo que lo condujo al hospital de la prisión de Boniato. Negado otra vez a bajar lo sacaron a la fuerza y lo tiraron sobre un espacio lleno de piedras, sin importarles la luxación del brazo y la herida por la que estaba sangrando, añadió.

Hasta el día 22 de noviembre estuvo Ferrer en el hospitalito, un lugar que describió como un campo de concentración donde los reos sobreviven en condiciones paupérrimas y campean las ratas y el hambre. El opositor fue devuelto a Mar Verde ya sin sangramiento en los pinchazos, pero con granulomas producto de las mismas lesiones.

Según el testimonio de Ortega Tamayo, Ferrer agradeció a todos aquellos que de una forma u otra están apoyándolo y han hecho pública su situación y la de tantos presos políticos.

También felicitó a Donald Trump por el triunfo en las elecciones de Estados Unidos y también a Marcos Rubio, designado como próximo secretario de Estado, por convertirse en "el cubano que más alto ha llegado en el Gobierno estadounidense". También agradeció la postura enérgica y crítica del presidente de Argentina Javier Milei ante la dictadura cubana.

"Algo que lo puso muy triste fue conocer la muerte, el brutal asesinato de Manuel de Jesús" Guillén Espuglas, dijo Ortega. En este sentido, Ferrer exigió justicia en torno a este caso y que terminen los tratos crueles a que son sometidos tanto él como el resto de los presos políticos cubanos.

Incomunicados y sin medicamentos

El preso político Roberto Pérez Fonseca está en una celda de aislamiento desde hace cinco días, luego de que exigiera a gritos mejores condiciones para los reclusos en la prisión de Quivicán, provincia Mayabeque, donde está recluido.

"El jueves 28 (de noviembre) mi hijo se manifestó en el patio de la prisión por las malas condiciones en que están viviendo los reclusos y salió diciendo consignas 'libertad para los presos políticos', 'vivan los derechos humanos'. Entonces fue llevado para una celda de castigo", relató Lisset Fonseca, la madre del prisionero de conciencia.

Según recogió Martí Noticias, las autoridades penitenciarias despojan de sus pertenencias a los reos que son internados en celdas de castigo: "Está sin los medicamentos que necesita y sin los alimentos que le llevo. Como él no come nada de la prisión, no sabemos en qué situación se encuentra en estos momentos", dijo la mujer.

Pérez Fonseca, manifestante del 11 de julio de 2021 condenado a diez años de privación de libertad por los delitos de "atentado, desacato, instigación para delinquir y desórdenes públicos", padece de asma, esofagitis aguda, duodenitis eritematosa y úlceras bulbo duodenales, que a veces se vuelven muy dolorosas.

“La celda es por 15 días. Yo llamé a la prisión a ver el problema de sus medicamentos porque si no ingiere alimentos cada tres horas, como está indicado por el médico, le puede afectar y darle los dolores fuertes que le dan. Ellos [los mandos del penal] me dicen que le pasan al alimento cuando entiendan, es decir, que él mismo ha dicho que lo obligan a hacer huelga de hambre, porque lo que le dan allí no se lo va a comer", apuntó la madre.

"Yo le había llevado su medicina y se la robaron en el puesto médico", añadió. Cuando ella se quejó, "la medida que tomaron, por el robo de su medicamento, fue que yo no podía pasarle más las ámpulas de omeprazol porque nadie se quiere hacer responsable de recibirlas".

Como parte del castigo a Pérez Fonseca, su visita familiar programada para este 9 de diciembre, fue suspendida, una medida punitiva añadida contra el preso político.

De igual modo, el preso político Yosvany Rosell García Caso, confinado en la cárcel holguinera Cuba Sí, está presentando severas crisis de hipertensión.

Su esposa Mallín Rodríguez Sánchez dijo que el preso político no recibe adecuada atención médica, y sus enfermedades se agravan por la indolencia de las autoridades, que, sin disponer de los fármacos en la cárcel, no reciben los que los familiares de los reclusos llevan.

En una publicación en Facebook de este lunes, Rodríguez Sánchez escribió: "Sigo sin recibir noticias de mi esposo Yosvany Rosell García Caso ya que no me llamó el sábado y tocaba llamada. Se encontraba descompensado de la presión arterial por falta de medicamentos y padece del corazón".

García Caso cumple una sentencia de 15 años de prisión por Sedición tras ser enjuiciado por su participación en las protestas del 11 de julio de 2021 en Holguín, su ciudad natal.