La historiadora y politóloga cubana Alina Bárbara López Hernández presentó una demanda contra los policías que la pasada semana la detuvieron por la fuerza de manera arbitraria cuando intentaba viajar a La Habana y el auto en que se trasladaba fue detenido por uniformados en el punto de control de Bacunayagua, en los límites de Matanzas y Mayabeque.
"En el día de ayer realicé denuncia ante la Fiscalía Militar de Matanzas contra las y los oficiales que tuvieron que ver con los hechos del jueves" pasado, informó la intelectual en su muro de Facebook.
"Según el acta, tales hechos pueden llegar a constituir los delitos de Lesiones, Privación ilegal de libertad y Revelación del secreto de las comunicaciones", detalló.
"Como víctima, puedo ser parte en el proceso y nombrar abogado, lo cual haré", finalizó su publicación, en la que agradeció a las cientos de personas que se han mantenido al tanto de su situación.
Como consecuencia de los golpes y llaves de inmovilización que los agentes del aparato represivo usaron para someter a López Hernández, quien les reclamó mostrar una orden de detención en regla, algo que estos no tenían, la codirectora del Laboratorio de Pensamiento Cívico Cuba x Cuba sufrió un esguince del hombro derecho y una subluxación en el pulgar de la mano izquierda. Por ello, se encuentra con yeso y cabestrillo.
López Hernández, de 58 años, fue obligada a montarse en una patrulla policial sin ofrecerle ninguna explicación. Al ella negarse, tres mujeres uniformadas la obligaron a entrar a la fuerza al carro y, una vez dentro, la inmovilizaron y golpearon.
Según refirió posteriormente, al ser introducida en la patrulla, una oficial inmovilizó sus piernas para que las otras pudieran arrebatarle la cartera. La intelectual contó que le torcieron el brazo derecho de tal forma que horas después no podía moverlo y tenía "un dolor terrible".
López Hernández fue encerrada herméticamente en la patrulla. Esa forma de tortura, que la Policía aplica frecuentemente a activistas, opositores, periodistas independientes y disidentes en general, es conocida como "patrulla horno".
Cuando comenzó a sentir calor, López Hernández pidió que bajaran la ventanilla y, ante la negativa de los oficiales, golpeó desde el interior del vehículo hasta que tuvieron que abrirla. Posteriormente, perfiles anónimos de la policía política difundieron el video de sus protestas, acusándola de tener una conducta violenta, pese a que se encontraba en situación de tortura.
Tras tenerla una hora en el carro patrulla, los oficiales trasladaron a López Hernández a Matanzas y allí la llevaron a la estación de Policía de Playa. Estuvo detenida entre las 11:00 AM y las 5:30 PM.
Alina Bárbara había anunciado ese día la celebración de su habitual protesta pacífica (que lleva a cabo el 18 de cada mes), para honrar "el rol cívico de la intelectualidad y la ciudadanía con un acto simbólico de protesta ante la dramática crisis que vive mi país", señaló en una publicación en Facebook.
Cuba x Cuba apuntó, al denunciar el arresto de su codirectora, que no existe "medida de reclusión domiciliaria, por lo que esta detención, que vulnera su derecho al libre movimiento, no se sustenta en la legalidad".
Las demandas de López Hernández, a las que se han sumado otros activistas e intelectuales en La Habana, Camagüey y Holguín, son la convocatoria a una "Asamblea Nacional Constituyente elegida democráticamente para redactar una nueva constitución aplicable en todas sus partes; que el Estado no se desentienda de la crítica situación de ancianos, jubilados, pensionados y familias que están en pobreza extrema; libertad para los presos políticos sin exilio obligatorio, y cese del hostigamiento a personas que ejercen su libertad de expresión y de manifestación".
Luego de la más reciente publicación de López Hernández, el doctor en Derecho René Fidel González García apuntó en el foro: "Lo que no nos perdonan, ni nos van a perdonar, es que a pesar de la prevaricación, abuso de poder, vileza, mezquindad e indigencia ética e indecencia, estamos construyendo para todos el Estado de Derecho en su propia cara".
La profesora, como persona preparada intelectualmente e inteligente que es, sabe muy bien que su denuncia caerá en oídos sordos, pero es otra forma de desenmascarar a la tiranía ante el mundo y los pocos fanáticos del sistema que aún quedan en la isla.
Buena suerte con eso, tal vez suspendan a esos policías por veinticuatro horas.
Hay que ser malo de verdad para hacer cosas como esas
Hace MUY BIEN, aunque no prospere la denuncia.