Un grupo de sacerdotes católicos cubanos publicaron una carta a favor de la paz y la no violencia ante la próxima marcha cívica por el cambio del 15 de noviembre. También Sor Nadieska Almeida Miguel, superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba suplicó a las autoridades por el fin de la violencia. Ambas misivas fueron publicadas en la página de Facebook Areópago Cubano: Pensamiento Social de Inspiración Cristiana.
"Cuando se escriba lo que sucedió el 15 de noviembre, sólo habrá dos alternativas: hablar de aquellos que fueron convocados a golpear y reprimir pero decidieron proteger y cuidar a sus compatriotas; o se cuente cómo golpeaste a tu hermano y cómo reprimiste a aquel que estaba reclamando lo que otros muchos añoran", dijeron este miércoles los firmantes.
"Les pedimos que sigan siempre la voz de sus conciencias, esa voz que nos dice que el camino no es ni la intolerancia ni la represión. Hazlo por Cuba, por ti, por tus hijos. Este 15N elige el respeto, el cuidado, la paz, y no aceptes ninguna invitación a la violencia", dijeron los sacerdotes a las autoridades civiles y militares, los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), los miembros de la Seguridad del Estado y a todos aquellos que en estos días han sido convocados para reprimir la marcha del 15N.
Los sacerdotes católicos afirmaron que "queremos solo el bien de nuestra patria, queremos una Cuba donde reinen la justicia, la libertad y la paz".
"El 11 de julio miles de cubanos salieron a las calles con un clamor que durante muchos años fue un grito ahogado: ¡Libertad! Libertad para expresarnos sin ser reprimidos, para que exista una pluralidad política, para ser protagonistas de la marcha y el destino de nuestra tierra. Muchos de ellos fueron golpeados, detenidos, denigrados. Muchos están siendo juzgados y condenados duramente sin haber hecho el mal", recordaron.
"No queremos volver a ver policías golpeando y maltratando a su propio pueblo. No queremos que se vuelva a derramar sangre, no queremos volver a escuchar disparos. No, porque ese no es el camino que nos llevará a la Cuba que necesitamos y que todos deseamos".
Ante al "llamado masivo al enfrentamiento violento, las citaciones y advertencias a muchas personas que han expresado su adhesión a esta convocatoria (15N), no estamos de acuerdo con eso, no queremos violencia, rechazamos la orden de combate, los palos entregados en los centros de trabajo, las convocatorias a 'ejercicios de defensa'", agregaron.
La carta está firmada por los padres Alberto Reyes Pías, Rolando Montes de Oca Valero, Lester Zayas Díaz, Kenny Fernández Delgado y otros religiosos.
La superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba pide el anhelado sueño de unidad y libertad
"¡BASTA YA! No es más que una súplica ardiente que quiere calmar a mi inquieto corazón. Y es que llevo muchos días preguntándome: ¿Cómo vamos a seguir permitiendo el reinado de la violencia entre nosotros?", dijo Sor Nadieska Almeida Miguel, superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, en su súplica abierta.
"Desde la propuesta de la marcha pacífica, planificada con antelación y respeto, también con una invitación clara a la libertad de expresión, derecho de cualquier ciudadano en cualquier lugar del mundo, desde esa respetuosa propuesta, hemos sido testigos de respuestas totalmente contrarias, incluso arbitrarias: actos de repudio, llamadas telefónicas amenazantes, golpizas propiciadas por agentes de la Policía, quienes supuestamente están para acompañar y proteger a todo el pueblo, citaciones para advertencias, detenciones de jóvenes, difamaciones en medios oficiales... y así, podemos seguir nombrando", dijo.
Sor Nadieska Almeida Miguel cuestionó ¿es ese el modo de pensar como país? ¿Es eso lo que queremos que aprendan las generaciones que se están formando? ¿Es esa la manera de recuperar a nuestra patria? ¿Es tan difícil permitir una marcha que es legítima en sí misma? ¿Acaso no será más fácil dejar que cada quien exprese su sentir?
"¿Cómo es posible que mientras unos ofrecen caminar vestidos de blanco con una rosa en la mano, recordando el poema de nuestro querido José Martí, a otros los preparen con fusiles, bates y consignas de muerte? Esto solo nos conduciría al enfrentamiento entre cubanos, entre hermanos. ¿Acaso los que piensan de un modo diferente, los que disienten, son menos patriotas? ¿En realidad tenemos los mismos derechos y deberes aunque pensemos diferente?"
La superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba dijo "basta ya de querer hacernos creer que en nuestro país todo está bien; de dar una imagen de la realidad que no es verdadera; de ignorar los gritos de las madres que tienen a sus hijos presos con largas condenas por decir con valentía: esto no es lo que yo quiero; de gritos ahogados, de enfermos sin medicamentos, de silencios generados por desconfianza entre vecinos y de tanto despliegue policial en todos los lugares. No nos sentimos cuidados, nos sentimos vigilados".
"BASTA YA… detengamos la violencia, esa de la que muchos están siendo víctimas. Estamos a tiempo de buscar la paz, la estabilidad social partiendo del respeto, de la tolerancia, de escuchar a todos, porque todos contamos. BASTA YA... de dejar que este pueblo siga sumergiéndose en la pobreza y de hacer caer la responsabilidad en quienes no la tienen. Seamos conscientes de nuestras responsabilidades como ciudadanos y apuntemos TODOS hacía un futuro mejor. Si esto no es posible, si nuestros gobernantes no nos pueden ofrecer respuestas a tantas interrogantes, entonces, ¿hacia dónde seguirán mirando nuestros jóvenes? ¿Cuál será nuestro sueño para este suelo que nos vio nacer?"
"BASTA YA… Porque tú y yo, por el simple hecho de pensar diferente, no somos enemigos. Y hasta que no aprendamos el hermoso arte de acoger la diferencia como una riqueza, hasta que todos no la aprendamos, nuestra Cuba seguirá siendo un lugar de partida y no de llegadas, seguirá siendo un cómodo lugar para el turista y un castigo para casi todo el que vive en ella. BASTA YA… PORQUE AÚN ESTAMOS A TIEMPO DE BUSCAR JUNTAS Y JUNTOS LA CUBA QUE QUEREMOS, CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS".
"Le pido a Dios con todo mi corazón que derrame su bendición sobre todo nuestro pueblo, y nos regale poder VER el anhelado sueño de unidad y libertad que está allí en el corazón de cada cubano", concluyó.