"Los trabajadores del Ministerio de Cultura de Cuba acaban de responder a provocaciones de grupos contrarrevolucionarios". Así describió esa institución estatal la agresión física de parte del ministro Alpidio Alonso y los viceministros Fernando León Jacomino y Fernando Rojas contra el periodista de DIARIO DE CUBA Mauricio Mendoza y alrededor de 20 integrantes del 27N ante la sede de la entidad.
El Noticiero del Mediodía transmitió poco después de los sucesos vía telefónica desde el MINCULT una nota oficial titulada "No quieren diálogo y provocan hasta el límite", en la que se asegura que los congregados "se han caracterizado por su actitud provocadora y su relación con medios pagados por agencias federales estadounidenses".
El relato oficial asegura que al grupo se le invitó a entrar al Ministerio mientras se esclarecía la situación de los miembros del colectivo detenidos en otros lugares de la ciudad, incluyendo a la artivista Tania Bruguera, la poeta Katherine Bisquet y la periodista Camila Acosta, entre otros.
"Durante las más de dos horas que duraron estos incidentes, los medios pagados por el Gobierno estadounidense estuvieron comentando en vivo lo que acontecía y reforzando la matriz provocadora de los contrarrevolucionarios", afirma la nota acerca de las trasmisiones en directo que realizaban desde el lugar los activistas para plataformas independientes como DIARIO DE CUBA, ADN Cuba, Periodismo de Barrio, La Hora de Cuba, entre otras.
La periodista que hizo la llamada desde el MINCULT, a pesar de ser reportera del Sistema Informativo de la Televisión, no explicó por qué el medio oficial no recogió también los incidentes para ofrecer su versión.
Finalmente, la nota afirma que ante la intención de "materializar un show mediático los trabajadores del organismo los enfrentaron y los desalojaron del lugar".
La nota evita informar que el presunto "desalojo" tuvo lugar por la fuerza, bajo golpes y empujones en un ómnibus llegado al lugar y conducido por la Seguridad del Estado, dentro del cual se produjeron situaciones de violencia física y represión, como se escucha en un audio grabado en el interior del vehículo y difundido por La Hora de Cuba.
Además del comunicado oficial, varios funcionarios del MINCULT usaron sus redes sociales para cuestionar a los activistas.
Fernando León Jacomino, el viceministro que hizo uso de la fuerza física, escribió en Twitter: "Por las malas no pasarán. Trabajadores del MINCULT enfrentan provocación contrarrevolucionaria y reafirman disposición al diálogo sin condicionamientos ni chantajes. Se les invitó a pasar varias veces, pero no era su interés. Sin respeto no hay diálogo posible".
A ello, el periodista José Raúl Gallego ripostó: "Usted miente. Y todos lo vimos tirando manotazos y arrebatando celulares como un vulgar delincuente. No querían pasar porque tenían detenidos a sus compañeros y no iban a permitir que les hicieran lo mismo que el 27N".
Una parte de los miembros del grupo 27N se había plantado la mañana de este miércoles frente al MINCULT con el propósito de ser atendidos por el viceministro Fernando Rojas, quien prometió reunirse con la curadora Solveig Font, el dramaturgo Yunior García y la artista Camila Lobón este mediodía, según informaron en un comunicado.
Al enterarse de que una parte de los artistas estaba fuera del MINCULT, Rojas afirmó que solo se reuniría con los tres voceros. "Yo les ruego por favor que se dispersen, que se vayan y se tomen un café y a las 12:00 que estén aquí en el Consejo (Nacional de Artes Escénicas) Camila Lobón y Solveig Font", se le escuchó decir al funcionario en un diálogo telefónico con los artistas transmitido por DIARIO DE CUBA.
Sin embargo, Lobón estuvo detenida por la policía política y fue liberada poco antes de ese encuentro, mientras otros activistas y reporteros recibieron amenazas vía telefónica y detenciones. Al cierre de este reporte no se conocía la suerte de Bruguera.
A varios miembros del grupo 27N las autoridades les impidieron salir de sus casas en la mañana de hoy, cuando tenían planeado un homenaje a José Martí en su natalicio.
El castrismo es víctima de su propia retórica demagoga. Conociendo a ese régimen fascistoide, si realmente tuviesen pruebas que los manifestantes están „pagados“ ya hace rato estarían presos. Aunque los esbirros castristas son conocidos también por inventar las „pruebas“ y arrancar „mea culpas“. Veremos.
Ya no son los tiempos del Caso Padilla. El vídeo, que no la foto, del „ministro de kurtura“ dando guantazos, ya da la vuelta al mundo gracias al internet. La dictadura castrofascidtode, muestra su verdadero rostro.
Si fuesen un grupo de contrarrevolucionarios como este señor menciona, difícilmente habrían podido colocar un pie frente a la cede del Ministerio de Cultura. Hasta la manera de argumentar sus justificaciones, son burdas.