La vigencia legal de la pena de muerte no es buena para el presente ni para el futuro de Cuba.
La nueva Constitución no proscribió la pena de muerte como sanción. Además, si bien desde 2003 existe en Cuba una moratoria de hecho a la aplicación de esta, la legislación penal actual la prevé para un importante número de delitos.
La aprobación de un nuevo Código Penal figura en el calendario legislativo para julio de 2021. Se trata, según el propio cronograma publicado por Granma, de una derivación de la Constitución, que busca "modificar y actualizar las penas para las conductas socialmente peligrosas que son consideradas delitos".
Sin embargo, no ha habido declaración pública de ninguna autoridad haciendo referencia a la posibilidad de que la pena de muerte deje de ser contemplada como sanción penal o de que la misma sea abolida para siempre.
La pena de muerte pone en manos del Estado la facultad de terminar con el bien más preciado que Dios o la naturaleza nos ha dado: la vida.
Entre los diversos argumentos contra la pena capital, hay que destacar su uso por parte de regímenes dictatoriales para amenzar o eliminar a los adversarios políticos o para dar escarmientos generales; pero también hay que recordar que a consecuencia del carácter imperfecto de los sistemas de investigación y judiciales, se ha llegado a condenar a muerte a personas cuya inocencia ha quedado acreditada posteriormente, incluso en Estados de derecho.
En el caso de nuestro país, la pena de muerte, además, podría desincentivar cualquier proceso de cambio democrático. Desestimula a quienes dentro del propio régimen quisieran dar un paso en favor de algo nuevo, porque estará la muerte como una espada de Damocles, que en otras ocasiones sus propios compañeros de partido y de carrera no han dudado en aplicar.
Pero también infunde temor a quienes han hecho daño y creen que un eventual cambio tendrá un efecto bumerang.
La cultura de la vida debe triunfar en Cuba, y para ello la muerte, como sanción y como discurso político, tiene que comenzar a causar estupor en una gran mayoría de cubanos. Todavía es un misterio cómo en 1959 una sociedad que se declaraba tan creyente, pasó de la noche a la mañana a gritar: "¡Paredón! ¡paredón!", o a permanecer aquiescente ante tanto horror.
Lamentablemente, no podemos asegurar que hayamos cambiado mucho desde entonces. Por ello, mientras apelamos al asidero moral o a la bondad de cada cubano, hay que introducir cambios legales y estructurales, dada la proclividad de algunos a dejarse arrastrar por sus pasiones.
Hoy muchas personas de buena voluntad creen que Cuba va a mejorar si todos nos dejamos llevar por la idea de "amistad social". Sin embargo, la apelación a las virtudes y valores debe ir acompañada del efectivo desmantelamiento de estructuras legales y políticas que sostienen la cultura de la represión y de la muerte.
Este es un asunto que no puede escapar de las propuestas democráticas ni de la agenda del diálogo bilateral entre la Unión Europea (UE) y Cuba.
Otro ejemplo del futurismo crónico para no tener que romperse la cabeza con cómo salir de aquello.
Yo creo que para que esta reforma en la constitución sea efectiva, debía ejecutarse formalmente a toda la camarilla castrista en el gobierno de manera ejemplar y entonces la abolición tendría un sentido pedagógico y didáctico.
Me has quitado el comentario del teclado.
Como se dijo ya aquí, hay que abolir el régimen actual. Hecho esto entonces se podría debatir sobre cuestiones más importantes que la pena de muerte, como las reformas radicales que Cuba necesita en la economía, la libertad de reunión y sobre la libertad de prensa y expresión. Sin esto último, discutir sobre el tema es un ejercicio inútil.
Más que abolir la pena de muerte, deberían "abolir" la dictadura. Modificar leyes ahora, siempre a medida del castrismo, es impensable. No demos más vueltas: Cuba es una tiranía.
En realidad no estoy muy interesado en lo que traiga un papel. Mi sueños es llegar a picarle la cabeza a todos esos involucrados en los trabajos sucios de la mafia Castrista. Llevo mucho tiempo haciendo la lista y sería una pena no llevar a cabo el ajusticiamiento planeado. Cada cual tiene el derecho a quedarse con las torturas propias o las de sus familias. Las mias no quedarán impunes........En mi Gibara todavía viven los que pensaron que el día de sus juicios nunca llegaría.......
De acuerdo 100% Coco, a todos y cada uno de los castro sin excepción hay que colgarlos de cada uno de los postes de la Avenida Independencia en La Habana. Por otra parte, en Cuba no hay ninguna Constitución, es una serie de supuestas leyes impuestas por y para favorecer la permanencia y las acciones de la dictadura fascista, el único partido y la única posición política legal que detenta el poder desde 1959.
No se debe abolir la pena de muerte en Cuba en este momento que la dictadura esta a punto de caer pues esto significari que no se podra aplicar la misma a los esbirros asesinos de la dictadura despues que Cuba sea liberada
NO,NO,NO!
// Sí sí si //
Si el castrismo "aboliera la pena de muerte" sería una señal, un paso, hacia volverse bueno o menos malo...
Y lo de TRABAJAR CON EFECTIVIDAD PARA DESARROLLAR EL **REEMPLAZO DEL CASTRISMO**, ¿pacuándo?