Antes de comenzar, el V Clásico es ya una derrota para el régimen y la estatal Federación Cubana de Béisbol

Andy Ibáñez (Rangers de Texas), Yoan López (Mets de Nueva York), Elián Leyva (Naranjeros de Hermosillo), Yoan Moncada (Medias Blancas de Chicago), Yoenis Céspedes (Águilas Cibaeñas), Onelkis García (Águilas Cibaeñas), Luis Robert (Medias Blancas de Chicago) y Roenis Elías (Águilas Cibaeñas) son los peloteros cubanos contratados por su cuenta en el exterior —algunos dentro del sistema de Grandes Ligas— que integran la preselección nacional de la Isla de cara al V Clásico Mundial de Béisbol. 

Los nombres fueron anunciados con regocijo por la estatal Federación Cuba de Béisbol (FCB) en días pasados y las reacciones han sido diversas. Muchos celebran este hecho, sin dudas histórico, mientras otros critican a los jugadores. Sin embargo, lo que presenciamos realmente es una derrota para la entidad estatal y la pelota que Fidel Castro llamaba "libre". 

Lo primero que debemos preguntarnos es quién se ha visto obligado a ceder: ¿los peloteros, que consiguieron probarse en el mejor béisbol del mundo u obtener contratos en ligas profesionales foráneas sin la mediación de la FCB y hoy pueden volver a vestir los colores de Cuba en un torneo internacional y darle una alegría a la afición? ¿O han sido la FCB y el régimen, que por décadas negaron a los jugadores radicados fuera el derecho de representar al país, y con ello negaron a los cubanos la posibilidad de ver en acción, con el uniforme de la selección nacional, a sus mejores peloteros?

Recordemos que el Gobierno cubano no comenzó a pagar estipendios a medallistas olímpicos, mundiales y panamericanos, ni subió el salario de los peloteros que intervenían en la Serie Nacional, ni autorizó la contratación de deportistas en el exterior hasta verse abrumado por las fugas de atletas. Sabemos que ninguna de esas medidas ha bastado para detener el éxodo.

El régimen nunca da ningún paso en la dirección correcta si no es bajo presión. De la misma manera que solo autorizó las contrataciones en el exterior cuando no vio más remedio, también ha convocado a los peloteros cubanos sin vínculos con la FCB luego de que los resultados de las selecciones nacionales cayeran en picada. 

El interés de los peloteros emigrados —por cualquier vía— en integrar selecciones nacionales no es nuevo. Dentro de Cuba, sin internet, se sabía que Orlando "El Duque" Hernández quería volver a lanzar por su país.

Las autoridades se dieron el lujo de prescindir de esos peloteros mientras los profesionales mal pagados de la Isla, con la etiqueta de amateurs, derrotaban a los verdaderos atletas aficionados de otros países, y después, cuando el nivel de los equipos a los que enfrentaban aumentó, pero los cubanos seguían estando a la altura.

En el primer Clásico Mundial de Béisbol, celebrado en 2006, el equipo cubano quedó segundo. En su desempeño resultó clave Yulieski Gurriel. Diez años después, este escapó de un hotel en República Dominicana, una vez finalizada la Serie del Caribe y después de entregarle los mejores 15 años de su carrera deportiva al béisbol de su país de nacimiento, al que ahora el régimen le impide entrar.

Tuvieron que transcurrir 16 años y el béisbol de Cuba tuvo que tocar fondo para que las autoridades se vieran obligadas a recurrir a los contratados fuera sin vínculos con la FCB. 

Por supuesto, las autoridades han establecido como requisito que los jugadores no hayan abandonado ninguna selección nacional en el extranjero, sin hablar de las trabas que históricamente han puesto a las salidas legales de los deportistas ni del Decreto 306 de 2012. Esta norma establece que los atletas de alto rendimiento necesitan "ser autorizados, previo análisis de cada caso, a viajar al exterior por asuntos particulares".

Justamente, uno de los preseleccionados, Yoan Moncada, solicitó su baja para salir de Cuba en 2013 y las autoridades lo retuvieron por más de ocho meses antes de dejarlo partir.

Pero no cabe duda de que, aunque no ha extendido la convocatoria a los considerados "traidores", la FCB está desesperada por contar con los peloteros cubanos que residen fuera y están contratados sin su mediación. En su desesperación, la entidad llegó a patalear por supuestas campañas de desinformación, presiones e intimidación para impedir que los peloteros contratados en el exterior se incorporen a la selección nacional.

La FCB preseleccionó incluso a Ibañez, uno de los jugadores que apoyó a inicios de 2022 la convocatoria de la Asociación de Peloteros Profesionales Cubanos, que propuso crear un equipo independiente para representar a la Isla en el torneo.

La entidad estatal también ha cedido en cuanto a los requisitos exigidos a los peloteros para insertarse en las selecciones nacionales. En noviembre de 2021, el presidente de la FCB y comisionado de béisbol, Juan Reinaldo Pérez Pardo, declaró al portal estatal Cubadebate que, para insertarse en las selecciones nacionales, los peloteros radicados fuera tenían que "estar nacionalizados cubanos", aunque en realidad, esa nacionalidad no se pierde.

En abril pasado, Ramiro Domínguez, director jurídico del Instituto Cubano de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), ratificó que, para integrar los equipos Cuba, los peloteros contratados fuera por su cuenta tenían que repatriarse.

Ya a finales de septiembre, Pérez Pardo informaba que la FCB estudiaba la eliminación del requisito de repatriación para los peloteros que deseen defender los colores de su provincia o del país.

Pese al anuncio, se acotó que los peloteros tenían que ser "positivos con nuestro béisbol, nuestra bandera y la nación", palabras cuyo significado no comprendería un ciudadano de cualquier país democrático, donde sería inconcebible que un deportista no pudiera formar parte de una selección nacional por criticar al gobierno de turno.

La inclusión de estos ocho peloteros en la preselección cubana para el Clásico llega en medio de una estampida de talentos cada vez más jóvenes que deciden salir del país en busca de contratos en Grandes Ligas. 

Esa inclusión es un aviso de que en el futuro la FCB intentará aprovechar a los cubanos que afuera han mejorado como deportistas y prosperado económicamente —todo lo que no pueden conseguir en la Isla— para que lleven el pasatiempo nacional otra vez a los planos estelares.

El hecho de que tantos peloteros puedan salir legalmente y obtener contratos, además de demostrar una vez más que no es necesaria la existencia de un convenio entre la MLB y la FCB, le permite a esta última convocarlos sin renunciar a su política discriminatoria, contra los que aprovecharon la oportunidad de una competencia internacional fuera de Cuba para alcanzar sus sueños.

Por otra parte, la FCB aspira a que, teniendo la oportunidad de emigrar legalmente, contratarse, prosperar y luego incluso jugar por Cuba, los jóvenes lo piensen antes de abandonar una selección, algo que tan mal hace lucir al régimen.

Pero, aunque muchos peloteros en activo aspiran a representar a la Isla y otros retirados lamentan no haber podido hacerlo de nuevo, las recientes fugas de atletas cubanos, entre ellas las del pelotero de 18 años Miguel Flores, evidencian que ser miembro de una selección nacional no es ya la aspiración máxima de los talentos más jóvenes.

De hecho, algunos representan a otros países, como el triplista Pedro Pablo Pichardo, y otros desean hacerlo, como el también triplista Jordan Díaz, la jabalinista Yulemnis Aguilar y el saltador de longitud Lester Lescay.

Entre los peloteros cubanos contratados fuera por su cuenta que han sido preseleccionados por la FCB, Elián Leyva representó a España en el torneo clasificatorio para el Clásico Mundial 2023.