'Dediqué 15 años de mi vida al béisbol cubano': Yulieski Gurriel cuestiona que el régimen le impidiera entrar a Cuba

"No puede ser que yo sea el más traidor del mundo", afirmó el pelotero cubano Yulieski Gurriel en el Show de Swing Completo, conducido por el periodista Yaser Porto, donde cuestionó la decisión del régimen cubano de negarle la entrada al país y confirmó sus relaciones de amistad con personas de las altas esferas del poder en Cuba.

Gurriel, quien se desempeña en la primera base de los Astros de Houston y el año pasado se convirtió en el jugador más longevo en esa posición en ganar el Guante de Oro, confesó que nunca había intentado ir a Cuba, porque sabía que una ley dictaba que no podía entrar a su tierra natal en ocho años y no pensaba hacerlo antes de que hubiese transcurrido ese tiempo desde que abandonó una selección nacional de la Isla en 2016. Su decisión cambió, cuando tuvo motivos para creer que "las cosas habían cambiado".

"Varias gentes, dos o tres personas, me habían dicho que habían cambiado la ley, que ahora eran ya cinco años", dijo Gurriel. 

Para asegurarse, llamó a Cuba, "como a cuatro personas que tienen que ver con emigración" y supo que no aparecía en el sistema. "Antes sí estaba, yo aparecía con mi raya roja".

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Esto lo sabía porque en una ocasión previa, había necesitado usar su pasaporte cubano para viajar a Canadá y la embajada de la Isla se lo había retrasado. Cuando se lo hicieron llegar, después de su regreso de Toronto, venía acompañado de una nota.

"Ahí me mandaron mi notica en el pasaporte que no estaban contentos conmigo, con lo que yo había hecho. Me dejaron saber bien claro que los ocho años iban a estar ahí".

Pero al saber que ya no estaba en el sistema con la correspondiente raya roja, Gurriel decidió empezar los trámites para el viaje.

"Hace mucho tiempo que estoy loco por ir allá a ver a mi familia, principalmente a mi abuela", dijo.

“Empecé los trámites, mandé los pasaportes de mi familia primero. Una vez que ellos tienen los pasaportes tú sabes si vas o no vas. Ellos te dicen 'oye, este pa'trás'", explicó. Pero en su caso no parecía haber problemas.

"Nada, al contrario, todo está en regla, está muy bien, en una semana es el vuelo", contó y afirmó que le costaba trabajo creerlo y sospechaba que podría pasar algo a última hora.

"Los tres días últimos no contestaron nada hasta el último día como a las 11 de la noche que fue que llamaron y dijeron 'bueno, sí, ya, el avión está autorizado a entrar, todos pueden entrar: mi familia, mi esposa, mis niños y mis padres'. Y cuando nos dijeron que todo el mundo podía entrar menos yo, cuando fueron a preguntar, nos colgaron y no dieron más explicaciones".

"Aquí se indignaron, no querían ir y yo se los dije a mis padres ‘miren vayan, aunque sea ustedes, ven a la familia, está organizado casi todo el mundo’. Mis padres al final quisieron ir. Mi esposa y mis hijos se quedaron aquí". 

Gurriel explicó que solo pensaba estar tres días en Cuba y ni siquiera pretendía ir a Sancti Spíritus. 

"Cuando uno va allá por primera vez, a ellos no les gusta que haya ninguna algarabía. Yo dije 'bueno, no voy a ir a Sancti Spíritus, mejor voy a Varadero, que haya menos personas, bajo perfil como quien dice'. Y estar tres días nada más, simplemente ver a mi familia y ya. Si ellos pensaban que iba a hacer algo más. Están muy equivocados".

A sus padres, cuando fueron a Inmigración a averiguar por qué a Yulieski Gurriel le habían impedido entrar si ya no estaba en el sistema, les respondieron que no querían meterse en problemas y que elevarían el asunto a las altas esferas.

El periodista Porto le recordó fotos que mostraban sus relaciones con esas altas esferas cubanas y le preguntó si no había acudido a ellas por ayuda ante la imposibilidad de entrar al país.

"Yo no tengo que preguntarle a nadie ni rendirle cuentas a nadie en ese sentido. Es verdad que sí existía su relación con algunos de ellos. Ya todo el mundo sabe que al uno dar este paso eso está bien roto, bien fracturado, porque uno piensa de una manera y el otro de otra. Por eso, prácticamente no siguió esa amistad".

Aunque no se arrepiente del paso que dio en 2016, cuando al terminar la Serie del Caribe, que se realizó en República Dominicana, escapó del hotel donde se hospedaba junto a su hermano, el también pelotero, Lourdes, que entonces tenía 22 años, lamentó que la negativa a dejarlo entrar a al país se produzca cuando muchos peloteros que jugaron en las Mayores están jugando en Cuba "como debe ser para alegría de todos. No es para que pase esto".

"Es bien frustrante, porque no puede ser que yo sea el más traidor de todos. Yo dediqué los 15 mejores años de mi vida, de mi carrera deportiva, al béisbol cubano. Para nadie es un secreto eso. ¿Entonces, cómo puedo ser yo el traidor? En esa Serie del Caribe fui el mejor segunda base. Para colmos, me fui el último día después de haber terminado ese torneo ¿Entonces, cómo me puedes tildar de traidor a mí?", cuestionó.

"Traidor si yo dejo ir la pelota por debajo de mis pies o la tiro a primera a propósito. Terminé en el top tres de ese torneo", recordó.