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Crítica

Con el fardo pesado de una isla encima

Un acucioso libro de diez ensayos, bajo la coordinación de los profesores Gersende Caminen y Armando Valdés Zamora, estudia diversos géneros literarios en la obra de Virgilio Piñera.

Buenos Aires
Virgilio Piñera.
Virgilio Piñera. Ara Balears

Tal vez el escritor cubano Virgilio Piñera sea el autor más ignorado, célebre y olvidado de la literatura latinoamericana. Cuando exista (si es que sucede, cosa que dudo a juzgar por la artrosis intelectual, la pereza creativa y las fragmentarias y escasas lecturas, en tiempos de redes) una generación de jóvenes creadores preocupados por rescatar lo cubano en la literatura hay que recurrir ineluctablemente a este autor, que no solo fue un novelista extraordinario y un cuentista ácido y surrealista, sino también un poeta rellollo, tan cubanísimo como el arroz con frijoles y el puerco asado y un escritor de teatro incómodo que retrató, como ninguno, nuestras miserias humanas y nuestras simulaciones.  

Son pocos los intelectuales que siguen releyendo sus obras, y vuelven sobre la novela de iniciación La carne de René, que publicó por primera vez en su autoexilio, en Buenos Aires, o escrutan nuevamente su poema, casi testamentario, La isla en peso. Y ni pedir, porque sería casi una utopía la relectura de sus obras teatrales Electra Garrigó o Aire frío, dos clásicos del teatro isleño o su libro de relatos Cuentos fríos, y mucho menos hurgar en su papelería epistolar con grandes autores como el novelista y dramaturgo polaco, Witold Gombrowicz o el narrador, poeta y crítico literario cubano, Severo Sarduy, trabajo que sí hace, con gran tino, esta nueva propuesta ensayística.  

El quehacer escritural de este hombre, que dicen los que le conocieron, hacía muecas a los escribientes, se burlaba de las poses snob del mundillo creativo cubano y confesaba que le encantaban los dimes y diretes, porque para él "la literatura no era otra cosa que un chisme colosal" es como una marca, un oficio de tinieblas, como él gustaba llamarle a su trabajo, proveniente de "una oscura cabeza negadora", como le calificó, alguna vez, José Lezama Lima, otro grande del parnaso literario cubano.

Con 67 años, un mal día en La Habana, a media tarde, su corazón dejó de latir y un infarto del miocardio paró su máquina vital para siempre. Y aunque él —tan original siempre— no falleció en la madrugada, cuando "mueren los que saben morir" y tampoco en Buenos Aires, donde vivió 12 años, sí pasó a otra dimensión casi con el mismo bajo perfil, la falta de heroísmo y el miedo que siempre mantuvo en su cotidianidad insular, sobre todo en un país donde su nomenclatura política detestaba a los pájaros amargos (dígase homosexuales), a los que no escribían en clave de realismo socialista, no hacían loas al sistema político y creían en Dios, los llamados pecados capitales —de entonces— en Cuba, que condenaban a una marginación forzada, como la que vivió Virgilio Piñera.

Hoy, irrumpe en el panorama literario hispanoamericano, un nuevo libro de ensayos, con el título Noticias para Ulises, bajo la coordinación de los intelectuales y profesores universitarios, que residen en París, Gersende Caminen y Armando Valdés Zamora. Esta propuesta, editada por Verbum,  intenta —y lo consigue— revisitar, con carácter crítico, el trabajo creativo de Piñera, su quehacer narrativo, teatral, poético (el ámbito menos estudiado de su obra) y hasta periodístico y hurgar en su papelería epistolar y su "biblioteca francesa". Así se agrupan en este libro —de diez ensayos— que escruta la obra piñeriana, desde sus distintas dimensiones, el análisis del novelista y crítico cubano, Gerardo Fernández Fe ("Una belleza siniestra y fría"), material con gran vuelo poético y profundas reflexiones, donde se destaca como Piñera —contradictoriamente— ya advertía la naturaleza absurda de las revoluciones políticas y los atractivos del totalitarismo sobre los intelectuales con símiles bastante arriesgados para la época, mientras ejercía como corrector del magazine Lunes de Revolución, donde ganaba una miseria de salario. También están las valoraciones sobre tres poemas olvidados, bajo la reflexión del escritor y traductor cubano Ernesto Hernández Busto, estudio que contribuye a este intento de renacimiento de toda la obra de Virgilio, de este "poeta ocasional" —como le gustaba apodarse—, quien perdía, desechaba sus poemas o los regalaba a sus amigos y se rehusaba a escribir un libro, donde estuvieran todos compilados por "esa curiosa manía de discreción".

Autores como Enrique del Risco; David Leyva; Christoph Singler; Francy L. Moreno, Armando Valdés Zamora; Nancy Colomarde, Pablo Gasparín y Gersende Caminen se introducen, como mucha seriedad investigativa en la poética narrativa de Virgilio Piñera, en temas disímiles, y ayudan a una mejor comprensión de la biblioteca piñeriana.

Y por si fuera poco —al final del— una entrevista con un testigo extraordinario, como lo es el escritor y dramaturgo cubano Abilio Estévez, amigo y discípulo de Virgilio —realizada por el profesor de la Universidad París-Este Créteil, Armando Valdés Zamora— quien, a través de la conversa periodística con Estévez nos introduce en temas como la atracción de Virgilio por la lengua y la cultura francesas, que se materializaba, incluso en que su "exigua y casi inexistente biblioteca" (pues acostumbraba a comprar, leer y revender libros) estaba compuesta casi totalmente por autores franceses, porque le encantaba leer y traducir, en ese idioma, donde incluso llegó a traducir a Valéry y Aimé Césaire para algunas revistas y o el libro del camerunés Ferdinand Oyono, Camino de Europa. Acá reflexiona Abilio que, quizás la pobreza material en que vivió Piñera, lo hacía no acumular objetos "para fijar su propia vida" y carecer de biblioteca por su falta de apego a lo material, pero "su estudio, sus lecturas, le permitieron –en cambio— ser el extraordinario escritor que fue".

Sin dudas, Noticias para Ulises (Lecturas críticas de Virgilio Piñera)vendrá a renovar nuestro interés en el quehacer escritural de uno de los grandes escritores cubanos de todos los tiempos, ese que hizo de su trabajo creativo y ciudadano un modo activo de afirmarse en la realidad, negando los falsos valores y todo aquello que condiciona, circunscribe y recorta las alas del hombre; ese que cargó —como un fardo pesado— una isla, rodeada de mar, sobre sus espaldas.


Gersende Caminen y Armando Valdés Zamora (coordinadores), Noticias para Ulises (Lecturas críticas de Virgilio Piñera) (Verbum, Madrid, 2024).

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